28/Jun/2024
Editoriales

PUSHKIN: Prosa y poesía contra la ideología feudal retardataria de Rusia…Y del mundo

 En la colonia Roma de la CDMX existe un parque llamado “Jardín Pushkin” y también hay una estación del metro con ese nombre. A la entrada  está un busto con la imagen del poeta ruso y fue donado por la URSS en agradecimiento al apoyo que el presidente Venustiano Carranza dio al estado soviético en 1918 y el presidente Álvaro Obregón en 1924 cuando estableció relaciones diplomáticas y envío alimentos para ayudar contra la hambruna del Volga de aquel año. Pushikn (1799-1837) uno de los fundadores de la literatura rusa, fue también un militante del movimiento para abolir la monarquía,   modernizar a Rusia  industrializarla y superar la cultura de “los boyardos” o  nobleza terrateniente que dominaba esa nación con ese título que después harían apellido.  Esa aristocracia dominaba y dominó hasta la Revolución Bolchevique, basándose en un orden donde la propiedad de grandes extensiones de tierra ( la mayor parte improductivas y ociosas); de grandes números de siervos y de formaciones militares a cargo de generales, mantenían a Rusia en una atraso crónico, en la obscuridad cultural, la miseria de la mayoría y recurrentes crisis de inflación y escasez de alimentos. Esa situación engendró una cultura y costumbres que a menudo conducían a tragedias o desastres y esa fue precisamente la materia de la obra de Pushikn. Exhibir esas creencias y costumbres como una enfermedad,  utilizando un lenguaje popular o vernáculo  ( con frases como : “amor con amor se paga”; “Los caballos tienen cuatro patas y aun así a veces tropiezan” etc.) y con la influencia de los gigantes de la cultura europea, que hicieron lo mismos en sus países:  Shakespeare, Schiller, Byron etc.  Los intentos de modernizar Rusia no fueron sólo del movimiento al que perteneció Pushkin o de “los Decembristas ”, el levantamiento de 1825 que él inspiró con sus poemas y escritos que  buscaba derrocar a la monarquía. Antes que eso está la historia de Boris Godanov, el Zar que gobernó entre 1584 y 1605, y al cual Pushkin dedica una novela del mismo nombre. Godanov intento culturizar a Rusia, formar profesionistas y científicos, ordenar la economía etc. Logrando algunas cosas. Después, el caso más conocido de intentos de modernizar Rusia fue el de Pedro el Grande (1672-1725) quien formó la Academia de Ciencias de Rusia ayudado por W. F Leibniz el científico alemán, además de construir San Petersburgo como una ciudad para el comercio con Europa y las relaciones entre la industria de esos países y Rusia. Pushkin dedica uno de sus cuentos más famosos; “EL Negro de Pedro el Grande”, que es la historia de su bisabuelo, nacido en Etiopia, que fue adoptado por el Zar y mandado a Europa a formarse como científico e ingeniero, desafiando los prejuicios racistas de la nobleza rusa y de la europea a quien dio el nombre de “Petrovich” o “hijo de Pedro”. En su cuento, Pushkin exhibe en forma penetrante, la ideología y las costumbres acartonadas y ridículas de la nobleza  mientras presenta a Pedro el Grande como un hombre de trabajador, que pasaba el tiempo en los astilleros construyendo barcos o en las fábricas que estaba impulsando para la industrialización de su país.  En otro de sus cuentos: “La Joven Campesina”, Pushkin elabora una historia similar a “Romeo y Julieta” de W. Shakespeare. Se trata de la hija de un boyardo de costumbres rusas enfrentado a un hacendado vecino con costumbres inglesas, que educa a su hija con una “Institutriz” británica y sus mozos visten como son “Jockeys” ingleses y presume de ser superior a los boyardos rusos quienes hablaban francés. Los hijos se conocen y se enamoran y la historia no termina en tragedia sino en un final divertido. También, uno de los cuentos más conocidos de Pushkin; “la Hija del capitán” aborda el tema lanzado por W. Shakespeare en su tragedia: “Tito Andrónico”, que es el caso de cuando un orden feudal y decadente como era el de los zares, es desafiado por una rebelión más primitiva y salvaje. Pushkin retrata a Y. Pugachov,  el rebelde que encabezó un movimiento de campesinos, cosacos, cristianos ortodoxos y soldados, en contra de Catalina I, quien derrocado a su marido Pedro II,  y causaron la famosa batalla de Kazán en 1774.  Por supuesto, Pushkin tiene otras obras de su cosecha e inspiración propia. Está el caso de Eugenio Oneguin, la más grande novela en verso desde la Divina Comedia de Dante Alighieri; o el Prisionero del Cáucaso el largo poema que desarrolló en sus frecuentes destierros a esa región y a otras. Podríamos decir que el principio de la búsqueda de la modernización, la industrialización y el avance de Rusia permanecido a la largo de la historia de esa nación y ha tomado muchas formas, desde Ivan el terrible , antes que Boris Godunov, pasando por los demás Zares y zarinas modernizadoras, pasando por la Revolución Bolchevique,  hasta llegar al actual liderato Ruso con V. Putin a la cabeza.  Es un principio, que prevalece por encima de las generaciones, es “metafísico” o supra histórico, como diría L. Larouche;  una idea o “un ideal” como diría el presidente AMLO hoy en día.  Esos principios mueven la historia o la causan, y para muchos,  por esos principios vale la pena vivir y hasta morir si fuere necesario y son superiores a cualquier bien o cualquier placer que exista en el mundo.  Todo lo contrario a lo que les enseñó a los neo liberales Adam Smith en su “Teoría de los Sentimientos Morales” (1759) y como se los refritéan en el Tec de Mty o el ITAM, en el sentido de que los seres humanos son solo animales en busca del placer y alejándose del dolor o las molestias del trabajo (Cuuuuleros) y entre todos constituyen “el mercado”.  Pushkin ataca esa idea en este poema donde discute que “un pedacito de inmortalidad”, ---como diría L. Larouche --, ganado luchando por hacer el bien a los demás y lograr cosas para las generaciones futuras como, vale más que cualquier otra cosa, y lo dice así: 



