19/Apr/2024
Editoriales

Las Instalaciones militares de Monterrey, parte segunda

En el año de 1700 murió, sin descendencia, Carlos II último rey de España de la dinastía de los Asturias. Así que la  Corona pasó a su sobrino-nieto, y nieto de Luis XIV de Francia, Philippe d'Anjou, de la dinastía de los Borbones. 

 

Luis XIV, influido por ideas económicas y comerciales modernas, implantó las llamadas reformas borbónicas en todo el Imperio. Con ellas modernizó el gobierno, disminuyendo poder a los nobles y se lo dio a administradores profesionales, con mayor libertad de comercio, además de profesionalizar el ejército. 

 

La nueva frontera con Francia (Luisiana) pone nerviosos a los españoles

En tanto acá, el noreste del virreinato se extendía en 1700, hasta San Antonio del Béjar, en Texas, y Santa Fe de Nuevo México. Sin embargo, los franceses ocuparon Luisiana, por lo que la frontera entre Texas y la Florida, se transformó en una seria preocupación militar. Es decir, a la incómoda amenaza de los indios bárbaros, se sumó la presencia del ejército francés.

 

La multiplicación de presidios e instalaciones militares

Preocupaba que, al estar Texas despoblada, su paupérrima economía no daría para mantener una tropa fija, ni los vecinos eran suficientes para formar milicias vecinales que defendieran la frontera de los franceses. La solución fue multiplicar los presidios y aumentar sus tropas para, en caso de emergencia, moverlos rápidamente. El punto de encuentro del lado texano era Nacogdoches, y del lado francés Natchitoches; en ambas fronteras había pequeñas guarniciones. 

 

El contrabando entre Nueva España y Francia

El Fuerte de Nacogdoches, era una especie de estrella con ocho picos, muros de piedra y torreones. Lo fortalecían 32 cañones de diversos calibres que apuntaban al vado del Río Sabinas, el límite de la nueva frontera con Luisiana. Alrededor de él había un importante poblado comercial, pues ese vado era el mejor punto para comerciar. Y, como era de esperarse, la frontera con Francia propiciaba contrabando, robos de productos, principalmente ganados, licores y armas de un lado, para su venta en el otro.

 

Se establece en 1712 una comapñía volante en San Felipe de Linares

Esta nueva vecindad obligó en 1712, al establecimiento de una compañía volante en San Felipe de Linares, integrada por un cuerpo de caballería con capacidad para combatir las embestidas de los indios y brindar rápido apoyo a las costas del Nuevo Santander (Tamaulipas) y de Texas. El alcalde mayor también era capitán de guerra de la compañía volante que, como tal, no tenía cuartel sino que los militares o vecinos cuidaban de sus caballos (el Rey proveía de dos para cada uno) y en las casas reales se conservaban los instrumentos de guerra y el parque.

 

Aceleran los indios sus ataques a Monterrey

Conforme mejoraba la situación económica del Nuevo Reino de León, los indios aumentaron su codicia y se volvieron cada vez más osados, habían conseguido armas de fuego de los franceses (y robadas a los españoles), y caballos que usaban con destreza. El gobernador interino Nicolás de Vandale Masiew y Sotomayor informa que necesita más recursos de la Corona para enfrentar a los indios:

 

“(1717) Testimonio que contiene los documentos siguientes: a) Auto del General don Nicolás de Vandale Masiew y Sotomayor, señor de Liloó y Suilant , en Flandes Alguacil Mayor del Santo Oficio y Teniente de Gobernador de este Reino por enfermedad de don Francisco Báez Treviño… Que la pacificación costará más que cuando empezó, por que ahora el indio ha perdido el respeto al español y le ha robado sus caballos. Que sólo se logrará poniendo presidios o compañía volante.”

 

Vienen texanos a comprar caballos para la hoy Ciudad Goliadh

Los presidios de Texas necesitaban útiles del Nuevo Reino de León . Veamos cómo se adquirieron caballos aquí en Monterrey para el presidio del Espíritu Santo (hoy Goliad, Texas). Vale aclarar que la Santa Hermandad era una policía contra abigeato:

 

“(1738) Juan de la Garza, soldado del real presidio de Nuestra Señora de Loreto de la Bahía del Espíritu Santo y que ha venido a esta Ciudad por caballos, se obliga a pagar al Gral. Luis Garía de Pruneda, Regidor Decano y Alcalde Provincial de la Santa Hermandad, 150 pesos”

 

Se establece en Lampazos una nueva Compañía Volante

En 1572 se estableció en la Villa de Punta de Lampazos,  junto a la villa Santa María de los Dolores de Horcasitas una nueva compañía volante también a cargo del alcalde. Esta compañía volante tenía una estructura similar a la de Linares; cada integrante cuidaba sus corceles y el alcalde los avíos de guerra.

