En virtud de que hay más de 700 kilómetros de distancia entre Guadalajara y Monterrey, en aquellos tiempos era casi imposible que el arzobispo de Guadalajara atendiera la extensa arquidiócesis que llegaba hasta Texas. Por ello, desde las Capitulaciones concedidas a Luis de Carvajal en 1579 se solicitaba la creación de una diócesis en el Nuevo Reino de León. En una de las reales cédulas adicionales dada en San Lorenzo del Escorial el 6 de julio de ese 1579 Carvajal pidió:
“…sería muy conveniente y necesario al servicio de Dios Nuestro Señor y mío hubiese un prelado que rigiese y gobernase en lo espiritual el dicho Nuevo Reyno de León a la dicha provincia de Pánuco y serranía de Meztitlán desde Tamiagua a Jilotepeque”.
Un siglo y medio después, en 1717, el oidor Juan Picado Pacheco propuso a la Real Audiencia de México dos nuevos obispados, uno en Sonora y otro en el Nuevo Reino de León. El de Sonora esperaría hasta 1779 y para el del Nuevo Reino de León no había recursos pues se trataba de todo el colegio diocesano, el obispo, los canónigos y demás. Pero el mismo oidor Picado calculaba que el diezmo por las ovejas existentes podría llegar a los 30 mil pesos, con lo que funcionaría fácilmente el Obispado.
Eso sin sumar los diezmos de la provincia del Pánuco (Nuevo Santander, o Tamaulipas) y de otros territorios que se podrían agregar, sólo que la propuesta quedó archivada. Fue hasta 1739 que el rey Felipe V retomó el proyecto condicionado a la colonización de las Tamaulipas, encargándoselo a José de Escandón quien formó al Nuevo Santander como provincia. Escandón solicitó en 1751 que se erigiese un Obispado en la villa de Santander (Jiménez, Tamaulipas) pero el arzobispo de México, Francisco Antonio de Lorenzana y Butrón opinó que el lugar adecuado era Monterrey.
El nieto de Felipe V, Carlos III, ordenó al virrey que nombrara un veedor que fue José Osorio de Escobar y Llamas, quien visitó la región en 1769 y presentó un dictamen. Iniciaron los trámites y luego de tres años el Consejo de Indias aprobó esta propuesta remitiéndola a Roma. Un lustro después, el 15 de diciembre de 1777, el papa Pío VI expidió la bula Relata semper erigiendo el nuevo Obispado.
En la nueva diócesis había partes de otras: de la de Guadalajara, todo el Nuevo Reino de León; la parte norte de Coahuila -al norte del Río Bravo-, Texas y todo el Nuevo Santander. De la de diócesis de Valladolid -Morelia-: Jaumave, Palmillas, Real de los Infantes y Tula (que ahora son parte de Tamaulipas pero eran parte de la irregular colonia del Pánuco). De la de diócesis de Durango: la villa del Saltillo; y del arzobispado de México, Santa Bárbara y otros lugares del sur de Coahuila. El mapa fue levantado por el ingeniero italiano Miguel Costanzo.
El primer Obispado estuvo en Linares
El 17 de mayo de 1777, en Aranjuez se determinó el asiento del Obispado. Sobre un mapa se calculó el centro geografico de la diócesis y recayó en la villa de San Felipe de Linares por lo que se le concedió el título de Ciudad. La Real cédula que le otorga este privilegio, dice el rey Carlos III en su parte medular:
“…y siendo conducente para la mayor condecoración y lustre de la capital que ha de ser del nuevo obispado [...] quiero y es mi voluntad que desde ahora en adelante y para siempre perpetuamente la referida villa sea y se intitule y llame Ciudad de Linares”.
Monterrey, nueva sede del Obispado
Linares fue sede del Obispado, pero fray Antonio de Jesús Sacedón, el primer obispo, enfermó al llegar a Monterrey, y nombró cura del valle del Pilón al bachiller Francisco Javier Barbosa, para que en su nombre, tomara posesión del Obispado. Así, el 22 de noviembre de 1779, el alcalde de Linares, entregó a Barbosa el Obispado, y un mes más tarde, fray Antonio de Jesús Sacedón murió en Monterrey.
