La Plaza del Hospital, o del Colegio Civil, y el edificio del Nuevo Hospital, luego Colegio Civil, han sufrido muchos cambios en el uso del suelo. El histórico edificio primero fue nosocomio, luego cuartel, después quedó abandonado, a la postre fortín de los invasores norteamericanos, y tras la desocupación de la ciudad, cuartel del Ejército Mexicano. El Gobierno Nacional (federal) compró a la Iglesia Católica el Edificio del Hospital y la Plaza del Hospital, invirtiendo con recursos bipartitas de la Nación y el Estado, mil 200 pesos para reparar los daños causados por el abandono y la guerra, haciendo de la explanada –hoy Plaza del Colegio Civil- una plaza de armas.
El periplo vocacional del edificio del Nuevo Hospital
Pero a la vuelta de un par de décadas llegaron tropas francesas invasoras convirtiendo el edificio en Palacio Imperial y, poco tiempo después, se transformó en cuartel de los mexicanos republicanos. En 1870, el edificio hospital-cuartel-palacio imperial-cuartel, se reconvirtió en Centro de Educación. Todo un periplo vocacional de un edificio que, construido para hospital, albergó a la institución educativa creada para educar en forma laica, científica y con la filosofía positivista de Gabino Barreda: el Colegio Civil.
La creación del Colegio Civil
El Colegio Civil ya funcionaba desde 1857 en la antigua Casa del Obispado ubicada en las actuales calles de Morelos y Zaragoza. Para 1860 se pensaba trasladar al edificio llamado Nuevo Hospital, pero las guerras de Reforma e Invasión Francesa lo impidieron. La creación del Colegio Civil se debe en buena medida a tres grandes gobernadores: Santiago Vidaurri, Silvestre Aramberri, y Jerónimo Treviño. Pero como los recursos escaseaban, se promovieron aportaciones de la sociedad mediante eventos productivos como la corrida de toros del 21 de noviembre de 1869. Esta corrida de toros, como otras que ahí se celebraron, demuestra que la plaza tuvo siempre la misma suerte que el edificio del Colegio Civil.
La primera remodelación del edificio del Colegio Civil
Sin embargo, pese al apoyo del gobierno y de la sociedad, el edificio y su plaza estaban aún en muy mal estado, pues la guerra los dejó casi en ruinas. Para instalar ahí el Colegio Civil fue necesaria una remodelación que inició en 1867, y aunque el colegio se instaló en el edificio del hospital en 1870, su primera remodelación terminó hasta 1894.
Las glorietas de la Plaza del Colegio Civil
Por su parte, la Plaza del Colegio Civil inició en 1870 un proceso de transformación, pues seguía siendo una explanada de terracería compacta con sólo algunos árboles. Para comenzar se instalaron “glorietas”, entendiendo por ellas el “espacio cercado en algunos jardines, generalmente de planta circular, cubierto por plantas”, de acuerdo al Acta de Cabildo del 18 de enero de 1870:
“Sesion ordinaria del 18 de Enero de 1870. (…), prestó la protesta debida el 2o. Regidor C. Jesus Barreda y se dió cuenta con lo siguiente(…) Su cuenta presentada por el C. Pedro P. Quintanilla del gasto de las glorietas de la plaza del Colegio civil: se pasó la Comision de hacienda para su revision”.
El gobernador Gonzalitos y el alcalde Anastasio Treviño mejoran la plaza
El triunfo de la República en 1867 trajo la paz a Monterrey permitiendo que los gobiernos del alcalde Anastasio Treviño y del gobernador José Eleuterio González “Gonzalitos” realizaran las urgentes mejoras a la Plaza del Colegio Civil. En 1870 se iniciaron obras para empedrar las calles y la misma plaza. Veamos el acta del 31 de octubre de 1870:
“Sesion ordinaria del 31 DE Octubre de 1870. Presidencia del C. Treviño… El C. Presidente dijo: que en la cuadra sur de la plaza del Colegio Civil, hay construido un pedazo de empedrado que es necesario concluir y en la calle del mismo edificio, esta y arrimado algun material por los vecinos de ella para que se haga otro tanto; y como el C. Gobernador del Estado le ha indicado ser conveniente llevar acabo una y otra obra, por exigirle asi el tráncito diario que la juventud del Colegio tiene que hacer todas horas del dia y aun de la noche, (…) que para comensarlos en la del Colegio Civil, es preciso, (…), examinarse conciensudamente por el Yngeniero: que eche la nivelacion, levante el plano y fórme un presupuesto de lo que pueda importar al Municipio ese empedrado”.
Breve regreso del edificio del Colegio Civil a ser cuartel militar
Muy bien acondicionada con jardineras, o glorietas, y empedrados sus andadores, la Plaza del Colegio Civil fue en ese tiempo el centro de reuniones estudiantiles, con su respectivo comercio de alimentos y bebidas por seis años. En 1876 hubo un paréntesis, pues el edificio del Colegio Civil regresó brevemente a ser cuartel militar en la Revolución de Tuxtepec que pronto llevaría al poder a Porfirio Díaz. Pero terminando dicha revuelta regresó a su uso de centro educativo.