 

La inseguridad impacta en los precios de los productos

En los siguientes años la guerra se recrudeció. Las tribus bárbaras eran cada vez más osadas atacando ranchos, haciendas y estancias, aunque las tropas reales aumentaban e incluso a los vecinos voluntarios se les empezó a pagar por cada incursión en que participaban y se les armaba con recursos de la corona. Pero esta estrategia vino a incrementar la inseguridad en los caminos y el aumento de los precios de los productos trasladados por todo el noreste.

 

Inicia un programa de canje de armas por alimentos y bebidas

Hasta que el virrey Martín de Mayorga ordenó en 1780 al gobernador Melchor Vidal de Lorca y Villeda modificar la estrategia en el trato con los indígenas de dos maneras. Mejorar la capacidad ofensiva de los presidios reclutando más tropa, mejores armas y artillería, y permitir que en las inmediaciones de los presidios los indios comerciaran, obsequiándoles mantas, alimentos, y hasta bebidas alcohólicas. Además se les ayudó a  cultivar tierras aledañas a los presidios, a cambio de que entregaran caballos y armas. 

 

Inicia Estados Unidos un genocidio contra los indígenas

Muchas tribus accedieron a este programa de desarme porque ya estaban entre dos frentes de guerra, pues Estados Unidos había iniciado un genocidio contra las tribus, que prefirieron emigrar al sur y refugiarse en la caridad católica de los españoles.

 

Apoyan los indígenas cimarrones a los insurgentes

Las tribus ya civilizadas reconocieron al rey como su “señor natural” y combatieron del lado de los realistas; mientras los indígenas salvajes y cimarrones (que habían sido civilizados y vueltos al estado salvaje) apoyaron al bando insurgente.

 

Cuando en octubre de 1810 el Intendente de San Luis Potosí, Félix María Calleja, pidió a las Provincias Internas de Oriente tropas para cerrar El Paso de Hidalgo, la respuesta fue clara, no había manera de enviar tropas porque se desguarnecería a la población frente al ataque de los indios.

 

Los gobernantes del noreste novohispano le fallan a Calleja

A principios de 1811 la Guerra de Independencia llegó al noreste novohispano.  Hidalgo, Allende, Aldama y su ejército avanzaba sobre las provincias y, al momento del enfrentamiento, la actuación de los gobernadores de Coahuila, Nuevo Reino de León, Nuevo Santander y Texas sorprendió a Calleja. 

 

Antonio Cordero gobernador de Coahuila, fue apresado en las cercanías de la Villa de Saltillo por sus propias tropas que se voltearon al bando insurgente liderado por Mariano Jiménez. Manuel de Iturbe e Iraeta, gobernador de Nuevo Santander, se  trasladó al puerto de Altamira, preparando su huida. Y el gobernador del Nuevo Reino de León, Manuel de Santa María, se unió al bando Insurgente, y Manuel Salcedo, gobernador de Texas, sin el apoyo de las tropas coahuilenses fue también hecho prisionero por un movimiento insurgente iniciado en San Antonio Béjar en enero de 1811. 

 

Declara Mariano Jiménez la Independencia de las Provincias

Internas del oriente

Ante el vacío de poder, Mariano Jiménez declaró la Independencia de las Provincias Internas de Oriente. Félix María Calleja decepcionado del comportamiento de los habitantes de toda esta región, y en especial los de Monterrey que recibieron con gusto a Jiménez, reaccionó enviando al militar catalán Joaquín de Arredondo, quien se apoyó en una traición y capturó a Hidalgo, así como a todos los cabecillas de la insurgencia, recuperó Monterrey y castigó al gobernador del Nuevo Santander.

 

Alamán describe a Arredondo

Lucas Alamán describe a Arredondo como singularmente dominante… arbitrario y cruel, sanguinariamente vengativo”,ejecutor de trescientos invasores y rebeldes”, comandante implacable con registro de victorias aplastantes y despiadadas” y brutal con los derrotados”. Carlos María de Bustamante lo describe como de los oficiales más pícaros e inmorales”, de la familia de Satanás”, el azote de aquellos pueblos”, peste desoladora” y el verbigracia de los jefes más malditos que oprimieron la llamada Nueva España”

 

La competencia entre Calleja y Arredondo

Luego de la aplastante victoria de Arredondo en las Provincias Internas de Oriente, Félix Calleja advirtió que éste le aventajaba en la carrera por la sucesión del Virreinato, por lo que tomó medidas para estorbarle.

