Julio 7 de 1884: Nombra el Congreso norteamericano la comisión que visitará México y a algunos otros países de América Latina para mejorar las relaciones comerciales y fomentar las inversiones. Esto fue para “evitar la tentación de las naciones americanas de contratar con las potencias europeas convenios o concesiones o alianzas perjudiciales”. El 11 de marzo anterior, el senado de ese país había aprobado el informe de la Comisión de Comercio Exterior que postulaba: “las producciones de México son principalmente de materias primas. Los habitantes en su mayoría se ocupan de la minería y agricultura. Los Estados Unidos pueden aportar el sobrante de sus cereales; México puede y debe ser su mercado; México es nuestro mejor mercado, mejor que cualquiera de ultramar”. El presidente Manuel González se encontraba reestructurando la economía fusionando los bancos Mercantil y Nacional, y el Monte de Piedad, entre otras medidas tendientes a superar la crisis económica que agobiaba –una vez más- a las finanzas nacionales, así que saludó con optimismo la voluntad de los norteamericanos de participar con sus productos y capitales en la economía nacional. Además de necesario era oportuno, porque el primero de diciembre de ese año, Porfirio Díaz tomaría de nuevo las riendas de la nación, Manuel González daría su último informe a la nación y necesitaba dar noticias alentadoras a los mexicanos. Claro que a él le esperaban ansiosos los guanajuatenses para que los gobernara, pues el Congreso local lo había nombrado Gobernador Constitucional. En fin, que González abre el país a las inversiones extranjeras norteamericanas e inglesas en las áreas básicas de la producción para que nos “auxilien desinteresadamente”, mientras Porfirio Díaz expresaba en su recurrente discurso su “repudio por el reeleccionismo”. Hoy nuestro presidente irá a la Casa Blanca a dialogar con el presidente Trump, aunque no conocemos la agenda, esperamos que traiga buenas noticias, pues se está arriesgando demasiado al visitar a un presidente - candidato que no las trae todas consigo; el demócrata Joe Biden lleva la delantera en las encuestas de preferencias electorales en la carrera por la Presidencia del vecino país del norte. Ciertamente México es grande, y ha sobrevivido a las excentricidades de sus gobernantes, pero hoy vive un momento delicado, pues está de rodillas por una pandemia y qué lamentable sería que además tuviéramos en contra al próximo presidente norteamericano. Si este que recibió el apoyo del gobierno mexicano en cada oportunidad nos agrede, imagínese usted si el que llegue se siente ofendido por México.