Entre las plazas de Monterrey sobresale la Alameda Mariano Escobedo. Sin embargo, con el nombre de Alameda se conoció antes a otra, y estudiaremos a ambas. La primera Alameda existió desde la fundación de la Ciudad, y desapareció a finales del siglo XIX. A ello obedece que a la actual Alameda se le haya denominado en diversas etapas: La Alameda Nueva, Alameda Porfirio Díaz y, finalmente, Alameda Mariano Escobedo.
Veamos la diferencia histórica entre Plaza y Alameda. La plaza colonial era un terraplén para usos múltiples: religiosos, civiles, comerciales y militares. Y la alameda un espacio arbolado diseñado para que los vecinos lo disfrutaran en sus descansos personal o familiar. Rastreando su origen, encontramos estas áreas verdes desde la edad media en la Península Ibérica. En el siglo XV, el Reino Unido de Castilla y Aragón las promovió para “La honra urbana y el uso del agua”. Este último elemento es, al igual que los árboles, fundamental para el concepto de alameda.
A finales del siglo XVI, Jerónimo Castillo de Bobadilla, fiscal de la Chancillería de Valladolid, en su obra “Política para Corregidores y Señores de vasallos, en tiempo de paz y de guerra y para prelados en lo espiritual y temporal entre legos, juezes de comisión, regidores, abogados y otros oficiales públicos y de las jurisdiciones, preeminencias, residencias y salarios dellos y de lo tocante a las de órdenes y cavalleros dellas”critica a las ciudades que se remodelan para ser más agradables “(…) tanto hermosean los pueblos, y las obras y cosas magníficas, más se encomiendan por el ornato público que por la utilidad de ellas”.
La Alameda Central de México, el jardín público más antiguo de todo América
La primera Alameda nace en el año de 1573 en Segovia, España como “lugar de recreo y embellecimiento de la ciudad”. Un año después, la Alameda Hércules de Sevilla, que sería el modelo a seguir y luego se reprodujeron por todas las Españas. Así, en 1592 nació la Alameda Central de la Ciudad de México, considerado el jardín público más antiguo de México y de todo América.
La Alameda Vieja de Monterrey
La primera Alameda que hubo en la Ciudad Metropolitana de Nuestra Señora de Monterrey, se le ha llamado Alameda Vieja desde que nació la nueva. Esta alameda estaba en donde ahora están el Museo de Historia Mexicana, el Museo del Noreste y la Explanada Santa Lucía. La Alameda Vieja estaba dividida en dos por el Río Santa Lucia.
En aquel tiempo la Alameda se ubicaba fuera de la ciudad y las familias iban allí a distraerse. Es importante recordar que entonces no existía lo que ahora llamamos fin de semana, pues sólo se descansaba el domingo y los días de guardar, religiosos y civiles. Estos últimos eran: el cumpleaños del rey y la reina, la coronación, y en algún tiempo los cumpleaños del virrey; por lo que normalmente los reineros se iban a la Alameda los domingos después de misa.
La Plazuela de La Purísima
En algún momento, en la esquina sureste de la Alameda Vieja se colocó una imagen de la Purísima Concepción de María, a esta pequeña área se le llamaba Plazuela de la Purísima. En la década de los años 80 del siglo XVII se construyó la llamada Presa Grande o de la Purísima en el extremo oriente de la Alameda, que redujo el tamaño del paseo, pero la hermoseó este nuevo cuerpo de agua.
Es importante esclarecer alguna posible confusión entre la Plazuela de La Purísima original, que estaba localizada en la esquina de Terán (hoy Juan Ignacio Ramón) y la Calle de La Presa (Diego de Montemayor), con la Plaza Ignacio de la Llave –que ya estudiamos en este espacio- a la que también se le llama Plaza de la Purísima, por estar frente al Templo que tiene esa denominación. Esta Acta la refiere claramente:
“Sesion ordinaria del 10 de Julio de 1888. Presidencia del Señor Zambrano… A su carpeta previo acuse de recibo. Un ocurso del Señor Bernardino Lozano y Aragon, pidiendo en merced un pedazo de tierra vacante, de la Ciudad comprendido entre la línea del canal que conduce el agua del "ojo de agua" y el frente Norte de la Plazuela de la "Purisima", se pasó los CC. Síndicos Procuradores para dictamen”.
