En los dos textos anteriores vimos antecedentes militares y virtudes políticas de Bernardo Reyes; su llegada a Nuevo León y su primera gubernatura –1885 a 1887-, cuando edificó, entre otras obras, la Penitenciaría estatal. Su segunda gubernatura, de 1889 a 1892, promovió la apertura de empresas iniciando la industrialización del Estado. Pudimos resumir lo hecho durante la primera mitad de este cuatrienio.
El Censo de Nuevo León 1890
Ahora veremos la segunda mitad, que inicia con la realización del primer censo del estado con bases científicas. Los parámetros y cuestionarios venían de la ciudad de México, acordes con las más modernas teorías demográficas de la época. Este esfuerzo fue parte del Censo de 1890, que inaugura la práctica de censar al país cada década, aunque se haya realizado entre 1890 y 1892 en las diversas entidades federativas.
El Gobierno de Bernardo Reyes tenía entre sus bondades una buena administración y una rígida disciplina militar, fértil argamasa que parió una gestión gubernativa eficiente. Los resultados del censo son botón de muestra, sabiéndose con certeza que había en Nuevo León 271 mil 926 habitantes, 139 mil 061 hombres y 132 mil 926 mujeres. De este simple dato podríamos derivar varios temas importantes, pero nuestro objetivo es más amplio: analizar las gubernaturas de Reyes.
La implantación del sistema métrico decimal
En el ramo de comercio, luego de tres décadas de lucha por erradicar el sistema de pesos y medidas de varas, libras, arrobas, etc., Bernardo Reyes aplicó fuertes multas a quienes no aplicaran el sistema métrico decimal. Creó una entidad inspectora que revisaba en los comercios del estado la fidelidad de los pesos y medidas y la estricta aplicación de este sistema que, además, fue obligatorio enseñarlo en las escuelas.
La obra sanitaria
En marzo de 1891 se adoptaron las primeras medidas obligatorias en materia sanitaria sobre la rabia de los caninos. Se crearon los primeros centros de control animal en la ciudad y en el área rural, donde la contaminación entre animales domésticos y silvestres hacía difícil contener la enfermedad, aplicándose por primera vez la vacuna contra la rabia a las mascotas.
La vacunación contra la viruela
En el campo de la salud se inició una fuerte campaña de vacunación gratuita en las plazas principales de los pueblos del estado. A pesar de la confusión y desinformación entre la población, se vacunaron contra la viruela casi 10 mil personas entre 1891 y 1893, cantidad inimaginable unos años antes, cuando los nuevoleoneses se vacunaban sólo en casos de epidemias presentes, no futuras.
Con motivo de la última epidemia -fiebre amarilla 1889- el Consejo de Salud del Estado tuvo, por primera vez, servicio médico público y gratuito, así como delegados médicos para la prevención de las enfermedades en todos los pueblos del estado. Además, se amplió el hospital González con un pabellón de “dementes” y otro de “tuberculosos”. Y entre las medidas salubres, se expidió un reglamento de peluquerías para evitar la transmisión de piojos, sarna y otras enfermedades.
Educación y Registro Civil
En el tema educativo, para 1891 ya se advertía que en Nuevo León, durante los últimos dos años, se había incrementado la matrícula escolar en casi 3 mil infantes y existía medio centenar de escuelas adicionales. La mayoría de ellas eran escuelas públicas, sostenidas por el gobierno de Bernardo Reyes.
El Registro Civil amplió su cobertura, pues sólo había oficinas en Monterrey y en Linares. En los otros municipios este servicio lo daban los empleados municipales, por lo que la población seguía prefiriendo la inscripción en las parroquias mediante el bautismo. Esta deficiencia se eliminó al establecer oficinas del Registro Civil en todos los municipios del estado.
Las Juntas de Mejoras Morales, Cívicas y Materiales
Para las obras públicas, Reyes inició en 1891 la formación de Juntas de Mejoras Morales, Cívicas y Materiales en todos los municipios. Con esta figura se construyeron obras que mejoraron las vías de comunicación, las plazas, oficinas y parajes públicos. Y para determinar prioridades, a pesar de tener los medios para imponer su voluntad, Reyes tomó en cuenta las opiniones de alcaldes, maestros y la población de cada pueblo, democratizando las obras públicas. En resumen, podemos afirmar que con el gobernador Bernardo Reyes la prosperidad y la paz se asentaron en el estado, no sólo para los ricos, sino para la generalidad del pueblo.