ME ERIGÍ UN MONUMENTO

 

Exegi monumentum



Me erigí un monumento milagroso y notable,

 

y en el camino recto que al pueblo hacia él le lleva

 

no ha de crecer la hierba. Su cúspide indomable

 

más que la alta columna de Alejandro se eleva.



No moriré del todo. Por la lira mi alma

 

pervivirá a mi polvo y escapará a la quieta

 

podredumbre. Famoso he de ser mientras sin calma

 

bajo la luna quede al menos un poeta.



Recorrerá mi fama toda la extensa Rusia.

 

Y no habrá, en cada idioma, quien mi nombre no sepa:

 

el finlandés, el nieto del eslavo, el tungús

 

salvaje, y el kalmuco amigo de la estepa.



Y seré por el pueblo querido en toda edad

 

por despertar los buenos sentimientos dormidos,

 

porque en mi cruel siglo canté a la Libertad,

 

porque imploré clemencia por todos los caídos.



Sé dócil al mandato de Dios, ¡oh Musa mía!:

 

no pidas la corona ni las injurias temas.

 

Elogios o calumnias acepta sin porfía,

 

y no entres con el tonto en discusión de temas.

 

 

 

Y en este poema, Pushkin demuestra que aun ante la derrota ese principio prevalece:

 

 

 

A CHADAAEV



Muy poco tiempo la esperanza

 

de amor y gloria nos duró;

 

nuestra ilusión, en lontananza,

 

cual sueño o niebla se esfumó.

 

Mas hoy la llama aún guardamos;

 

debajo del poder fatal,

 

luchar queriendo contra el mal,

 

a Rusia, atentos, escuchamos.

 

Mientras tengamos pundonor,

 

mientras la libertad ansiemos,

 

¡el alma entera con ardor

 

a nuestra Patria consagremos!

 

Confía, amigo: brillará

 

la estrella del divino día,

 

que Rusia se despertará,

 

y, al derribar la monarquía,

 

¡los nombres nuestros grabará!



https://www.javiercolomo.com/index_archivos/Literatura/Poemas/Pushkin.htm#22



https://ciudadseva.com/autor/alexandr-puchkin/cuentos/

 

 

https://es.wikipedia.org/wiki/Aleksandr_Pushkin



http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1665-05652011000200003