 

Pese a que en el  Nuevo Santander se le permitió a Arredondo nombrar gobernador a Juan Fermín de Juanicotena, en Texas a un capitán Colorado y en Coahuila fue repuesto Cordero; en la capital de las Provincias Internas de Oriente, Monterrey donde debía asentarse Arredondo, el intendente  Calleja le dejó un gobierno hostil.

 

Aunque el Cabildo de Monterrey había apoyado la declaración de Independencia de Mariano Jiménez en 1811, Calleja no lo renovó, e incluso varios de sus miembros fueron nombrados miembros de la Junta Gobernadora del Nuevo Reino de León (que sustituyó al rebelde Santa María). 

 

El presidente debía ser Joaquín de Arredondo, y como Vice – Presidente, Bernardo Ussel y Guimbarda; José Valery,Melchor Núñez de Esquivel, Capitán José María Sada, Matías de Sada, Marcos de Arredondo, José Lorenzo de la Garza yFrancisco Antonio Farías. Así quedaron y, como era lógico, hubo cualquier cantidad de desencuentros entre partidarios de la Independencia, la Junta y Arredondo.

 

Queda Joaquín de Arredondo como el todopoderoso en el Noreste

Esta Junta duró de 1811 a 1813. Durante unos meses, Joaquín de Arredondo fue el amo y señor del Noreste del Virreinato incluso omitiendo rendir cuentas al virrey.

Estableció en Monterrey, en una casona al oriente de la calle de San Francisco (Padre Jardón 855 oriente), una edificación que funcionaba como comandancia y residencia del comandante; en unos solares más al norte (aparentemente en Diego de Montemayor y Abasolo) estableció la Maestranza donde se reconstruían cañones, serpentines (pequeños cañones), arcabuces y parque; para esto Arredondo se hizo acompañar de maestros en la elaboración de cañones y de carretas de guerra.

 

Fortalece Arredondo el Ejército de las Provincias Internas de Oriente

En las instalaciones semi terminadas del Hospital Nuevo (hoy Colegio Civil), Arredondo alojó al ejército de las Provincias Internas de Oriente (antecedente del Ejército del Norte), y le sumó el Batallón Fijo de Veracruz y el Batallón Extremadura, más las compañías del Nuevo Reino de León. Como el edificio del Hospital Nuevo no tenía techos, ni puertas, hubo de remodelarlo con ingenieros y albañiles militares. Se colocó la techumbre de vigas y toscos portones, mientras por la actual calle de  Washington se implementaron los corrales.

 

Arredondo formó y entrenó una compañía  de arcabuceros, una de artillería ligera móvil (carretas tiradas por mulas o bueyes que portaban un serpentín, pólvora y bolas de cañón y metralla); arrieros con armas ligeras y artilleros con espada, e incrementó, uniformó y armó a la infantería. Homologó los sueldos de los soldados de línea con la de los vecinos voluntarios. Con semejantes estímulos, muchos jóvenes de la Provincias Internas de Oriente se enlistaron en el ejército de Arredondo que ofrecía un sueldo seguro.

 

Convierte Arredondo a los presidios en verdaderos cuarteles

Convirtió los presidios en verdaderos cuarteles, se elevaron y fortalecieron los muros para poder sostener los nuevos cañones, se les agregaron torreones; se les rodeó de fosos y barricadas. Además se reubicó  a los vecinos que vivían demasiado cerca de los presidios.

 

Suspende Arredondo los programas para civilizar a los naturales 

y obliga a los vecinos a trabajar en la construcción de presidios

En los Presidios suspendieron las actividades de integración a la civilización de los indios, incluso los vecinos realizaban trabajos forzados: aquí vemos a un vecino que se rehusó a construir gratuitamente un corral para el presidio, Arredondo:

 

(1812)“declarando justa la prision de Vicente de Benavides, vecino de la villa de Cerralvo y ordenada por el Alcalde Mayor de aquella Villa, por resistirse a trabajar en la construcción de un corral para caballada del situado del presidio de aquella Villa; alegando no tener obligación de hacerlo los vecinos "por estar sirviendo a su costa en la guerra con la misma disciplina de los presidiales ... sin ninguna remuneración". Antecede al auto la solicitud de Francisco Benavides, José Antonio de Benavides, Felipe González, Juan de los Santos García, Manuel de Hinojosa y Joaquín de la Garza, vecinos de Cerralvo, sobre la libertad de don Vicente.”