La ideología política de Porfirio Díaz; los “Científicos”
Todo esto se desarrolló en un contexto ideológico impuesto por el presidente Porfirio Díaz: el Liberalismo mexicano -rama del positivismo de Augusto Comte- tropicalizado por Gabino Barreda y adaptado a formato gubernamental por Guillermo Prieto. Díaz no era ideólogo, sino “un soldado ilustrado” que continuó al principio las políticas de Juárez y Lerdo de Tejada, verdaderos liberales teóricos. El LM era una especie de liberalismo francés, donde el gobierno promovía el desarrollo de las personas proporcionándoles educación y salud, procurando sus derechos individuales.
Sin embargo, en 1890-1891 varios factores adversos como: la sequía y su consecuente hambruna, la devaluación del peso -debido a la devaluación mundial de la plata-, la revuelta de Catarino Garza en Coahuila y Texas, que realmente nunca fue peligrosa para el gobierno de Díaz, pero que alarmó a Estados Unidos; y la revuelta de los yaquis, hicieron que Porfirio Díaz se echara en brazos de los llamados científicos, liderados por el diputado José Yves Limantour.
Estos científicos también eran seguidores de Comte, pero lo interpretaban alzando el esfuerzo individual a ser la única forma de progreso social. Sostenían que el salario debía pagarse según el valor del trabajo (para garantizar la vida digna del trabajador, como pensaban los liberales mexicanos). Su tesis suponía que si una parte de la sociedad crecía económicamente, tarde o temprano “jalaría” al resto. Ellos creían en la necesidad de formar una burguesía que manejara los negocios e impulsara el desarrollo. Y Porfirio Díaz les compró la idea.
Reyes sufre la antipatía de Los Científicos
Sin embargo, el gobernador Bernardo Reyes siguió siendo un liberal “a la mexicana”, promoviendo el desarrollo de todos con ventajas para la burguesía. La brutalidad militar y la represión social parecían provenir de órdenes superiores, por lo que Reyes tuvo la simpatía de Díaz hasta casi el final del régimen, pero la antipatía de los científicos desde siempre.
Se crean en Nuevo León más de un millar de empleos
A finales de 1991 Reyes anunciaba que la llegada de industrias acereras, como la Smelting, Refinning and Manufacturing (Peñoles) y la Fundidora de Fierro y Acero Monterrey y otras, había generado más de un millar de empleos. Por lo que los avances conseguidas en otras administraciones -léase Gonzalitos- permitieron a cientos de mujeres trabajar de secretarias y auxiliares de contabilidad. Además, iniciaron operaciones empresas de producción de electricidad, agua potable, drenaje, teléfonos y se multiplicaron los tranvías, contribuyendo al “bienestar del público”.
La revolución de Catarino Garza
Producto de la paranoia e inseguridad que causó en el régimen porfirista la revuelta de Catarino Garza, quien merodeaba Coahuila y Texas con sólo cincuenta hombres, se movilizaron los ejércitos de ambos lados de la frontera. Sin grandes enfrentamientos, el terror que causaba Catarino Garza forzó a una reunión bilateral en Washington. Tal fue la reacción de los gobiernos que para 1893 en ambos lados de la frontera había más de 500 detenidos (y casi 220 muertos) implicados con la revuelta que jamás pasó de 50 efectivos; esto repercutió en Nuevo León. Bernardo Reyes ejecutó una brutal cacería de bandidos y salteadores de caminos consiguiendo la pacificación total del estado y sus caminos.
Bernardo Reyes convierte a Nuevo León en estado fronterizo
El acto más relevante de 1892 del gobierno de Bernardo Reyes fue la culminación de las negociaciones con el estado de Coahuila para intercambiar una porción del territorio donde se asienta Candela por una franja de terrenos al sur del río Bravo. Esto permitió que, por primera vez en la historia, Nuevo León tuviera acceso directo a la frontera con Estados Unidos, convirtiéndose en estado fronterizo. Finalmente, en diciembre de 1892 se fundó la villa de Colombia en esa frontera, con la categoría de congregación, figura inconstitucional, pues no existía como tal en la Constitución del estado.
Pero ese minúsculo detalle no impide ver la transformación real de Nuevo León durante esta parte del gobierno de Bernardo reyes. Fue uno de los gobiernos más pacíficos, prósperos y productivos de la historia, que sentó las bases para la inminente bonanza económica. Reyes se reeligió sin problemas para el periodo 1892-1895, y sus opositores eran políticos. A eso se debe que en el estado reinara la paz social, por lo que las quejas políticas y económicas tuvieron que esperar a su maduración antes de estallar. Continuará…
Fuentes:
Periódico Oficial del Estado, versión electrónica, 1891, 1892.
El Positivismo Mexicano, Leopoldo Zea Aguilar, FCE