Manuel Antonio Morales, Alcalde Primero. 1844
En el año de 1844, Manuel Antonio Morales resultó electo alcalde primero. Fue un abogado reinero egresado de la Cátedra de Derecho del Seminario de Monterrey. Ya había sido regidor varias veces, síndico, funcionario del Departamento de Nuevo León, y del Gobierno Nacional centralista, con clara filiación política centralista.
Simpatizar con Antonio López de Santa Anna, o con su proyecto de nación, hoy parecería increíble, pero entonces no estaba claro el diagnóstico de su papel histórico. Había muchos mexicanos que lo consideraban como el hombre ideal para dirigir al país, en base a su trayectoria militar, pues aparentaba ser quien podría vencer a cualquier enemigo externo del país. Había personajes mayores, como Andrés Quintana Roo, por ejemplo, que aún despreciando a Santa Anna, reconocían su liderazgo nacional y osadía frente al enemigo.
Eran tiempos difíciles para el país, pues los tejanos habían formado su propia República desde 1836 y el gobierno mexicano sólo hacía tímidos intentos de recuperar el territorio de Tejas que estaba dominado por sajones, quienes oprimían y despojaban de sus propiedades a los mexicanos.
Pega duro el centralismo a la economía de los reyneros
El centralismo, que había sido medianamente popular en 1836 cuando se implantó la Primera República Central (1836 – 1843 con Las Siete Leyes), pronto perdió adeptos. Los estados convertidos en Departamentos ya no tenían capacidad de legislación, ni de fijar sus propios ingresos.
El gobierno nacional centralista decretó impuestos al comercio, y al consumo. Creó las alcabalas -cobros por el comercio de mercancías entre los Departamentos-, los impuestos de guerra y los préstamos forzosos. Por otra parte, la drástica reducción de los impuestos municipales impedían el progreso de las ciudades y los impuestos nacionales se destinaban a un excesivo y desordenado gasto militar. Pero no había capacidad para resolver los dos grandes conflictos internos: las separaciones de Tejas y Yucatán. Y tampoco resguardaba las fronteras de Nuevo México y California, cuyos territorios terminaron perdiéndose.
Instala Santa Anna un Congreso Constituyente y lo desaparece por no obedecerle
Desde 1841 los antiguos centralistas del clero y las clases económicas altas, advirtieron que el sistema no estaba funcionando bien. Ante sus protestas, Santa Anna convocó a la elección de un Congreso Constituyente que, contrario a sus deseos, redactó una Constitución Federalista, por lo que apareció el Santa Anna intolerante y, de un plumazo disolvió el Congreso sin promulgar la Constitución. En su lugar formó una Junta Legislativa centralista que dictó en 1843 la Constitución de Las Bases Orgánicas, estableciendo prácticamente una dictadura militar.
Manuel Antonio Morales, primer alcalde de Monterrey del Departamento de NL
En semejantes condiciones, el alcalde Manuel Antonio Morales tomó protesta el 1º de enero de 1844, ante el Cabildo anterior. Fue el primer alcalde del Departamento de Nuevo León, según esta Constitución Centralista de 1843, y se eligió también a Germán de Iglesias como alcalde segundo, quien ya había sido alcalde primero en las administraciones 1837 y 1839.
“En la Ciudad de Monterrey Capital del Ayuntamiento de Nuevo Leon á primero de Enero a mil ochocientos cuarenta y cuatro años: reunidos los Señores Capitulares que componen el Ayuntamiento solicita bajo la Presidencia del Señor Alcalde 1o. en turno Don Pelaguio Garibay y presenta también los Señores (ilegible) Alcaldes como Regidores y su Procuradora presentaron juramento en forma y declarado instalado el Ayuntamiento constitucional de 1844 bajo la Presidencia del Señor Alcalde 1er. jusgado Licenciado Don Manuel Antonio Morales se mandó comunicar a la superioridad y ponerse para la presente: de que doy fé. Firmas”
Divide La Constitución de Las Bases Orgánicas hasta a los mismos centralistas
Pero Las Bases Orgánicas dividió hasta a los propios centralistas. Por un lado estaban los militares dirigidos por Santa Anna y por el otro, el alto clero y la burguesía que apoyaban a Anastasio Bustamante, entre ellos el alcalde Segundo Germán de Iglesias. Recordemos que este experimentado político era leal a Bustamante, por lo que prefirió solicitar su renuncia, pues le desagradaba colaborar con Santa Anna, pero no le fue admitida.