 

Los cañones construidos en la maestranza sirvieron para artillar los presidios y las entradas y los principales edificios de Monterrey, donde se fortalecieron militarmente las garitas de la ciudad; la que estaba en lo que hoy es la Colonia Nuevo Repueblo, así como otra que estaba en el camino al Topo…

 

Se elige la primera Legislatura de las Provincias Internas de Oriente

Pese a que desde  el año de 1812 se debió elegir, la primera Diputación Provincial de las Provincias Internas de Oriente, no pudo elegirse sino hasta el año 1814, pues el comandante Arredondo hacía lo necesario para diferirla, pues no estaba de acuerdo en su existencia. Sin embargo, finalmente se eligieron en ese año, resultando electos:

 

    Bernardino Cantú y el Dr. José Lobo Guerrero por el Nuevo Reino de León 

    Francisco Antonio Gutiérrez y y Melchor Sánchez Navarro por Coahuila

    Ylarión Gutiérrez, Pedro Paredes por el Nuevo Santander 

    Pedro Manuel del Llano por Texas.

 

Como era de esperarse, Arredondo, conocido por sus ideales absolutistas, mordió el polvo en las elecciones, triunfando puros liberales que se oponían al militarismo. Así que estos diputados le escrutaban sus cuentas a conciencia  y le acotaban sus acciones.

 

La mano dura de Arredondo

La respuesta de Arredondo fue no asistir a las sesiones, a pesar de que era el presidente honorario de la Junta Gobernadora y de la Diputación Provincial. Utilizaba burdos trucos como movilizar con cualquier pretexto  a su estado mayor a lugares distantes como Agualeguas o Texas. Incluso, Arredondo trató de gobernar marcialmente, lo cual jamás se aprobó, pero de todas formas lo hacía:

 

“concluidas las operaciones militares se dedicó a perseguir civil y criminalmente a los que en la provincia eran o él suponía afectos a la insurrección. Los vecinos más notables de aquellos pueblos tuvieron que sufrir mil vejaciones en sus personas, bienes y familias, sin excluir de este número algunos decididamente declarados por la causa española”

 

Para terminar su programa de construcción de presidios y cuarteles, Arredondo incautaba propiedades, llegando a azotar vecinos - ricos y pobres- en la Plaza del Hospital. Ejercía su liderazgo apresando inocentes y culpables, decomisando caballos (aunque sí tenía derecho a ello debido al estado de emergencia por la insurgencia) pese a la oposición y crítica de la Junta Gobernadora y de la diputación provincial.

 

Militarmente Arredondo normalmente casi siempre cosechaba triunfos, consiguiendo  con su red de presidios convertidos en Cuarteles, pacificar la mayor parte de las Provincias Internas de Oriente, reduciendo la insurgencia de Bernardo Gutiérrez de Lara a solo las márgenes del Río Bravo.

 

La competencia por el Virreinato, entre Arredondo y Calleja

Él continuaba con su proyecto de dar resultados a la Corona para merecer el virreinato. Pero la Junta Gobernadora, la Diputación Provincial y numerosos vecinos se quejaron epistolarmente ante el virrey Francisco Xavier Venegas y el rey Fernando VII. Esto fue determinante para que la balanza se inclinara a favor de Félix Calleja al frente del virreinato en 1813. Arredondo se quedó como Comandante de las provincias internas de oriente.

 

Arredondo abrió la puerta para que entraran los sajones a Texas

Ciertamente Arredondo pacificó el noreste novohispano, pero se le reprocha haber permitido la entrada de los primeros 300 colonos sajones a Texas, así como su excesiva crueldad con prisioneros y sospechosos; además de haber sido el “maestro” de la brutalidad del posteriormente famoso Antonio López de Santa Anna.

 

En ese momento, la Nueva España estaba controlada. Sólo quedaban alzados Juan Álvarez, Guadalupe Victoria y Vicente Guerrero, por lo que las milicias destacadas en la Nueva España fueron movilizadas por el rey a la Península en 1819), y a la provincia Oriental (Uruguay). Sin embargo, esa falta de tropas fue aprovechada en 1821 por Iturbide para lanzar el Plan de Ayutla e independizar a la Nueva España.

 

El último intento de Arredondo por llevarse a España 

Las Provincias Onternas de Oriente.