B. Reyes y Carlos Berardi construyen una fuente en la Plaza del Colegio Civil
Dos décadas después, en 1896, el gobernador Bernardo Reyes y el alcalde Carlos Berardi, incluyeron en la gran modernización de la ciudad como parte substancial una mejora de las plazas públicas. Así se beneficiaron las de La Purísima y La Alameda, iniciándose también los trabajos para dotar de una fuente a la Plaza del Colegio Civil, quedando registrado su presupuesto en el acta del 17 de febrero de 1896:
“Sesión Ordinaria del dia 17 de Febrero de 1896 (…) La Comision de Ornato y Paseos propuso y se aprobó (…), el gasto que, segun el presupuesto mas módico, importe de $ 834. ha presentado el Sr. Secundino Zamora para la construcción de una taza de fuente para plaza del Colegio Civil y el de $ 533.50 para (…) la columna de fierro que debe servir de remate dicha taza. (…) Carlos Berardi. Virgilio Garza. A. Quintanilla.”
Como el programa de modernización urgía, el Cabildo sesionó una semana después, el 24 de febrero, para autorizar el presupuesto e iniciar la construcción de la fuente:
“Sesion ordinaria del dia 24 de Febrero de 1896 (… ) En oficio del 22 del actual, autoriza el gasto de $334.00 que se hara en la construccion de una taja de fuente para la plaza del Colegio Civil y el de la cantidad de $533.50 centavos para comprar la figura que debe servir de remate dicha casa. Participese a la Tesorería Municipal para sus efectos”.
El alcalde Pedro C. Martínez pavimenta con “piedra artificial” las banquetas
Y cuatro meses después, se reemplazó el antiguo empedrado por una moderna piedra artificial, insumo actual conocido como concreto hidráulico. La sesión del 22 de junio de 1896 lo registra:
“Sesión ordinaria del día 22 de Junio de 1896. Presidencia del Señor Pedro C. Martínez… se aprobó el gasto de $292.50 centavos, importe de 310 barricas de semento "Portland", para construir de piedra artificial las banquetas de la Plaza del Colegio Civil (…)”.
La plaza del Colegio Civil estrena bancas
El paso inmediato fue instalar, un mes después, unas bancas que fueron muy bien recibidas por los estudiantes:
“Sesión ordinaria del día 20 de julio de 1896… En oficio del 17 del actual, participa la autorización superior para el gasto de $94.00 c. en la compra de 8 bancas para colocarlas en la Plaza del Colegio Civil de esta Ciudad”.
El gobernador Bernardo Reyes embellece la plaza Colegio Civil
para recibir al presidente Porfirio Díaz
El gobernador Reyes Ogazón estaba decidido a modernizar y embellecer la ciudad, iniciando los preparativos para recibir dignamente a Don Porfirio Díaz, quien vendría a Monterrey durante el mes de diciembre de 1898. Por ello, durante todo el año se instalaron más adornos en las plazas, pues era importante mostrar a la regiomontana como una sociedad progresista. En esta Acta de Cabildo se informa de un mayor equipamiento a la Plaza del Colegio Civil:
“Sesión ordinaria del día 12 de septiembre de 1898. Presidencia del Doctor Pedro C. Martinez (...) en la Plaza del Colegio Civil se colocaron ocho jarrones de fierro con sus correspondientes basamentos de cantera que han venido servir de nuevo adorno a ese paseo”.
Intento fallido de cambiar de nombre a la Plaza del Colegio Civil
En lo que respecta a la nomenclatura, el 1° de septiembre de 1902 un grupo de vecinos pidió al municipio que la calle del Roble (actual Juárez) y la Plaza del Colegio Civil tomaran el nombre de Mariano Escobedo, sin embargo, esta petición fue rechazada.
“Varios vecinos de ésta Capital solicitan, por medio del ocurso correspondiente, que la calle del Roble y la plaza del Colegio Civil, se les llame en lo sucesivo, respectivamente, Calle General Mariano Escobedo y plaza General Mariano Escobedo, por considerar que és ese paseo y vía públicos los que deben llevar tal nombre y no la antigua del "Teatro" que y es menos importante, según ellos. Tomada en consideración la solicitud de referencia y declarada de obvia resolución se acordó que fuera desechada por existir ya una plaza y calle que llevan el nombre del ilustre Nuevoleones que los ocurrentes se refieren”.
Llega “El Dios Bola” a la plaza del Colegio Civil
Ocho años después, con motivo de la celebración del Centenario de la Independencia nacional, en la Plaza del Colegio Civil fue instalada el 16 de septiembre de 1910 una “esfera terrestre” con una placa que contenía los datos geográficos y estadísticos de la época de la ciudad de Monterrey, montada sobre un pedestal labrado en cantera de San Luis Potosí. El ingenio estudiantil se hizo presente y pasado el tiempo, con cierto grado de irreverencia, se motejó a esa esfera con el apodo de El Dios Bola, sitio donde culminaban las novatadas, un ritual que terminó prohibido por problemas diversos.
La Plaza del Colegio Civil fue un espacio principal de la ciudad, centro de la vida estudiantil del estado y el noreste de México. Los vecinos disfrutaban de ese paseo nocturno pues era un escenario natural para serenatas, es decir, conciertos populares en un espacio abierto. Sus bancas, árboles y su fuente daban un espacio fresco y de recreo a la sociedad regiomontana, siempre ávida de espacios públicos bien adecuados.
Sin embargo, la historia nunca se acaba. Estaba por terminar el porfiriato y vendrían con la Revolución Mexicana hechos de los que la Plaza del Colegio Civil sería mudo testigo. Continuará…
FUENTES:
Archivo de Monterrey, Colección Actas de cabildo:
18 de enero de 1870
31 de enero de 1870
17 de febrero de 1896
24 de febrero de 1896
22 de junio de 1896
12 de septiembre 1898
1 de septiembre de 1902