Pero inició una pugna entre Coahuila y el Nuevo Reino de León: Teodoro de Coix, comandante de las Provincias Internas de Oriente pidió que en lugar de Monterrey debiera ser Saltillo o Santa Rosa (Múzquiz) la Capital de las provincias. Pero fray Rafael José Vergar, segundo obispo de Monterrey, pidió el cambio de la Catedral de Linares a Monterrey, solicitando al Cabildo una “dignificación de la vieja parroquia, para que haga las veces de catedral”. El diferendo llegó hasta Carlos IV quien ordenó en 1789 que el primer Cabildo Eclesiástico fuese instalado en Monterrey.
Se envió a Madrid un informe del gobernador Manuel de Bahamonde recomendando a Monterrey como el sitio más adecuado para la Comandancia y el Obispado. Y el nuevo obispo Andrés Ambrosio de Llanos y Valdés así como el fiscal del virreinato lo apoyaron, por lo que el 10 de noviembre de 1792 el rey determinó que la silla episcopal se quedara en Monterrey.
La intentona de construir una nueva Catedral
De inmediato a la Iglesia Parroquial que sería Catedral se le formaron arcos en los muros y se levantaron las capillas laterales; se cerraron las tres últimas bóvedas y las capillas laterales. Pero dos años después, en 1794, el obispo Ambrosio de Llanos y Valdés inició una “nueva Catedral” en las actuales calles de Juárez y Tapia, y su constructor sería el arquitecto Juan Crouset.
Sólo que entre Llanos y Valdés y el gobernador Simón de Herrera hubo problemas, por lo que se suspendió la obra. Lo que quedó de ella -cimientos y muros-, fue utilizado para la Ciudadela. Como tal se entiende un recinto de fortificación permanente en el interior de una plaza, para dominarla o para su guarnición; de uso militar, pues.
La jura y celebración de la Independencia nacional fue en la Catedral
Regresando a la verdadera Catedral, en 1798 se inició la construcción de la bóveda de su coro canonical. En 1800 se construyó la fachada o Imafronte y el primer cuerpo de la torre, de estilo barroco-tlaxcalteca, iniciándose el labrado del coro canonical para la lectura de las horas. Luego, en 1817 se instaló el primer reloj de la Catedral, con lo cual para 1821 todo estaba listo para celebrar y jurar allí la Independencia. Veamos.
“En la ciudad de Nuestra Señora de Monterrey a 18 de noviembre de 1821, primero de nuestra Yndependencia. Reunidos… el Señor Comandante General y Gefe Superior Politico interino de estas Provincias Teniente coronel Don Gaspar Lopez, que precidió el Muy Ylustre ayuntamiento de esta Capital (…)el Señor doctor Don José Leon Lobo Guerrero Canonigo Diocesano de esta Santa Yglesia Catedral (…), Don Ambrocio Maria de Aldasoro, y Secretario Licenciado Don Rafael de Llano; la Segunda el Señor doctor Don José Bernardino Cantú Dignidad de Tesorero de la misma Santa Yglesia Don Pedro de Hombre Canonigo, y Secretario Don José Antonio de la Garza (…)proceder al Juramento solemne, y Proclamacion de la Yndependencia del Ymperio Mexicano (…)en Decreto de 6 de Octubre ultimo comunicado por Su Alteza Serenísima la Regencia del Ymperio al Señor Comandante General, y Gefe Superior Politico, y circulada á esta Corporacion: reunidos igualmente todos los vecinos Republicanos, oficialidad del Batallon de Voluntarios de la Patria, del de Ynfanteria lixera de Queretaro y de los dos Cuerpos de Caballeria, (…)un numeroso concurso que circundaba la Plaza principal, (…) expetadores del mas Solemne, y deseado acto que se tenia anunciado (…)una Mesa igualmente ventida con una Efigie de Jesucristo en medio de ella, y el Libro de los Santos Evangelios (…), se dió principio á la lectura de la Acta de la Soberana Junta del Ymperio declaratoria de su Yndependencia, el