Manuel de Sada, Alcalde Primero. 1787, Primer periodo
La prolongada sequía que generó ‘el año del hambre’ en 1786, evidenció que la población de la Ciudad Metropolitana de Nuestra Señora de Monterrey y su comarca -los ahora municipios de San Pedro Garza García, Guadalupe, Apodaca, General Escobedo, y San Nicolás de los Garza- excedía los 18 mil habitantes, y en tiempos de sequía el suministro natural del agua era insuficiente, por lo que era necesario una solución tecnológica.
En ese momento, el segundo obispo de Linares, Rafael José Vergel y Suau (1782-1790), era un fraile franciscano nacido en Santanyí, España y -como todos los de su linaje- un hombre ilustrado. Llegó a Monterrey en 1783 y con la alta responsabilidad que tenía, realizó las obras piadosas requeridas para mermar el hambre entre los reineros de su territorio episcopal.
Se proyecta el actual Museo del Obispado y la primera obra hidráulica de Monterrey
Luego de los estudios correspondientes, en el año de 1786 el Obispo decidió construir un Palacio para retiro de los frailes que estuviera en un lugar alto para instalar un sistema hidráulico que tuviera una pila para captar agua, y un acueducto con algunas ‘cajas de agua’ donde la población pudiera abastecerse del vital líquido para el consumo humano.
Inician las dos grandes obras
De inmediato puso manos a la obra. Inició la construcción del Palacio de Guadalupe -hoy Museo del Obispado- con su acueducto. Ambos proyectos fueron planeados, dirigidos y pagados por el Obispado, pero requirió ayuda del Ayuntamiento para la modificación de las Mercedes de aguas, así como para la donación o en su defecto, la compra de las tierras.
Eligen a Manuel de Sada como alcalde de Monterrey
Por su parte, en el año de 1787 hubo cambio de autoridades en la Ciudad, resultando electos alcaldes, primero Manuel de Sada y segundo, Nicolás de la Garza.
Manuel de Sada era un vecino nacido en Navarra en el año de 1745, estudiando en el Seminario. Llegó a la Ciudad de México como administrador colonial, y luego fue enviado a Monterrey, como administrador de tabacos -que pagaban impuesto especial- para posteriormente, ser nombrado regidor perpetuo de la Ciudad.
“En la ciudad de Monterrey, en primero de enero de mil setecientos ochenta y siete años, estando en Ayuntamiento el muy ilustre Cabildo de ella, compuesto de los señores Don José Joaquín de Mier Noriega Gobernador sustituto, con aprobación del excelentísimo Señor Virrey por ausencia del señor Coronel Don Vicente González de Santinés que lo es propietario, el Alférez Real Don José Joaquín Canales Regidor Propietario y Don Manuel de Sada Regidor Propietario y Contador de Menores, congregados para la elección de alcaldes ordinarios y procurador síndico general de esta ciudad, dijo el Alférez Real elegía y eligió por alcalde ordinario de primero voto al Señor Regidor Perpetuo Don Manuel de Sada y por de segundo al capitán Don Nicolás de la Garza”
Dona el cabildo los terrenos para ambas obras
Para la construcción del primer sistema hidráulico de la Ciudad se escogió la llamada Loma Vera que es, como todos sabemos, un pequeño cerro cercano al centro de Monterrey, donde había un Ojo de Agua y en tiempos de lluvia escurrían aguas del cerro. El cabildo dirigido por Manuel de Sada donó todo el terreno necesario -que era un ejido- para las obras.
“Ante el cabildo y el gobernador sustituto José Joaquín de Mier Noriega reunidos, en la licencia de Vicente González de Santianés, solicita la donación de la loma de la que aquí señala los linderos. Es copia de la solicitud que se presentó firmada por Francisco Javier de Uresti [Francisco Xavier de Urresti en el original], Bernardo Ussel y Guimbarda.”
