21/Nov/2024
Editoriales

La Independencia en Monterrey

El proceso de independencia de la Nueva España fue muy complicado. Una de las más importantes divisiones territoriales del virreinato eran las Audiencias, sedes de los tribunales de segunda instancia y nulidad. Cada Audiencia se formaba de provincias que, ya independizadas, terminaron siendo naciones sobernanas o estados federados.

 

En cuanto a los tiempos, las Audiencias de México, Guadalajara y Guatemala consumaron su independencia el 27 de septiembre de 1821; la Audiencia de Las Filipinas, el 12 de junio de 1898; y la Audiencia de Santo Domingo se liberó de España en 1865, pero luego fue dos veces ocupada por Estados Unidos y no logró su independencia total sino hasta 1965.

 

La independencia de las Provincias de México y Guadalajara pasó por un largo proceso, desde 1810 hasta 1821. La de Guatemala que inició en 1811, culminó junto con las de México y Guadalajara.

 

El Grito de MIGUEL HIDALGO, en 1810

 

El cura Miguel Hidalgo y Costilla dio el Grito de Libertad en el pueblo de Dolores, provincia de Guanajuato, la noche entre el 15 y 16 de septiembre de 1810. Este acto resonó en todos los rincones del imperio español, y las fuerzas realistas reaccionaron preparándose para la guerra, mientras que los independentistas -monárquicos y repúblicanos-, salieron del ostracismo para mostrarse en favor de la independencia y construir una monarquía o tal vez una república independente.

 

La extraña relación con los franceses; repudio a José I

y la atracción por su ideología

Había un denominador común de realistas e insurgentes: el repudio al impuesto del rey de España José I, hermano de Napoleón, el emperador de Francia, y el rechazo a la llamada Constitución de Bayona, que los franceses habían impuesto a ‘España y las Indias’. Sin embargo, la ideología francesa era atractiva para los novohispanos, al grado de que en la propuesta del Congreso de Apatzingán, subyacían sus ideales.         

 

La lucha ideológica al interior del movimiento independentista

Entre los independentistas no había claridad de aspiraciones. Algunos deseaban un gobierno autónomo mientras se restablecía la monarquía en Madrid, y otros que México se convirtiera en un reino o imperio gobernado por su propio monarca. Unos querían un príncipe borbónico, otros cualquier príncipe europeo, y otros más un noble mexicano, incluso hasta un príncipe de la nobleza indígena.

 

Solo unos cuantos visionarios deseaban una república al estilo francés (unitaria, con un poder ejecutivo débil y colegiado con un legislativo fuerte), y otros una República tipo Estados Unidos (federalista, con un ejecutivo fuerte y unipersonal, con un legislativo débil divido en dos cámaras).

 

Ni siquiera Hidalgo tenía claro su proyecto político

El movimiento de Hidalgo tampoco tenía un plan de gobierno claro, sólo declaraba su lealtad a Fernando VII pero, paradójicamente, pedía castigo a los europeos y el empoderamiento de los americanos, la abolición de la esclavitud y libertad para la América Septentrional.

 

El movimiento de Hidalgo inició sin orden, con saqueos y masacres, apoyado por una “bola”, es decir, una masa enardecida en lugar de un ejército. Allende y Aldama, segundos de Hidalgo se oponían a ese método y proponían la creación de un ejército.

 

La reacción de Calleja fue sanguinaria

Desde luego que en la esquina de enfrente, es decir, el ejército realista dirigido por Félix Calleja, también pecaba de crueldad y era sanguinario aún con súbditos que no tenían relación alguna con la insurgencia.

 

El repudio a la Constitución de Bayona

Antes de que las noticias oficiales llegaran a Monterrey, corrían la especie exagerada sobre la crueldad de la Guerra en el Bajío y Occidente. La primera noticia que llegó fue el repudio a la llamada Constitución de Bayona:

 

“Expediente que contiene tres bandos enviados por el Virrey Francisco Xavier Venegas: 1) Bando impreso remitido por el Virrey de la Nueva España, Francisco Xavier Venegas, en el cual comunica la quema del "infame papel" decretado por "pérfido intruso Rey José Bonaparte". Ciudad de México, 25 de septiembre de 1810, 1 foja.”