Esta Alameda Vieja era un paraje natural donde los árboles crecían en estado natural, y fue hasta el año de 1826 cuando por primera vez el Ayuntamiento le hizo algunos arreglos. Aquí vemos el acta de cabildo donde se ordenaba su reforestación:
“(…) a los diez y siete dias del mes de julio, de 1826 (…) en cabildo ordinario (…) los CC. Manuel Maria de Llano Alcalde 1o, Presidente los regidores Ramon Treviño, Rafael Arreola, Antonio Chaves, Manuel de Uribe, Jose Maria de la Garza don Angel Zambrano y los sindicos procuradores Pedro Garza y Mateo Quiroz… Pidio el Señor Presidente (…) una comisión que recomponga la alameda plantando arboles donde no los hay y debe haber los que puestos se encargen a los vecinos inmediatos bajo la responsabilidad y tomado en consideración dicha proposición se acordo se tenga presente para quando sea tiempo para el efecto”.
La Alameda Vieja era respetada por los taladores y la Plaza cambia de nombre
Un dato curioso propio de un tiempo cuando la leña era el principal combustible, es el asentado en actas pues ante la caída de un árbol de la Alameda Vieja un vecino pedía los restos a cambio de plantar otro árbol o pagar su costo:
“Sesion ordinaria del 16 de Septiembre de 1833. El Sindico menos antiguo hiso presente que un arbol de la Alameda que se cayo pide el C. Victoriano Leyja que se le de y transplantara otro fue acordado que se venda a el o al que lo comprare por su valor.”
Sin embargo, a partir de 1840 comenzó a discutirse la idea de construir una nueva Alameda pues los escurrimientos del Río Santa Lucia eran cada vez más escasos y sucios, aunque la Alameda Vieja seguía siendo uno de los paseos principales de la ciudad.
Circundaban a La Alameda Vieja las calles de Dr. Coss al poniente, al sur por la calle de Terán (hoy Juan Ignacio Ramón), al norte por la calle de Quince de Mayo y al oriente por la Calle de la Presa hoy llamada Diego de Montemayor. Ya dijimos que la esquina sureste conservaba el nombre de Plazuela de la Purísima hasta que, en el año de 1888, siendo gobernador Lázaro Garza Ayala y alcalde de Monterey Gregorio Elizondo García la plazuela fue rebautizada con el nombre de Plaza Garza Ayala.
“Sesion ordinaria del 10 de Diciembre de 1888. Presidencia del Sr. Elizondo Garcia… la H. Corporacion Municipial acordó (…), que la Plasuela de la Presa de la Purisima llevara (…) el nombre de Plaza Garza Ayala, (…) se acostumbra perpetuar la memoria de los hombres ilustres (…) por sus indiscutibles méritos y relevantes virtudes públicas y privadas el eminente jurisconsulto. C. Gral Lázaro Garza Ayala, actual Gobernador Constitucional del Estado, (…): que (…) se habian mandado construir dos o tres lápidas con la correspondiente inscripcion, pero que no habiendose inaugurado aún aquel paseo que no muy tarde vendrá a ser uno de los mas recreativos de la Ciudad (…) de iniciar la Corporacion que el 17 del corriente aniversario del dia onomástico del expresado C. Gral. Ayala, se inagurara solemnemente el paseo en relacion. Que (…) la junta de mejoras materiales de aquel Barrio, comunicaba haber colectado (…) donativos con el propio objeto, y deseaban (…) se les concediera celebrar fiestas públicas por (…) cuatro dias, (…) principiando el citado dia 17 (…) hasta el 20 del mismo. (…) con dispensa de tramites (…), disponiendo se elevara copia de este acuerdo la Superioridad en solicitud de su aprobación…”
El gobernador Bernardo Reyes deseca las presas y elimina a la Alameda Vieja
Así perduró esta Alameda hasta a finales del siglo XIX cuando el gobernador Bernardo Reyes desecó las presas y repartió los predios que ocupaba la Alameda entre particulares, sin embargo, se conservó la Plaza Garza Ayala.
En el año de 1890 la administración de Monterrey preparó la plaza Garza Ayala para su reforestación:
“Sesion ordinaria del dia 7 de Julio de 1,890. Presidencia del Señor Padilla… que instancias del Señor Comisionado de Ornato se ejecutó un terraplen de tierra vegetal en la Plaza Garza Ayala…”
Siete años después, en 1897, se construyó una escuela nocturna, con servicios sanitarios junto a la Plaza Garza Ayala:
“Sesión ordinaria del día 12 de Abril de 1897. Presidencia del Ciudadano Doctor Pedro C. Martinez… De Comisiones. Ynformes... La de Obra Pública:... que quedaron términados los edificios para escuelas nocturnas de la Calle de Allende y de la Plaza Garza Ayala: que los escusados de las escuelas de las plazas Zuazua y Garza Ayala. están para terminar”
Comienza la reducción del predio de la Plaza Garza Ayala
Esta Plaza Garza Ayala hubo de reducirse físicamente en 1905 por la ampliación de la calle del Aguacate (hoy Ignacio Allende) para facilitar el paso del tranvía eléctrico:
“Sesión ordinaria verificada el Lúnes 3 de Abril de 1905. Presidencia del Dr. Martínez (…) que (…) una de las lineas de los Ferrocarriles Eléctricos (…) cruce por la calle de la Presa, y (…) ésta es muy estrecha en el punto que atravieza frente las casas escuelas, (…) norte de la Plaza Garza Ayala, era preciso proceder ensancharla; según el compromiso (…) entre el Señor Gobernador y la Compañia concecionaria; y que fin proponía este H. Concejo (…) la cantidad de $ 1,632.00 que importa la realización de las obras correspondientes, según el presupuesto presentado por el Maestro de obras, señor Julio Alvarez, siendo el más barato de todos los que, sobre el particular, se tuvieron la vista”.
