Octubre 10 de 1824: Toma posesión el primer presidente de la república, Guadalupe Victoria (José Ramón Adaucto Fernández y Félix), quien cambió su nombre por dos razones; Guadalupe por la Virgen de Guadalupe, y Victoria, por la participación de la "Morenita" en la victoria insurgente en la toma de Oaxaca, en la que salvó a nado un río -sin saber nadar- para penetrar en la ciudad, invocando la protección de la virgen, consiguiendo un triunfo importante para la causa independentista.
Así empieza la vida institucional de México, con un presidente héroe de la insurgencia, militar nunca vencido, que es acompañado de otro héroe llamado Nicolás Bravo, como vicepresidente. La presidencia de Guadalupe Victoria duró del 10 de octubre de 1824 al 1 de abril de 1829, siendo la primera constitucional y que se distinguió por ser estable. Por eso se consiguió que Chiapas retornara a formar parte de México y que Estados Unidos aceptara los límites de su frontera con nuestro País (límites que después caerían por tierra).
La figura presidencial es bien importante pues nuestro sistema político es presidencialista. Cuando hay cambio de Presidente la nación renueva sus objetivos, lo que puede resultar beneficioso o perjudicial, dado que se trata del jefe de las instituciones nacionales. Al actual presidente mexicano se le ve mejor, en su real dimensión, en otras naciones que dentro de nuestro México pues aquí se busca minimizarlo para que no influya en el proceso de sucesión que por otra parte, está lejano aún. Una presidencia de la República fuerte nos puede llevar a retomar el rumbo para encontrar la paz y el crecimiento económico deseados.
El peor escenario posible es una presidencia de la República vulnerada y en medio de un ambiente International de pre guerra como el que se vive hoy día, cuando nuestro territorio es más codiciado que nunca por su estratégica ubicación. Con la fortaleza de Guadalupe Victoria recuperamos Chiapas, cuando nos peleamos por el poder presidencial perdimos la mitad del territorio. Nuestro vecino y líder del mundo está a punto de definir su destino inmediato con la renovación de su presidencia, y podría cometer un grave error si se equivoca dentro de un mes que votará por el sucesor de Obama. Hagamos lo que dicte nuestra conciencia analizando el momento histórico que se vive y buscando cómo fortalecer a nuestro país que es lo único que tenemos realmente.