Plan de Yguala y el tratado de Cordoba (… ) se recivió el Juramento individual (…)por el mismo Señor Comandante General (…)ante el vocal mas antiguo de la Excelentisima Diputacion; (…) se dieron las descargas de estilo por la Artilleria y compañias de Granaderos de los Voluntarios de la Patria; (…) repique General de Campanas que se dió en la Santa Yglesia Catedral (…) y habiendo recibido la Bandera (…) el Señor alcalde primero Don Matías de Llano, se procedió al acto religioso de la Bendicion; (…) por los vecinos de esta ciudad y Pueblo de Nuestra Señora de Guadalupe 
jurisdiccion de la misma. Por el Ymperio Mexicano se solemnizó augusto acto, con una aclamacion general habiendo dado principio á ella el Señor comandante General que fué el primero que tomó la voz para tributar los -Justos vivas, a Nuestra Santa Religion, al Ymperio y union, que -son las tres garantias que sostienen Nuestra gloriosa Yndependencia; los que repetidos, por la comitiva (…) las descargas Militares y Repique General de campanas causando todo el mayor Regocijo (…) el Señor Comandante General, ayuntamiento y Diputaciones exparcieron bastante cantidad de dinero, habiendo concluido con dar al Publico las tres fuentes de Plata que dispuso la ciudad con este objeto(...) una casa que tenia dispuesta el ayuntamiento para el Magnifico refresco que -se dió a todo él, y se concluyó con aplausos y vivas, correspondientes al Ymperio, á la Soberana Junta Excelentisima y Generalisimo Al-mirante. En la noche se repitió a las oraciones el Repique de campanas y continuó por ella y el siguiente dia la Yluminacion General de que acreditó esta ciudadsu su patriotismo. A poco comenzó la dibersion (…) los Juegos artificiales estubieron muy lucidos. Al Siguiente se celebro en la Santa Yglesia catedral la magnifica -que dispone el articulo 5°. para dar gracias al Todo Poderoso, en quepredicó un Sermon al intento el presbítero Francisco Rafael Antonio -Gamboa, quien se encargó por la Ciudad, (…) habiendo el Yliustrisimo Venerable cabildo E-clesiástico manifestado su notorio zelo con las mayores y mas publicas demostraciones de entusiasmo. (…)acordaron se ponga todo por Acta para perpetua constan-cia y memoria de un acto tan interesante á la Nacion sacandose el -Testimonio ó testimonios que sean necesarios y se remitan al Supremo Gobierno (…) firmaron el Señor Presidente, ayuntamiento y Diputaciones conmigo el infrascripto Secretario.
Mathias de LlanoDon Jose Leon LoboAmbrosio Maria de AldasoroJose Rafael de Llano Secretario de la Diputacion Provincial Don Jose Bernardino Cantu Pedro de Hombre Jose Antonio de la Garza Secretario del cabildo Eclesiástico Pedro Jose Morales Secretario.
En 4 de junio de 1833, ya terminadas la construcciones, la Catedral de Monterrey fue consagrada por el sexto obispo de Linares-Monterrey, fray José María de Jesús Belaunzarán y Ureña.
El uso militar de la Catedral
Sin embargo, su sólida construcción y estratégica ubicación no pasaría desapercibida a la hora de los conflictos militares. En la Batalla de Monterrey de 1846, la Catedral sirvió de fortín a las tropas mexicanas de defensa, y conforme eran vencidos los otros fortines o simplemente se rendían, los soldados mexicanos se iban a refugiar en la Catedral. Desde allí se cañoneó a los invasores que venían del poniente de la Ciudad.
Pasada la Guerra de Invasión, en 1853 se demolió la barda original que circunda al atrio, quedándose el frente abierto hasta que en 1886 se instaló una reja y las puertas del atrio. Y cuando en 1934 se demolió el edificio del Arzobispado -donde está hoy la Curia-, en 1940 se remodeló la barda quedando con el aspecto actual.