Desde el inicio de su gobierno, el alcalde Morales trabaja con entusiasmo
El alcalde Morales por su parte, trabajó con entusiasmo, restableciendo el servicio del ‘carro de la limpieza’, que era una carreta que semanalmente recorría las calles de la Ciudad recogiendo la basura de los domicilios y la depositaba en los pantanos que se encontraban al sur de la actual Alameda Mariano Escobedo. Se prefería esto para impedir que los vecinos la acumularan formando un ‘muladar doméstico’ o que la quemaran, considerando que ello causaba grave daño a la salud pública:
“Sesion del 15 de Enero de 1844. … Dada cuenta con su decreto del Gobierno en la renuncia que hace del empleo de Alcalde 2o. Don German Yglesias, para que informe sobre el particular se acordo decirse no ser bastantes para la ecepcion solicitada los causales apreciados tanto mas quanto que son muy pocos los individuos y hay habiles para el desempeño de los cargos Públicos a virtud del crecido numero que las que se ocupan anualmente en las diferentes corporaciones que hay en esta Capital… Dada cuenta con el presupuesto de gastos en la recomposicion al carro de la limpieza en cantidad de nueve pesos cuatro reales”
La obra pública del alcalde Morales
En la misma sesión, luego de no aceptar la renuncia de De Iglesias, se discutió la necesidad de construir nuevas fuentes de agua, es decir, nuevas cajas de agua alimentadas por el acueducto construido por el Obispo Vergel. Estas nuevas cajas de agua estarían conectadas por ductos subterráneos, y eran necesarias por el incremento de la población en el Camino Nacional -hoy avenida Hidalgo- con asentamientos que hoy son el Barrio del Mediterráneo, así como otro en el cruce del Camino Nacional y la calle del Roble -hoy avenida Juárez-.
Llega Papias Anguiano, el Ingeniero de la Ciudad
Veamos cómo el famoso “ingeniero de la ciudad” Papias Anguiano, aquel criollo hidrocálido que construyó el frontispicio del Palacio Municipal, la Fuente de los Delfines, los agregados al acueducto del Obispado, una plaza de toros que quedó inconclusa, y numerosas obras privadas, se asentó en la Ciudad. Para ello, solicitó al Ayuntamiento tierras para ganado. Es de destacarse que, pese las carencias económicas, la Ciudad pagaba a un arquitecto de renombre nacional para asegurar que la obra pública fuera estética y funcional.
“Sesion ordinaria del Jueves 1o. de Febrero de 1844. Leida y aprobada la acta anterior se dió cuenta con lo siguiente… se comenzaron los trabajos a las fuentes publicas… Dada cuenta con una solicitud de Don Papias Anguiano en que solicita se le den á renta por el sur de la Ciudad tres suertes de tierra para agostadero”
La pandemia de viruela causa estragos y el alcalde Morales toma medidas de control
En otro aspecto, ese año se recrudeció la pandemia de viruela que asolaba al mundo entero. Aunque no se entendía científicamente las causas de muchas enfermedades, había nociones de que la higiene era instrumento de prevención. Por eso el alcalde Manuel Antonio Morales mandó drenar los pantanos naturales o los causados por excavaciones, para evitar la contaminación del aire y del agua. Igualmente se mandó hacer un censo de médicos, curanderos, enfermeras, parteras, hierberos y toda persona que tuviera algún conocimiento de medicina para ayudar a combatir la terrible viruela:
“Sesion del 4 de Marzo de 1844. Leída y aprobada la acta anterior se dió cuenta con lo siguiente… se acordó que por lo que respecta á la desecacion de algunos pantanos que por llubias y otros accidentes se forman el comicionado del ramo ocurra al Señor Presidente de Cuerpo pidíendo los aucsilios necesarios para su destruccion y en quanto a ejerser la facultad medica, que el comicionado á quién toque forme una lista de todos los medicos o individuos que ejercen esta facultad con clara esprecion de los que esten autorizados para ello por la autoridad que corresponda segun la ley, los que no la tengan, quienes tienen Botica abierta y ejersen la facultad de curar, y quienes teniendola no lo hacen, de todo lo que daran cuenta”
A pesar de la escasez de recursos, el alcalde ordena nuevas obras
En el mes de abril, el Cabildo ordenó que se continuara la construcción de las “fuentes públicas” y la elaboración del plano de la plaza de toros por el mencionado ingeniero de la Ciudad, Papias Anguiano y una comisión del Cabildo, para su posterior aprobación:
“Sesión del 22 de Abril de 1844. Leida y aprobada el acta anterior se dio cuenta con lo siguiente… la continuación de la obra de fuentes publicas… (y)… se ponga en ejecución la formación de la plaza para corrida de toros en los terminos mismos que lo tiene mandado: se acordó procederse a ello y se nombró en comisión especial… para que acordándose con Don Papias forme conforme al Plano respectivo el presupuesto general a la obra, y lo presente para aprobación”
Ordena el alcalde Morales la creación de un colmenar
para fabricar azúcar en San Agustín
El Cabildo de Monterrey autorizó que en lo que hoy es la Colonia San Agustín del Municipio de San Pedro Garza García, entonces parte de Monterrey, se creara un “un enjambre de mosco de cera” lo que quería decir un pie de cría para una colmena de abejas, pues la miel y el piloncillo eran las únicas formas de producir azúcares de fácil comercio, una industria lucrativa y aditivo nutrimental importante para la población.