 

Oficializa el Virrey la persecución a los insurgentes

El día 27 de septiembre de 1810 el propio virrey Venegas notificó al Cabildo de Monterrey de la revolución Insurgente de Hidalgo, Allende y Aldama, autorizando a cualquier ciudadano a atraparlos vivos o muertos

 

“1.-Se informa acerca de bando enviado en el cual se expresa los escandalosos atentados cometidos y que continúan cometiendo el cura de los Dolores Dr. D. Miguel Hidalgo, y los capitanes de dragones de la reina Don Ignacio Allende y Don Juan de Aldama con los demás de su facción, y ofreciendo permisos a los que presentaren vivos o muertos a estos tres abominables individuos. Firma: Venegas. México 27 de Septiembre de 1810.”

 

Nuevo comunicado del virrey Venegas minimizando a los alzados

Ese mismo día llegó otro comunicado del virrey Venegas quien, tratando de minimizar la situación en el centro del virreinato, relataba que los insurgentes habían sufrido una derrota en las cercanías de Toluca, sin mencionar las victorias y los saqueos que realizaban en El Bajio las huestes de Hidalgo:

 

 

“Oficio impreso que presenta el Virrey de la Nueva España, Francisco Xavier Venegas, en donde les expone dos ejemplares del bando referente a los escandalosos atentados cometidos y que continúan cometiendo el cura de Dolores, doctor Miguel Hidalgo, y los Capitanes de Dragones de la Reina, Ignacio Allende y Juan de Aldama, con los demás de su facción. Se anexa la contestación del Ayuntamiento el 1 de octubre en donde se hace saber de la derrota tenida por los insurgentes cerca de Toluca.”

 

Hacen equipo Allende y Abasolo para orientar a Hidalgo, pero Calleja

les propina semejante derrota en Jalisco

Lo cierto es que los insurgentes tomaron Morelia y estuvieron a punto de dirigirse a la Ciudad de México, capital del virreinato, pero Allende y Abasolo, temiendo una carnicería persuadieron a Hidalgo de dirigirse a Guadalajara. Luego de permanecer breve tiempo en la Perla Tapatía, el 11 de enero de 1811, Félix Calleja con un ejército menor al de Hidalgo, pero bien organizado y mejor armado, derrotó al ejército de Hidalgo, numeroso pero desorganizado y mal armado. Calleja dispersó la Bola, saliendo vivos los jefes insurgentes con un puñado de hombres iniciando un éxodo a Tejas que creían en manos de insurgentes leales.

 

La declaración de Independencia del Ing. Mariano Jiménez en Monterrey

 

Buscando apoyo en las provincias norteñas, Hidalgo comisionó a Mariano Jiménez para que visitara Monterrey. Así, el 26 de enero de 1811 en un ambiente favorable, Jiménez entró a nuestra Ciudad, pues gobernador del Nuevo Reino, Manuel de Santa María y su segundo Juan Ignacio Ramón ya estaban convencidos de afiliarse a la insurgencia.

 

“Nuestro señor Dios de los ejércitos, que tan visiblemente auxilia y protege nuestras armas americanas, ha prometido en la mañana del día de hoy, se hubiese verificado nuestro arribo a esta ciudad, logrando en ella mayor satisfacción por el júbilo con que fuimos recibidos por los mismos Señores Cabildos Eclesiásticos, secular y demás vecindario, quedando prisionero a discreción don Manuel Santamaría. Las tropas que estaban a las órdenes de este ex gobernador, se han dispersado, impedidas por un verdadero patriotismo, sin querer oponer sus fuerzas a las de nuestras tropas, conociendo que con los imprudentes choques se debilita la amable oprimida Nación Americana, con la fanática idea de querer conservar los tiranos europeos.

 

Ya es tiempo, amados compatriotas, que nos reunamos todos, en la fuerza posible, para acabar de desquiciar a este coloso, ya casi toca en el abismo de su propia destrucción: ¡Sí valerosos soldados que pertenecéis a este gobierno de Monterrey! Me prometo de vuestro amor a la Patria que en el momento que veáis a estas líneas no lo perderéis en correr apresurados a disfrutar hermanos, como de los brazos de vuestro Teniente General y compañero, y del premio y atención con que se sabe distinguir la Nación Americana a sus verdaderos hijos. Dios guarde a vuestras mercedes muchos años. Cuartel General de la ciudad de Monterrey, Enero 26 de 1811

 

José Mariano Jiménez

Teniente de América”

 

Salen de Monterrey los insurgentes -con Santa María- dejando

 de gobernador al Virrey Chiquito

Al día siguiente, luego de reclutar a algunos reineros, los insurgentes iniciaron su marcha para incorporarse a la columna de Hidalgo (que ya estaba prácticamente sin mando y preso por Allende y Aldama) dejando como Gobernador de la Provincia Insurgente del Nuevo Reino de León a José Santiago de Villarreal llamado “virrey chiquito” por su influencia y poder en el reino.