“Testimonio de la escritura de sesión de un pedazo de tierra de ejidos que la ciudad de Monterrey donó a su ilustrísimo Señor Obispo don F. Rafael José Verger en reconocimiento de los muchos beneficios que le hacía al público”
Trazo y medidas del primer acueducto de la Ciudad
Se construyó una atarjea -un canal de mampostería subterráneo- para conducir el agua que, al parecer tenía tres varas de ancho y tres varas de profundidad. Cada vara son aproximadamente 83 centímetros, es decir, que medía 2.49 metros de ancho y alto. Para que el acueducto llegara hasta la ciudad fue necesario comprar otros terrenos que llegaran hasta la Plaza del Mesón (plaza Morelos, en la bifurcación de Morelos é Hidalgo).
El acueducto o atarjea corría paralelo al Camino Real -hoy calle Hidalgo-, con cajas de agua en las plazas de la Purísima y el Mesón.
Se adquieren más propiedades para el trazo del acueducto
Para satisfacer las necesidades de semejantes obras, que en su tiempo fueron gigantescas, varios terrenos de la Inquisición fueron vendidos al obispado:
“El Bachiller Alejandro de la Garza, Comisario del Santo Oficio de la Inquisición, Cura Interino, Vicario y Juez Eclesiástico de esta Ciudad, vende al Ilmo. Dr. Fray Rafael José Verger, Obispo de esta diócesis, las tierras y aguas en que estaba la capellanía que fundaron doña María González Hidalgo y Antonio (López) de Villegas, su esposo.”
Negocia el alcalde Sada con propietarios afectados por las obras
El alcalde Manuel de Sada también se metió de cabeza en las negociaciones con particulares:
“Doña María Francisca de la Garza, vecina de esta Ciudad, viuda de José Ignacio Treviño y tutora de sus hijos menores, vende al Ilmo. don Fray Rafael José Verger, Obispo de este Reino, un pedazo de tierra y solar que hubo por herencia en esta Ciudad, de 23 varas de frente "que corre de oriente a poniente desde la esquina que termina el corral de don Pedro de Sorreguieta, hasta lindar con solar perteneciente a don Bernardo García".”
Igualmente se debieron comprar casas cuya ubicación era ad hoc para el trazo del acueducto:
“Pedro Ignacio Sorreguieta ‘avecinado en esta Ciudad’, vende al Ilmo. don Fray Rafael José Verger, Obispo de este Reino, una casa en esta Ciudad que linda por el oriente con calle que corre de sur a norte; por el oriente, con casa y solar de José Francisco Peña; por el poniente, con solar de los herederos de José Ignacio Treviño; y por el sur con casa del vendedor.”
Organiza el obispo Verger y el alcalde Sada la distribución del agua potable
El proyecto del obispo Verger y el alcalde De Sada era que el agua del acueducto fuera exclusivamente para consumo humano, dejando la de las acequias para consumo animal, usos domésticos y para riego. Por lo tanto, las familias debían llevar sus jarros a las cajas de agua y llevarlos llenos de agua a su domicilio.
Para evitar los abusos se nombró un regidor de aguas, que debía vigilar que no se llevaran animales a beber a las cajas agua, y que tampoco hubiera desperdicios del vital líquido.
Nicolás de la Garza, Alcalde Segundo. 1787
Por su parte, Nicolás de la Garza, el alcalde segundo de Monterrey, era un regiomontano de las familias fundadoras, y como alcalde del crimen vio entre otros juicios, este de lesiones:
“Contra Juan Antonio Tristán, por haber herido a Juan Manuel de Espinosa.”
Manuel de Sada, Alcalde Primero, Segundo periodo. 1792
Para el año de 1792 resultaron electos para un segundo mandato (no consecutivo) Manuel de Sada como alcalde primero y como alcalde segundo Bernardo Ussel y Guimbarda:
“En la ciudad de Monterrey, a primero de enero de mil setecientos y noventa y dos años, estando juntos en Cabildo… ratificando la elección hecha de alcalde ordinario de 1º voto en el señor Regidor Contador de Menores Don Manuel de Sada, Don Bernardo Ussel y Guimbarda para de segundo voto”
Reordena el alcalde De Sada los solares de la Ciudad
En esta segunda administración , Manuel de Sada mandó reordenar los solares, prohibiendo que se colocaran cerca de las acequias instalaciones insalubres como letrinas, gallineros, caballerizas. Además prohibió tirar basura en el curso de las aguas, que era una pésima costumbre.