Intenta el alcalde Morales fabricar farolas para alumbrado público
Igualmente se dio impulso al alumbrado público, que era prácticamente el mismo desde la época colonial, sólo alrededor de la Plaza principal (hoy Plaza Zaragoza). Los faroles -o farolas- se fabricaban en Ciudad de México o en Puebla, y se compraban usados. Para poder fabricarlos en Monterrey se contrató a un hojalatero local como encargado a quien se le pagaría por farol nuevo y por el mantenimiento de los existentes:
“Sesion del 2 de Mayo de 1844. … en la voca del Potrero de San Agustin un pedaso de terreno aproposito para poner un enjambre de moscos de cera. Se acordó que la comision de alumbrado decide hoy en adelante ocupe al Ojalatero Tomás Martínez en toda la obra del ramo, teniendole por contratista en lugar a Francisco Aguilar, y pasandosele once pesos por cada farol nuevo que tenga su sueldo de trece pesos. Aprobada la cuenta de gastos del taller de la Carcel que presentó la comision del ramo importante cinco pesos dos reales seis granos”
Nombran a Monterrey asiento del Ejército del Norte
Aunque desde 1835 los colonos sajones de Tejas habían formado la República de Texas -con apoyo de Estados Unidos- en julio de 1844 se realizaron grandes maniobras militares que afectaron a la Ciudad de Monterrey, que sería el asiento del Ejército del Norte, comandado por Mariano Arista. Este ejército se formaba con leva y voluntarios de San Luis Potosí, dándole al Cabildo lapso de dos meses para preparar alojamiento para las tropas.
“Sesion del 11 de Julio de 1844. Leida y aprobada la acta anterior se dió cuenta con lo siguiente. Una orden del Gobierno previniendo que lo mas pronto posible se arregle una lista, la que se mandara para su aprobación, en lo que consten con la espresion debida las casas ó locales en que hade darse alojamiento á los Señores Generales, Gefes, y Oficiales de la division que dentro de dos meses debe pasar por esta Capital para la campaña de Bejar”
La pandemia de Viruela causó tantas muertes que el alcalde Morales
pidió asesoría a Gonzalitos y ordenó iniciar un nuevo panteón
Por otra parte, la viruela seguía cobrando víctimas y expandiéndose en la ciudad por lo que el Cabildo debió tomar medidas, pues el número de muertes rebasaba la capacidad de los panteones tradicionales, que eran el de Catedral, el del Roble y el de la Purísima. En esa virtud se ordenó al Sacerdote encargado de la Catedral que buscara un predio adecuado para disponer con mayor salubridad de los cadáveres.
“Sesión del 18 de Julio de 1844. Leida y aprobada la acta anterior se dió cuenta con lo siguiente… Se pasó a la comision respectiva otra proposicion el mismo Señor Sindico sobre que no siendo ya bastante y capás el actual camposanto para la humasion de cadaveres, se ponga dicha comision de acuerdo con el Señor Cura Parroco para el señalamiento en otro en punto aproposito y con el resultado que hubiere de cuenta para los efectos que convengan. Por ultimo el Señor Presidente ofrecio ponerse de acuerdo con el Señor facultativo Don Eleuterio Gonzalez a fin de que se propague en los terminos debidos el Pús bacuno que actualmente se conserva en la Ciudad debido este bien el mismo Señor Gonzalez que la mantiene segun ha informado y promovido al efecto el relacionado Señor Sindico”
Breve síntesis del invento de las vacunas en Inglaterra
Además el alcalde Morales confió al médico José Eleuterio González ‘Gonzalitos’, hombre de ciencia enemigo de buscar razones sobrenaturales en las enfermedades, como ‘castigos del cielo’ o ‘malos aires’, el tratamiento con el ‘pus vacuno’. Esto se refería al método de inoculación utilizado en la época, pues no había forma de combatir la viruela hasta que un médico rural inglés, Edward Jenner, realizó un experimento con humanos y observó que las ordeñadoras que se infectaban de la inocua viruela de las vacas al contagiarse de la viruela humana les afectaba muy poco.