 

En reacción a estos hechos, el virrey Venegas, promoviendo el miedo entre los reineros y para motivarlos a dejar las actividades insurgentes y denunciar a los partidarios de la independencia publicó un bando prometiendo indultos:

 

“(12 de febrero de 1811) Presentacion de un Bando enviado por Francisco Xavier Venégas al Ilustre Ayuntamiento de Monterrey. En el cual publica el Real Decreto expedido el 15 de Octubre último por las cortes generales, concediendo indulto general a los individuos de los paises de estos dominios donde se hayan manifiestado conmociones populares, a fin de que tengan efecto las prevenciones de dicho Soberno Rescripto igualmente que las mías relativas a la actual revolución. Rúbrica por Venégas.”

 

Nombra Abasolo al gobernador Santa María, Mariscal de campo

Por parte de la Insurgencia, una vez comprobada la lealtad del ex gobernador Santa María, Mariano Abasolo le nombró Mariscal de Campo de los “ejércitos de América”.

 

Reacciona Calleja nombrando Comandante a Joaquín de Arredondo

Y entonces, Calleja nombró gobernador del Nuevo Santander -lo que lo hacía capitán de Mar- y Comandante de las Provincias Internas de Oriente, al fiero catalán Joaquín de Arredondo quien mantendría una constante ofensiva contra todo movimiento insurgente.

 

La caída de Hidalgo y demás cabecillas insurgentes en Coahuila

Los realistas se habían apoderado de Tejas, por lo que el tortuoso viaje de los Insurgentes terminó siendo una celada. Segaron todas las norias y pozos de agua fresca dejando solo la de Acatita de  Baján, en el actual municipio de Castaños, Coahuila donde, el 21 de marzo de 1811, Ignacio Elizondo, nativo de las Salinas (Nuevo Reino de León), aparentando ser insurgente recibió a los insurgentes, y los entregó al ejército realista.

 

Luego de fusilar a los dirigentes, el Virreinato se enfila contra los insurgentes

Ya presos los cabecillas insurgentes, el 20 de abril de 1811 se anunció una ofensiva contra los insurgentes en el noreste del virreinato:

 

“Mandado publicar en esta capital y lugares del distrito de la intendencia, remitido a todos las justicias de los parajes de tránsito de las tropas del Rey; por orden de Félix María Calleja, como brigadier de los Reales ejércitos y comandante general del ejército de operaciones contra los insurgentes, se extractan todas las declaraciones hechas para arreglo y seguridad de los pueblos, perdón y castigo de los delincuentes, hechas desde el principio de la insurrección y que se encuentran dispersas en varios Bandos.”

 

Renuncia El virrey Chiquito a la gubernatura del Nuevo Reino

Al verse cercado y ya vencido el ejército insurgente, el “Virrey chiquito”, José Santiago de Villarreal, alegó que por su edad no podía servir como gobernador, luego se acogió al indulto general, regresando a las Salinas:

 

“(1 de abril de 1811) Pide se le dispense de continuar desempeñándose como gobernador de esta provincia, en vista de su avanzada edad y otros motivos que expone en este documento. Firma: José Santiago Villarreal [Joseph Santiago Villarreal en el original].”

 

Jura el Cabildo de Monteerrey, obediencia a Junta de Sevilla

Buscando no ser castigados por haber recibido a Jiménez,  y reconocido al Virrey Chiquito como gobernador, el Cabildo de Monterrey juró obediencia a la Junta de Sevilla que gobernaba en lugar del Rey Fernando VII que estaba privado de su libertad.

 

(2 de Julio de 1811) Copia del acta donde la junta gobernadora de esta provincia y los alumnos de este ayuntamiento congregados en la sala capitular, prestan el juramento de reconocimiento de obediencia a las Cortes Generales y Extraordinarias de la Nación, en presencia de los vecinos republicanos; firmada en el original por Bernardo Ussel y Guimbarda y José Leonardo de la Garza.