“En el que se presentan las providencias que se deben tomar para el mejor lustre, aseo y limpieza de la ciudad, celebradas a pedimento del Procurador Síndico de esta Ciudad que las hizo presentes en Cabildo. Entre ellas, la primera dice que los laborios que tienen varios vecinos en la cabecera o entrada se demuelan. Que se quiten las caballerías, bramaderos de bestias, gallineros y letrinas de la orilla de las asequias, y no hechar inmundiccias en ellas.”
Indulta el alcalde Sada a nombre del rey, a los reos
En cierto momento de festividad pública, cuando el rey Carlos IV ofrecía indulto para ciertos delitos, los reos indultados eran sacados a la plaza pública y ante la presencia del pueblo en general, se anunciaba su libertad.
El encargado de otorgar los indultos era el Alcalde Primero,
“Sumario de la cuarta clase que debe tomarse, por el indulto apostólico y piedad del Rey. Rúbrica de Dn. Patricio Martínez de Bustos.”
Enjuicia el alcalde Sada la oposición de un padre a la boda de su hijo
Asimismo, como juez de lo familiar el alcalde De Sada tramitó un juicio donde un padre se oponía al matrimonio de su hijo, seguramente por ser menor o por estar inconforme con la dote:
“Promovido por don José Antonio de la Garza, impidiendo matrimonio a un hijo suyo.”
Reclamación al alcalde Sada por no enviar recursos
para milicianos en Montemorelos
Las autoridades Del Valle del Pilón (hoy Montemorelos y parte de la zona citrícola) reclaman al alcalde de Monterrey que no había enviado recursos para curar a los milicianos reineros que resultaron heridos en una batalla contra los indios.
“Escrito promovido por don Yginio Antonio Montaño contra Tomás Ballesteros del Pilón sobre no haberle pagada las curaciones que hizo a los heridos”.
Bernardo Ussel y Guimbarda, Alcalde Segundo. 1792
Como alcalde segundo, y miembro de una distinguida familia de reineros antiguos y que ocuparía cargos públicos durante muchos años, Ussel (a veces escrito Wssel) y Guimbarda dio trámite a diversos juicios criminales.
El alcalde Ussel y Guimbarda investigaba vida y costumbres de particulares
Como fuera este caso común en aquellos tiempos en los que se analizaba la “vida y costumbres” de una persona; ya sea porque estuviera acusada de brujería, de practicar alguna religión diferente a la católica, por ser homosexual, o por vivir en amasiato o en una relación incestuosa:
“Averiguación sobre la vida y costumbres de Ignacio Valdazo, mulato libre.”
Aquí tenemos otro caso del que se acusa a De la Garza por haber entrado con violencia a la casa de Montes de Oca, sin que necesariamente se haya generado otro delito.
“Contra don José Antonio de la Garza, por haber atropellado la casa de don José Francisco Montes de Oca.”
Manuel de Sada, Alcalde Primero. 1799; Tercer Periodo
Para el año de 1799 fue electo por tercera vez Manuel de Sada, ahora con el alcalde segundo Pedro de Llano.