Retomando el hilo histórico, el décimo obispo, Ignacio Montes de Oca y Obregón, en 1880 tomó posesión de la Catedral, que incluía el Sagrario, los altares y demás instalaciones. Se construyó el nuevo baptisterio de la Catedral, terminándose la torre y las balaustradas, e instalándose las rejas de hierro del atrio. Y en 1886 se iniciaron los trabajos de la Capilla del Sagrario, con su decoración interior, balaustradas y las puertas del atrio.
La elevación de Diócesis a Arquidiócesis
Un lustro después, en 1891, el papa León XIII elevó a la Diócesis de Monterrey a la categoría de Arquidiócesis, y el edificio contiguo -donde hoy esta la Curia- que eran las oficinas y residencia del Obispo, se convirtieron en el Arzobispado. En 1889 se inició la edificación de la torre actual, construida de concreto reforzado con acero y estilo neoclásico. Todo para que, un año después, en 1900, se inaugurara la nueva decoración bendiciéndose seis imágenes de talla, y fue el arzobispo Jacinto López quien consagró el Altar Mayor.
El siguiente problema serio se presentó con la persecución religiosa de la Guerra Cristera, pues la Catedral cerró sus puertas de 1926 a 1929. Y en 1943, estando al frente el séptimo arzobispo de Monterrey, Guillermo Tritschler y Córdova, se inició en 1943 un fresco del artista Ángel Zárraga en el ábside de la catedral, que concluyó un par de años después, en 1945.
Los temas del mural son, entre otros: la Santísima Trinidad, pasajes del Antiguo y Nuevo Testamento, las bienaventuranzas, muerte y resurrección de Cristo, María Santísima en la obra de la redención, la evangelización del Nuevo Reino de León y la santificación del trabajo en una bonita alegoría del Monterrey fabril.
Ora el papa Juan Pablo II en la Catedral Mteropolitana de Monterrey
En 1964 se inició la construcción de la cripta de los obispos en la Catedral. En 1985 se trasladaron las oficinas de la mitra a las actuales instalaciones de la Curia Pastoral Arquidiocesana, junto a Catedral, donde estaban el salón Don Bosco, las oficinas y las habitaciones del clero para el sagrario en 1985. En 1990 sucedió algo extraordinario, pues el papa Juan Pablo II oró en la catedral de Monterrey, y se colocó un memorial de su visita.
Otro evento relevante se dio cuando, en 2007, el arzobispo Francisco Robles Ortega fue elevado a cardenal por el papa Benedicto XVI, y por lo tanto, en su momento fue considerado “papable”, ante la renuncia del papa mencionado.
Qué interesante es estudiar el proceso iniciado en 1611, cuando Diego Rodríguez fincó la Plaza de Armas -hoy Plaza Zaragoza- y frente a ella se estableció la Iglesia Mayor hasta convertirse en la majestuosa Catedral Metropolitana cuyo nombre es simple: De Nuestra Señora de Monterrey. Esto significa que la Ciudad se consagra a la Virgen María, con el mismo nombre de la Notre Dame de París, y el de Nuestra Señora de Czestochowa (Polonia); o Our Lady of New York.
Esta es la forma mas pura de entregar la Ciudad a la Virgen -que tiene cientos de advocaciones y fiestas-. Su fiesta patronal es la misma de la Inmaculada Concepción de María, el 8 de Agosto, refiriéndose a que la Virgen fue concebida por sus padres San Joaquín y Santa Ana, pero nacida sin pecado original, pues a Cristo había que traerlo al mundo “en un vaso -cáliz- inmaculado”.
Fuentes
La real cédula de Aranjuez a 17 de mayo de 1777
https://sic.cultura.gob.mx/ficha.php?table=catedral&table_id=53
https://www.arquidiocesismty.org/
https://www.catholic-hierarchy.org/
https://www.casareal.es/ES/MonarquiaHistoria/Paginas/subhome_monarquia.aspx
Archivo de Monterrey
Ramo actas de Cabildo: 18 de Noviembre de 1821