Nota: La última foja está en blanco Exp. 1 fol. 05 fojas: 4 fecha: 02/07/1811 lugar: Monterrey

 

Con la muerte de los principales jefes de la Insurgencia, el movimiento de Independencia sufrió una decaída en la simpatía de los reineros. 

 

Mantiene Gutiérrez de Lara encendida la flam de la independencia

En todas las Provincias Internas de Oriente, solo Bernardo Gutiérrez de Lara mantenía viva la Insurgencia operando en los lugares más inaccesibles de Tejas y Tamaulipas. En el Nuevo Reino de León, Gutiérrez de Lara realizó solamente un ataque comandado por José Herrera a la ciudad de Monterrey en julio de 1813.

 

Masacra Arredondo a tribu de Ayaguas, solo para aterrorizar

Por el lado realista, Arredondo sin motivo conocido, masacró a la tribu de los ayaguas por su ataque al Real de Vallecillo, cuando solo algunos nativos habían participado, posiblemente los hizo como advertencia general. En los caminos, todos los transeúntes eran interrogados y tratados como sospechosos de ser insurgentes, es decir, Arredondo sembró el terror en toda la región.

 

Llegan Mina y el Padre Mier pero Arredondo los acalambra

Otro episodio importante en las provincias internas de oriente fue el desembarco del capitán Francisco Xavier Mina, héroe de la guerra civil española. Atracó en la Colonia del Nuevo Santander -Tamaulipas-, Soto la Marina, y le acompañaba el ilustre regiomontano Servando Teresa de Mier y Noriega en 1817. Arredondo controló rápidamente las intenciones libertarias de esa expedición.

 

 

El Congreso de Apatzingán

 

Las Juntas Gubernativas que gobernaban las regiones del Imperio Español, se organizaron y llamaron a unas Cortes -Congreso Constituyente- en Cádiz (1811-1812); estas cortes ejercerían la soberanía y el poder ejecutivo en nombre de Fernando VII y del pueblo emitiendo una constitución.

 

En tanto, en la Nueva España la insurgencia se reducía a las provincias del sur -hoy estados de Michoacán, Guerrero, Oaxaca y parte de Veracruz- manejada por la junta de Zitácuaro, con apoyo militar del gran estratega José Maria Morelos. Su ejército estaba bien organizado, pero escaseaban los recursos, y las cada vez mejor reforzadas tropas realistas, con recursos de todo el imperio al mando de Félix Calleja, fueron poco a poco mermando al ejército de Morelos, sitiándolo en varias ocasiones y provocándole deserciones.

 

El Congreso de Anáhuac

La junta de Zitacuaro llamó a un constituyente -el congreso de Anáhuac-, que entre 1813 y 1814 elaboró el llamado Decreto Constitucional para la Libertad de la América Mexicana, conocida como la Constitución de Apatzingán, que nunca entró en vigor.

 

Se cuestiona la representatividad de los diputados designados

La representatividad de esta Junta era cuestionada por su escasa presencia en el territorio virreinal. Salvo un par de diputados electos por la oficialia del ejército de Morelos, casi todos los demás fueron designados por la propia Junta. A guisa de ejemplo, Morelos fue designado diputado por Nuevo León, aunque la Junta no tenía presencia en nuestra tierra, Morelos jamás había venido, y ni siquiera fue votado.

 

No reconoce el Cabildo a Morelos como su represenante

El Cabildo de Monterrey jamás reconoció a Morelos como su representante. Y cuando el héroe fue capturado, el 5 de noviembre de 1815 en Temalaca, hoy estado de Guerrero, en Monterrey hubo reacciones con ceremonias ‘de paz’.

