22/Nov/2024
Editoriales

Monterrey y el agua, una relación agridulce. Parte 4

Tal como vimos en la tercera parte, durante la década de los años cuarenta del siglo pasado, la empresa de origen canadiense “Compañía de Agua y Drenaje de Monterrey, S. A.” -The Monterrey Waterworks and sewer Company Limited- no ampliaba la cobertura de sus servicios si el solicitante no pagaba la infraestructura necesaria para conectar su vivienda a la red. 

 

Así, vecinos de las colonias Obispado o María Luisa que podían pagar la instalación de la tubería hasta sus casas eran rápidamente conectados, mientras las solicitudes de colonias populares enteras, ubicadas al norte de la Avenida Colón, eran ignoradas.

 

Al gobernador Arturo B. de la Garza, un político sensible, le molestaba semejante discriminación, pues conforme a las nuevas teorías sociales se consideraba al agua potable como un ‘servicio primario’, concepto nacido en la Europa escandinava y no un ‘servicio comercial’. Luego se fue ampliando la lista con el drenaje, la electricidad, la recolección de basura, y otros servicios indispensables para una vida urbana digna. Ahora los urbanistas de vanguardia plantean que el servicio de internet también debe ser parte de esa relación. 

 

Demanda el gobernador Arturo B. de la Garza a Agua y Drenaje de Monterrey

Decidido a enfrentar el problema, De la Garza demandó a la Compañía de Agua y Drenaje de Monterrey, S. A. para obligarla a ampliar la cobertura del servicio. Dicha demanda llegó al pleno del Tribunal Superior de Justicia del Estado que falló en favor del gobierno y de la población, ordenando a la empresa iniciar un programa para conectar todas las viviendas de la Ciudad y cobrar tarifas de acuerdo al consumo, no fijas, como lo venía haciendo.

 

El efecto fue el buscado por De la Garza; los canadienses se acercaron para negociar la venta de la Compañía de marras. Aunque la distribución del agua potable era potestad municipal, el poder adquisitivo para una operación económica de tal envergadura lo tendría en todo caso el estado. La oportunidad no podía desaprovecharse, así que Don Arturo B. de la Garza, buscó apoyos en todas partes, comenzando por el gobierno del presidente Ávila Camacho, quien auspició un préstamo de Nacional Financiera. 

 

Administra El Banco Mercantil a la empresa Agua y Drenaje de Monterrey

Al fin se realizó la operación de compra – venta, y mientras se cubría el crédito, la    

administración de la empresa quedó a cargo del departamento de crédito del Banco Mercantil de Monterrey, institución que tampoco era la adecuada para manejar un servicio público tan especializado. Pero poco a poco la red de distribución crecía y en paralelo el crédito se incrementaba, mientras el difícil manejo de este indispensable servicio se realizaba entre la burocracia estatal y la bancaria.

 

Sin embargo, a finales de la década de los años cuarenta la Ciudad atravesaba por una prolongada sequía, agravada con la sobreexplotación del acuífero mas importante, la galería de San Jerónimo ubicada al poniente de Monterrey, que se abastece de las aguas subterráneas del Río Santa Catarina que atraviesa la ciudad. 

 

Sólo quedaba el agua que provenía de la Estanzuela -al sur de Monterrey-, cuyo gasto era apenas de 30 litros por segundo. Adicionalmente a la falta de fuentes nuevas de abasto de agua, los administradores bancarios actuaban lento y requerían de asesores, que a veces venían de El Bajío o de la Ciudad de México . 

 

Primer racionamiento de agua en Monterrey, en los tiempos modernos

En plena emergencia se perforaron pozos en diferentes puntos de la Ciudad y en 1948 se implantó por primera vez en la historia moderna de la Ciudad un racionamiento de agua. A pesar de ello, los reducidos recursos del estado y la cautela del banco frenaban nuevos proyectos mientras la situación se complicaba más y más. Ante ello, en 1954 se recurrió a la Federación que presidía Adolfo Ruiz Cortines, por lo que la Secretaría de Recursos Hidráulicos encontró y perforó una nueva galería en la Huasteca que logró aportar 770 litros por segundo de agua.

 

Se crea la Comisón de Agua Potable de Monterrey

Sin embargo, ni el Banco Mercantil de Monterrey, ni los gobiernos del estado y el municipio estaban capacitados para hacer eficiente el sistema de agua municipal. Por ello en mayo de 1954 el Presidente de la República decretó la creación de la Comisión de Agua Potable de Monterrey (CAPM) una "Institución Pública Descentralizada", autónoma de los gobiernos federal y estatal.

 

La administraba una Junta Directiva integrada por: el Gobierno del estado de Nuevo León, el Ayuntamiento de Monterrey, el Banco Nacional Hipotecario Urbano y de Obras Públicas (BANHUOPSA), la Secretaría de Recursos Hidráulicos (SARH), la Secretaría de Salubridad y Asistencia, tres representantes del sector privado (Cámara de Comercio de Monterrey, Cámara de la Industria de Monterrey, y la Cámara de Bienes Raíces de Monterrey), más un representante de los residentes de la Ciudad.