Este médico inglés tomó en 1796 líquido de las pústulas de una de estas mujeres (Sarah Nelmes), y se lo inoculó a un niño de 8 años, James Philipps; seis semanas después, introdujo pus de un enfermo de viruela en el brazo del niño, quien apenas tuvo algunas pústulas y sobrevivió. Por ser un mal global la Corona Inglesa compartió con las otras naciones.
Los esfuerzos del alcalde Morales por sostener el gasto para el Ejército del Norte
Una vez que el Cabildo recibió el número y grado de los militares del Ejército del Norte, se comenzó a conseguir su alojamiento a los de “primera clase, como los generales Arista y Rómulo Días de la Vega se les asignaría su propia vivienda con servicio. Ellos estaban acostumbrados y exigían vivir a todo lujo, pero el Ayuntamiento sufría para financiarlos.
Morales convencía a los vecinos de que apoyaran con sus activos al Ejército Nacional
Porque el Gobierno Nacional pagaba sólo los sueldos a la tropa, pero los gastos comunes correspondían a los ayuntamientos, o a los particulares mediante préstamos forzosos. Adicionalmente, los vecinos debían entregar al ejército armas, caballos, asnos y mulas, y se les daba un recibo diciendo que se les regresaría o se les pagaría en efectivo, pero eso jamás sucedía.
A los oficiales de segunda clase como los capitanes José Barragán y José Maria Moreno, una familia Reinera acomodada los acogería como huéspedes; mientras que la tropa se alojaría en el Nuevo Hospital, hoy Centro Cultural Colegio Civil, la maestranza del actual barrio antiguo alojó a armeros, zapadores, carpinteros y otros ayudantes.
“Sesión del 22 de Julio de 1844. Leída y aprobada la acta anterior se dió cuenta con lo siguiente… Dado principio á la calificacion del padron formado para alojamientos se reservo para concluirse en la inmediata sesión en rason de haberse en el acto agregando mas algunas personas en primera y segunda clase y creerse faltar algunas mas que incluir. Se leyó y reservo para la siguiente sesión”
Los reineros se molestaron con las dos primeras derrotas militares
… luego vendría lo peor
Sostener a este ejército implicó un gran esfuerzo para el Ayuntamiento y para los vecinos. Y lo que más molestó a los reineros fue el posterior fracaso de 1846 frente al ejército norteamericano, en las Bataallas de Palo Alto y Resaca de la Palma, las primeras dos grandes derrotas del ejército mexicano en la abusiva invasión norteamericana.