Y un par de años después, en 1907, la Plaza perdió un poco más de espacio.
Sesión (…) 7 de Octubre de 1907. Presidencia del Dr. Martínez. (…) Un oficio de la Secretaría del Gobierno… Otro oficio de la mencionada Secretaría número 21,461(..) expresando haber sido autorizado (…) $2,500.00, que importa la construcción de una pieza de sillar que se ha mandado agregar al edificio de la Escuela de la Plaza Garza Ayala. El trámite que le corresponde.
Los obreros y empleados visitaban la Plaza Garza Ayala
La Plaza Garza Ayala era visitada en las tardes por obreros y empleados, debido a que la escuela ubicada junto a ella fue la primera en dar educación nocturna, y era tan solicitada que en el año 1915 se pidió su cambio de domicilio.
“Acta número cuatro. Sesión reglamentaria del lunes ocho de febrero de mil novecientos quince… Otro del mismo, sobre que se deje pendiente el cambio de la Escuela Nocturna establecida en la plaza Garza Ayala, hasta no determinar el punto más conveniente para la mayor asistencia.- De conformidad; comuniquese y archivese.”
Desaparecen la Plaza Garza Ayala y la Escuela, para dar paso al Complejo cultural y turístico Río Santa Lucía
En 1924 la Escuela Lázaro Garza Ayala se amplió pues ya era escuela primaria y nocturna. Pero la plaza Garza Ayala desapareció al ser absorbida por la escuela en crecimiento. Con los años, esa parte de la ciudad se desertificó y la Escuela Garza Ayala cerró sus puertas. El edificio sirvió como oficinas públicas, y finalmente se demolió para incorporar su terreno al complejo cultural del Río turístico Santa Lucía, Museo de Historia Mexicana, y la Explanada con una fuente de chorro de agua, en el gobierno de Sócrates Rizzo.
En 1994, el presidente Salinas de Gortari inauguró esta magna obra que recrea el paisaje antiguo con la Explanada y el agua de la fuente, con modernas instalaciones culturales. Bajo la Explanada hay, además del botadero de lanchas turísticas que navegan el Río turístico Santa Lucía, locales comerciales, y restaurantes. El paso siguiente se dio en 2007 cuando el gobernador José González Parás redujo la explanada para alojar el Museo del Noreste, y conectó la Explanada con la Macroplaza. En suma, el espíritu de la desaparecida Alameda Vieja sigue presente, y sirve de marco para celebrar año con año el Festival Santa Lucía, con espectáculos de talla mundial.
La historia de la Alameda Nueva inició en el año de 1840, cuando el gobernador José María Ortega y el alcalde Rafael de la Garza, ambos santanistas, empezaron a adquirir solares para construir la magna Alameda. Veamos el Acta corrrespondiente:
“Sesion ordinaria al 16 de Marzo del 1840… el Señor Cantú con motivo de haberse hecho presente que el Gobierno dispone se den al C. Antonio Felix Ramirez en recompensa de un solar que se le tomo para la alameda, dos solares si los pidiere en sitio lejano, o uno en sercano se acordo que este asunto quede pendiente mientras el mismo Gobierno (…), resuelve lo que deba hacerse para la indemnización debida a todos aquellos individuos que se hallan el mismo caso de Ramires. Habiendo hecho presente el C. Alejo Tames en nombre de su Señora Madre que la agua señalada a la Junta es insuficiente para su cultivo”.
Continuará con la Alameda Mariano Escobedo…
FUENTES
Juan Antonio Bonachía Hernando, “Más honrada que ciudad de mis reinos”, La nobleza y el honor en el imaginario urbano, Universidad de Valladolid 1996.
Archivo de Monterrey
Actas de Cabildo
10 de julio de 1888
7 de julio de 1826
16 de septiembre de 1833
10 de diciembre de 1888
7 de julio de 1890
3 de abril de 1905
7 de octubre de 1907
8 de febrero de 1815
16 de marzo de 1840