Arredondo trató de mantener las Provincias Internas de Oriente leales a España, pero los reineros, sus tropas y su segundo al mando, Gaspar López, abrazaron el Plan de Iguala. Insistió reuniendo a los vecinos importantes, el ayuntamiento y la diputación provincial para convencerlos de que las Provincias Internas de Oriente se mantuvieran con España, pero no lo consiguió. Arredondo, forzado, juró el Plan de Iguala el 3 de julio de 1821, e inmediatamente huyó a Cuba dejando fortuna y familia en nuestra Ciudad. Quería sumarse a la reconquista, pero al no ser convocado a participar en esa intentona de reconquista de 1829, continuó en el servicio real hasta su muerte en 1836.

 

EL IMPERIO MEXICANO

 

Entre 1821 y 1823 nuestro país se organizó como un Imperio, primero dirigido por una Regencia y luego por el emperador Agustín I. Durante esta época se mantuvo el sistema colonial de los presidios y la existencia de las Provincias Internas de Oriente.

 

Para ser emperador, Agustín I, necesitaba ser rey de reyes, debía buscar Reyes que fueran sus súbditos; y en el noreste se eligió al Gran Cado, un jefe de varias tribus Chichimecas, contra los cuales los reineros tenían siglos luchando. Iturbide, por negociaciones de Bustamante, los hizo ir a la Ciudad de México y, a su paso por Monterrey, los alojó en la Plaza del Mesón (actual Plaza Morelos en la bifurcación de Hidalgo y Morelos).

 

Ver como invitados a la toma de protesta de Agustín I, al Gran Cado 

Y los indios, hubo protestas en Monterrey.

La presencia de los indios bárbaros en nuestra Ciudad como huéspedes de honor, molestó a los regiomontanos que los veían como sus enemigos históricos. Además los indígenas andaban desnudos, solo usaban capas de cabelleras y penachos en momentos importantes. Y eso para la conservadora y pudorosa sociedad de Monterrey fue un espectáculo impúdico y odioso. Continuaron su marcha y el Gran Cado y su corte estuvieron presentes en la coronación de Iturbide.

 

Pero esa paz fue flor de un día, pues cuando los aborígenes volvieron de la Ciudad de México, regresaron a su vida nómada y violenta.

 

Es otra vez el Nuevo Hospital (Colegio Civil), cuartel militar

Las Provincias Internas de Oriente fueron dirigidas primero por Gaspar López y luego por Anastasio Bustamante; quienes mantuvieron el sistema de presidios y de milicias fijas. Su cuartel fue igualmente el Nuevo Hospital (Colegio Civil) que ya tenía áreas techadas, oficinas,  corrales.

 

Pronto, el Imperio cayó con el Plan de Casamata del 1º de febrero de 1823 dirigido por Antonio López de Santa Anna, Vicente Guerrero y Nicolás Bravo entre otros. Nacería la República y con ella una nueva organización militar.

 

El nuevo Reino de León terminó sus días con cuarteles verdaderos en Cadereyta, Cerralvo, Linares y Lampazos; con una maestranza en lo que hoy es el barrio antiguo y un cuartel general en lo que hoy es el Centro Cultural Colegio Civil. 

Continuará… 

 

 

FUENTE

ARCHIVO HISTÓRICO DE MONTERREY

Protocolos 

Volumen 10, expediente 1, folio 140 vta No 54

Volumen 13,  expediente 1,  folio 166. No 22

Volumen 16,  expediente 1,  folio 250,  No 86

José Eleuterio González, Colección de noticias y documentos para la historia del estado de Nuevo León, corregidos y ordenados de manera que formen una relación seguida, Monterrey

David Alberto Cossío, Historia de Nuevo León. Evolución política y social, Monterrey

Alessio Robles, Coahuila y Texas en la época colonial, México, FCE.

México, Instituto de Investigaciones Históricas/Instituto Mora, 2001, p. 135-184.

Alamán, Historia de México desde los primeros movimientos que prepararon su independencia en el año de 1808 hasta la época presente, México, Fondo de Cultura Económica.

Handbook of Texas Online, www.tsha.utexas.edu/handbook/online/articles/AA/far18.html 

María del Carmen Velázquez, Establecimiento y pérdida del septentrión de la Nueva Espa- ña, México, El Colegio de México, 

 

Carlos María de Bustamante, Cuadro histórico de la Revolución Mexicana, edición facsimilar de la de 1844-1846, 5 v., México, Fondo de Cultura Económica