La obra pública del alcalde Morales continuaba y hasta indemnizaba a los afectados
Además de las obras públicas ya mencionadas se hacían trabajos de “calzadas de calles y desagües”; algunas calles se empedraron con un arcén (canal o cuneta) para que “corriera” el agua de la lluvia y se evitaran los encharcamientos, las obras perjudicaron a un locatario de la Plazuela del Mesón (actual Plaza Morelos en la bifurcación de Hidalgo y Morelos), se acordó que el Cabildo pagara los daños:
“Sesion del 8 de Agosto de 1844. Leida y aprobada la acta anterior se dió cuenta con lo siguiente… Por ultimo a virtud de reclamo hecho por un propietario de la Plazuela del Mezon de que con motivo de los trabajos de calzadas de calles y sus desagues resiente perjuicio su fabrica se acordo que el Regidor comisionado del ramo de acuerdo con el decreto de la obra pongan oportuno remedio”
El Maestro Albañil Picazo
En este fragmento de acta apareció otro personaje peculiar en la historia de nuestra ciudad. Si bien Papias Anguiano era el ingeniero de la ciudad, el “maestro albañil” es decir el que dirigía a los trabajadores y materializaba los planos de Anguiano -hoy sería el ingeniero residente o el mayordomo de obra- era un preso de apellido Picazo:
“Sesión del 22 de Agosto de 1844. Leida y aprobada la acta anterior se dió cuenta… Por último a mosion motivada del 2o. Síndico Procurador se acordó que al Maestro Albañil Picazo que trabaja correccionalmente en las obras públicas se aumente diariamente un real sobre dos que dice el mismo Síndico tiene asignados”
Los impuestos destinados a mantener el Ejército volvieron odiosos a los centralistas
Desde 1835 los regiomontanos (y los habitantes de otros departamentos fronterizos) debían aportar a préstamos forzosos o impuestos especiales para la guerra de Tejas, lo que hacía impopular a los centralistas sobre todo en el norte y el sudeste; en septiembre de 1844, se indicó al cabildo de Monterrey recaudar un impuesto especial:
“Sesion del 12 de Septiembre de 1844. Leida y aprobada las actas del 5 y 6 del corte se dio cuenta… Dada cuenta con el supremo oficio de 21 de Agosto ultimo sobre impuesto extraordinario para (ilegible) á las atenciones urgentes al erario nacional”
Cuando ya estaba en la Ciudad todo el Ejército del Norte,
no había dinero para la recolección de basura y cuidar el agua potable
Habiendo llegado todo el Ejército del Norte, los gastos del municipio se multiplicaron, tanto en renta de fincas como en la alimentación de casi 4 mil elementos del Ejército del Norte, esto hizo que faltaran recursos para pagar al “carro de la basura” e incluso Julián de Llano, en ese momento un particular, pagó de su bolsa el servicio de alumbrado de las fuentes públicas, que debían ser vigiladas para que animales sueltos no bebieran de ellas en la noche pues era exclusiva para consumo humano, desde luego pidió su reembolso:
“Sesión del 23 de Septiembre de 1844. Leida y aprobada la acta del dia anterior fué aprobada. En seguida se dió cuenta con lo siguiente… Una orden recordando el aseo y limpieza que debe haber respecto a la polícia y mandandose de cuenta tanto de esto como de si el mozo al servicio del carro gana sueldo por estar en otro servicio… Una previniendo se paguen a Don Julian de Llano cien pesos… del gastos de alumbrado digno de las fuentes públicas”
Remodela el alcalde Morales la Sala de Cabildo y prepara el Panteón Nuevo
Uno de los últimos actos del gobierno de Morales fue la remodelación de la sala del Cabildo; en esa misma fecha una comisión notifica al Cabildo que se ha señalado y bendecido el nuevo Camposanto, que se ubicaba en donde hoy está la Secundaria 10, Venustiano Carranza y Aramberri, sin embargo no se utilizaría hasta una década después pues la invasión norteamericana evitó que se realizaron los trabajos de bordeado y trazo de lotes.
La santificación de los nuevos Camposantos era indispensable
En los camposantos, la tierra debía ser bendita, pues así es como debían ser enterrados los bautizados en la Iglesia Católica.
“Sesion del 9 de Diciembre de 1844. Leida y aprobada la acta anterior se dió cuenta con lo siguiente… mandar recomponer las bancas y demas útiles de la Sala Capitular… La Comision encargada del señalamiento de sitio para un nuevo Campo Santo manifestó que hoy ó mañana á mas tardar quedará ceñalado y bendito”
Inaugura el alcalde Morales la deuda pública del Cabildo de Monterrey
La crisis económica llegó al grado de que el Cabildo empezó a pagar sus deudas con vales, llamados libramientos, pagaderos cuando hubiera dinero; así se pagó para el restablecimiento del servicio de basura, arreglos en la cárcel y el alumbrado, pero el encargado de este último servicio se negó a recibir el libramiento y se excusó de seguir prestando el servicio, ignoramos si el Cabildo encontró otra solución o la ciudad quedó a obscuras:
“Sesión del 16 de Diciembre de 1844. Leida y aprobada la acta anterior se dió cuenta con lo siguiente. El Semanario politico que se mandó al archivo. Se mandó estender libramiento en favor del Señor Garza Don Diego de la cantidad de veintiseis pesos importe de la recomposicion del Carro de limpieza: se mando asi mimso estender libramiento de ocho pesos dos reales valor de recomposicion de (ilegible) de la Carcel. Se mandó á los Sindicos Procuradores, informe un escrito del Ciudadano Francisco Garcia en que pide un temporal hácia la Boquilla. El Señor Garza Don Diego hizo presente al Cuerpo que por no habersele satisfecho aun la cantidades que se le tienen librado para gastos de alumbrado y otros, nó puede desempeñar las Comisiones que se le tienen encomendadas: se acordó tomarse la providencia conveniente. Con lo que se lebantó la sesion: doy fé. Firmas”
Autoriza el alcalde Morales a Papias Anguiano una fábrica de ladrillos
A finales de diciembre se autorizó a Papias Anguiano que estableciera una fábrica de ladrillos extrayendo el barro de las márgenes del Rio Santa Catarina, la cantera de barro debió haber estado a la altura de la actual avenida Morones Prieto y Eugenio Garza Sada:
“Leida y aprobada la acta anterior se dió cuenta con lo siguiente… una peticion de Don Papias Anguiano en que solicita terreno el bastante para poner una fabrica de ladrillo a los margenes del rio por el rumbo del sur”
El alcalde Morales pudo realizar grandes cosas por apoyarse en gente capaz
Manuel Antonio Morales resolvió grandes problemas de la ciudad como el abasto de agua y el combate a la viruela, apoyado en grandes personalidades de nuestra historia como Papias Anguiano, José Eleuterio González “Gonzalitos” y el albañil Picazo.