 

Se crea la empresa paraestatal Servicios de Agua y Drenaje de Monterrey

En 1956 se creó la Compañía de Servicios de Agua y Drenaje de Monterrey (SADM) que estaría a cargo de la distribución y mantenimiento de la red de agua y la del drenaje, pero sólo del Municipio de Monterrey.

 

Sin embargo, en 1957 seguían los racionamientos de agua, y solo se cubría con el servicio al 44% de la población de la Ciudad, generándose grandes conflictos en las colonias populares. Ante esa apremiante circunstancia el gobernador Raúl Rangel Frías debió pedir apoyo a PEMEX.

 

Se perforan los pozos profundos de Mina

Y en ese mismo año de 1957 se perforaron pozos profundos en Mina construyéndose también un túnel para traer agua de la Cola de Caballo a Monterrey. Se realizaron  obras en municipios cercanos a la Ciudad, que ahora forman parte de la metrópoli, como son General Escobedo, San Pedro Garza García, y San Nicolás de los Garza.

 

La Comisión de Agua Potable, por su parte, se dedicaba a la planeación de los proyectos y a conseguir recursos para satisfacer el abasto. Con sus estudios y junto con los industriales de Monterrey, se elaboró el proyecto de un dique para formar la que sería llamada Presa de la Boca, que abastecería agua a las industrias que habían cedido algunos pozos para complementar la demanda doméstica y comercial.

 

Aporta el presidente Ruiz Cortines 35 millones para la Presa de La Boca

El Presidente Adolfo Ruiz Cortines aprobó el proyecto y autorizó la aportación de 35 millones de pesos de fondos federales para la construcción de la cortina de la Presa de la Boca. Los industriales aportaron 60 millones de pesos para la construcción de una planta de tratamiento de agua industrial, las estaciones de bombeo y el acueducto que traería el agua a Monterrey. Así se iniciaron los trabajos en el año de 1961.

 

La Presa de la Boca, su planta potabilizadora y el acueducto no empezaron a funcionar sino hasta 1965 debido a retrasos en la construcción, permisos y pagos a particulares.

 

Crece el abasto de agua al doble, pero también crece igual la población

Era indispensable ese nuevo embalse porque de 1950 a 1960, aunque el abasto de la Ciudad se había duplicado, también se había duplicado la población, así que siguió habiendo déficit de agua, aunque ya se había llegado al récord de que un 56% de los hogares de Monterrey estaba conectado al sistema de agua potable.

 

En la década de los años sesenta la población de Monterrey creció a una tasa del 5.4% anual -la más alta del país- mientras la infraestructura no había crecido. La Secretaría de Recursos Hidráulicos realizó varios estudios para  la construcción de presas en  diversos lugares cercanos a la ciudad. Pero el único avance conseguido en los años sesenta fue convencer a los industriales de ceder parte del agua de la presa de la Boca para el consumo doméstico.

 

Por su parte, el gobernador Livas gestionó un préstamo de 34 millones de pesos ante el Banco Nacional Hipotecario Urbano y de Obras Públicas para la construcción de plantas potabilizadoras, sin embargo, este esfuerzo fue insuficiente y la escasez se agudizó regresando el racionamiento.

 

Con el gobernador Livas se llega al millón de habitantes y se surte agua al 67%

Al terminar en 1967 el mandato del gobernador Livas, la población de Monterrey era de 1 millón 022 mil 907 habitantes, casi un 137% más que en 1961, y la dotación de agua era de 2 mil 834 litros por segundo. Las fugas en la red complicaban más las cosas, pues representaban un tercio del total del líquido. El 66.8% de la población estaba conectada al sistema municipal, sufriendo constantes cortes y racionamiento. Casi un tercio de la población era abastecida con camiones-pipa.

 

La Comisión de Agua Potable de Monterrey dominada por empresarios del Grupo Monterrey autorizaban la perforación de pozos a la industria y pedían al gobierno federal un sistema de bombeo desde la Presa las Adjuntas o la  Presa Falcón en la frontera de Tamaulipas y los Estados Unidos.

 

En 1968 el Presidente Díaz Ordaz ofreció que su gobierno estudiaría estas posibilidades, sin embargo se determinó que no eran  viables ninguna de las dos opciones y la crisis del agua fue creciendo.

 

En 1950 Servicios de Agua y Drenaje ofrecía el líquido a 250 empresas por medio de contratos industriales, pero en 1965, sólo tenía 118 contratos lo que significaba que la industria tenía ya sus propios pozos.

 Continuará… 

 

 

Fuentes: Isabel Ortega Ridaura, Génesis y Evolución de la Administración Pública de Nuevo León, Fondo Editorial Nuevo León 2005.

Vivienne Bennett, The water crisis in Monterrey México, Austin, Texas, 1986

Cámara Nacional de Comercio de Monterrey, Estudio del problema de agua y drenaje

en la ciudad de Monterrey, 1946.

Centro de Investigaciones Económicas. El problema del agua en Monterrey, 

Facultad de Economía, UANL, 1965.