 

“En la ciudad de Monterrey, a los cuatro días del mes de diciembre de mil ochocientos quince. Juntos en este día en cabildo ordinario, los señores Presidente Dn. José Antonio de la Garza y Guerra, Alcalde Ordinario de segunda elección; Regidores Dn. Leonardo Guerra, Dn. Lorenzo de la Garza, Dn. Ignacio Martínez; Dn. Lorenzo González y Síndico Procurador General Dn. Urbano de la Garza; acordaron, que se cite a cabildo pleno extraordinario para el día seis del corriente, con el objeto de resolver sobre la asistencia a la Santa Iglesia Catedral, el día ocho inmediato, con respecto a lo acaecido en la misa de gracias, que se celebró el día treinta del pasado por la noticia de la prisión del cabecilla Morelos; en cuyo día se acudió a la ceremonia acostumbrada de la paz”

 

A la muerte de Morelos, disminuye la fuerza de la insurgencia

El 22 de diciembre de 1815 Morelos fue ejecutado y con ello la insurgencia perdió bastante fuerza; solamente peleaban en guerrillas Vicente Guerrero, Guadalupe Victoria, Juan Álvarez y otros grupos comoo el de Bernardo Gutiérrez de Lara en el Noreste y José María González en el Noroeste..

 

Iturbide y el Plan de Iguala

 

El virreinato estaba en crisis económica. Guerrero, Victoria y Álvarez tenían obstruida la ruta Acapulco-Veracruz, cortando el comercio entre Asia y Europa. Además, el gasto militar del ejército realista, dirigido por Agustín de Iturbide era sumamente alto.

 

Victoria, Guerrero y Álvarez parecían invencibles. Ante esa realidad, Iturbide decide lanzar un plan para unir a los ejércitos insurgentes y realistas en uno solo, declarar la independencia y formar un imperio mexicano. Así nace el Plan de Iguala promulgado el 24 de febrero de 1821.

 

El final de la Era Arredondo

Poco a poco cuerpos militares y gobiernos de ciudades iban integrándose al plan o abandonando la Nueva España. La excepción fue el comandante Joaquín de Arredondo que decidió a mantener la región bajo la corona española. Sin embargo, los vecinos y gran parte de su ejército se unieron al movimiento encabezado por Iturbide.

 

Hasta llegar el momento que Arredondo, solo y abandonado, trató de adherirse al Plan de Iguala, y el repudio social fue casi unánime en Monterrey y Saltillo, por lo que Arredondo decidió viajar a Cuba para seguir a las órdenes del Rey.

 

Y en junio de 1821 el Cabildo de Monterrey, así como Pedro Lemus, nuevo comandante de las Provincias Internas de Oriente, se declararon por el Plan de Iguala, quedando nuestra tierra oficialmente separada de la corona española.

 

“(10 de junio de 1821) Copia del oficio donde relatan que, habiendo recibido oficio participándoles de la unanimidad de voto al decidirse la jura del Plan de Independencia de Iturbide por las corporaciones de la capital de las provincias de oriente [Monterrey], declaran no reconocer ninguna orden que no sea la de Iturbide y la Junta de Gobierno establecida en esta villa; refieren haber sido designados para obtener el mando de las armas de esta villa por dicha Junta Provisional. Firma: Corrales y Lemus.

 

El nombre de Monterrey es sinónimo de independencia y soberanía

Los once años que duró la gesta de Independencia fueron difíciles, por decir lo menos, pues en Monterrey siempre han existido personajes inteligentes que suelen diferir de las tendencias nacionales. Hoy se cumplen 214 años del Grito de Dolores, y el próximo día 27 de septiembre habrán pasado 203 años de la consumación de nuestra Independencia Nacional.

 

Monterrey y sus habitantes han vivido tiempos difíciles y tiempos de prosperidad; de libertad y de tiranía. A pesar de los avatares seguiremos avanzando y continuaremos aportando al engrandecimiento de nuestra generosa nación mexicana.

 

¡VIVA MEXICO!

 

 

 

 

FUENTES

ARCHIVO HISTÓRICO DE MONTERREY

COLECCIÓN PRINCIPAL

VOLUMEN 15 EXPEDIENTE 1

VOLUMEN 1. EXPEDIENTE 5

COLECCIÓN CORRESPONDECIA 

VOLUMEN 130 EXPEDIENTE 6

VOLUMEN 129 EXPEDIENTE 1 FOLIO 1

VOLUMEN 9 EXPEDIENTE 129

COLECCIÓN ACTAS DE CABILDO

4 de diciembre de 1815

Mexico a través de los Siglos, Vicente Riva Palacio et altre, editorial Cumbres, Mexico Distrito Federal .

Los Primeros Diputados de Nuevo León, Leopoldo Espinosa Benavides, Congreso del Estado de Nuevo León-ESPE, Monterrey, Nuevo León.