Realizó obra pública como empedrado de calles, ampliación de la distribución de agua del acueducto. En su gobierno se mejoró la salubridad de la ciudad mediante el desecamiento de pantanos y la recolección de basura.
Colaboró en la medida de las posibilidades de la Ciudad con la preparación de la guerra de Tejas, que un par de años después sería continuada y catapultada con la invasión de Monterrey por el alevoso ejército norteamericano.
Germán de Iglesias, Alcalde Segundo. 1844
Ya comentamos que desde el inicio de esta administración, De Iglesias pidió licencia, misma que se le negó, pero de todas formas su asistencia a las reuniones de Cabildo fue mínima.
Guadalupe Treviño, Alcalde Tercero. 1844
Al alcalde tercero, Guadalupe Treviño, cumplió con su responsabilidad atendiendo las peticiones de tierras en arrendamiento con la redacción de los contratos respectivos, así como con su cumplimiento. Veamos dos casos ordenados por el Cabildo.
La petición de tierras para el colmenar de San Agustín:
“Antonio González pide en arrendamiento un terreno en la Boca del Potrero de San Agustín , para establecer un colmenar.”
Y la petición del terreno de la ladrillera de Papias Anguiano:
“Papias Anguiano pide en arrendamiento un terreno en el camino del pueblo de Guadalupe , para establecer una fábrica de ladrillo.”
Gregorio Cisneros, Alcalde Cuarto. 1844
Como juez de campo entre otras cosas, Gregorio Cisneros recibía las cuentas de la recaudación de impuestos sobre productos del campo
‘Estado que manifiesta la recaudación hecha en ese Juzgado en todo el mes de enero, febrero, marzo, abril y septiembre correspondiente al derecho municipal sobre el 6 por ciento impuesto al consumo de aguardiente, vino mezcal y vacas fructíferas’
También debía colaborar en la búsqueda de animales robados. Aquí llega una petición de Bustamante donde unos indios se robaron unos animales y se pedía ayuda para su recuperación:
“Carta de Manuel Santos, del Juzgado 1º. de Paz de Bustamante, en la que le comunica… que ayer a las diez de la noche se le dio parte de haber acometido los indios bárbaros el rancho de Lagunilla… informaron que no hirieron ni mataron a nadie en dicho rancho, pues la gente tuvo lugar de recogerse a tiempo, se llevaron unas bestias ensilladas y varios burros en pelo.”
FUENTES
ARCHIVO HISTÓRICO DE MONTERREY
COLECCIÓN CIVIL
Volumen 246, Expediente 9
Volumen 246, Expediente 8
COLECCIÓN CORRESPONDENCIA
Volumen 85, Expediente 1, Folio 26
Volumen 85, Expediente 3, Folio 2
COLECCIÓN ACTAS DE CABILDO
1º de enero de 1844
15 de enero de 1844
1º de febrero de 1844
4 de marzo de 1844
22 de abril de 1844
2 de Mayo de 1844
11 de julio de 1844
18 de julio de 1844
22 de julio de 1844
8 de agosto de 1844
22 de agosto de 1844
12 de diciembre de 1844
22 de diciembre de 1844
28 de diciembre de 1844