“Monterrey 9 de Enero de 1799. Con fecha del día 4 del corriente mes y año ha contestado desde el Valle de Sabinas, el Sr. Gobernador de esta Provincia aprobando las elecciones hechas por este Ilustre Ayuntamiento para el corriente año declarando también el que los señores Regidores anuales debían haber votado en ella, respecto a que no se hallaban relevados de sus cargos ni cumplido el año para que fueran electos y que para obviar deudas de igual naturaleza en las elecciones de los años subsiguientes daría su señoría con oportunidad método para ellas, que se sentara en el Libro de Actas y para que conste lo hemos puesto en la antecedente razón que firmamos.(4 rubricas) En la ciudad de Monterrey en primero de enero de mil setecientos noventa y nueve, estando juntos y congregados en la Sala Capitular de este Ayuntamiento los señores Don Joaquín Canales Alcalde de primer voto y Regidor Alférez Real, Don Manuel de Sada, Regidor Contador de Menores y Don Francisco Javier Urresti, Regidor Alguacil Mayor, a fin de proceder a la elección de alcaldes ordinarios y demás empleos de Republica como le tenemos de uso y costumbre, votaron el Regidor Don Francisco Urresti para Alcalde de primer voto a Don Manuel de Sada y para de Segundo a Don Pedro del Llano; el Regidor Don Manuel de Sada día su voto para Alcalde de primer voto a Don Fernando de Uribe y para de segundo a Don Pedro del Llano”
Cambios en las leyes
En este año de 1799 llegaron de Madrid numerosas nuevas ordenanzas (leyes) que modificaron el funcionamiento del Ayuntamiento o de ciertos procedimientos.
El fin de los cirujanos barberos
Ante el avance de la ciencia médica se separó el oficio de barbero con el de cirujano que durante muchos años se practicaban por el mismo sujeto. Ante un nuevo sistema de evaluación de los cirujanos se liberó a los que sólo fueran barberos de contar con licencia. Pero los cirujanos, aunque solo practicaran la ortodoncia y los sangrados, debían contar con licencia:
“Bando No. 31 de Don Miguel Joseph de Azanza, sobre que los Barberos no necesitan sacar licencia para ejercer su oficio, a menos de que saquen muelas o ejerzan otro oficio relacionado con la Flebotomia. Para diferenciar entre los Barberos y los Sangradores. Rúbrica de Don Miguel Joseph de Azanza”
Se dan los primeros pasos para la igualdad de las mujeres
También llegó una de las primeras ordenanzas que daban libertad a las mujeres para trabajar en este caso en el trabajo en artes relacionadas con la costura, sin requerir permiso de sus padres o esposos:
“Bando No. 32 de Don Miguel Joseph de Azanza (secretario del virrey que distribuía las ordenanzas), sobre el amplio ejercicio a las mujeres para que puedan trabajar con desahogo Linos y lomas que se les ofrezca. Rúbrica de Miguel Joseph de Azanza”.
El alcalde debía cerciorarse que los feligreses asistieran
a la Iglesia vestidos decentemente
También llegó una orden de que los alcaldes debían cuidar la decencia con que se vestía en las iglesias, sobre todo por la influencia de las “modas francesas” y evitar que los vagabundos anduvieran desnudos:
“Bando No. 33 de Don Miguel Joseph de Azanza, sobre hacer que todos los habitantes generalmente usen deciencia (sic) para asistir a las Iglesias y demás funciones que se celebren. También tiene el fin de evitar la desnudez de los vagos.”
El alcalde debía homologar los registros de los reos
También llegó a Monterrey un formato o “machote” para el registro de los reos a fin de homologarlos en todo el Imperio Español:
“Documento que dice acompañar ejemplares del Auto de la Real Sala del Crímen, y Modelo a que deberán arreglarse en lo sucesivo las Certificaciones de Reos existentes en la Cárcel o Cárceles del cargo.”
Pedro de Llano, Alcalde Segundo. 1799
Pedro de Llano fue un nativo de Vizcaya en España, que llegó a nuestra ciudad a ejercer el comercio. Sería la cabeza de una familia que ocuparía grandes cargos y de la que desciende el héroe Manuel María de Llano, alcalde de Monterrey y gobernador de Nuevo León.
Como alcalde segundo, a Pedro de Llano le tocó desahogar numerosos juicios. Se debe comentar que por las notificaciones de fugas, algo debió haber fallado en la cárcel.
Aquí se ve un juicio de lesiones, pero el reo huyó.
“Causa contra José Simón Martínez, por heridas que dio a José Miguel Laureano Olmedo. - El reo José Simón Mtz. se fuga de la cárcel”
En este juicio sobre una riña, el homicida que estaba en el hospital, también huyó:
“Causa criminal contra Miguel de Luna por el homicidio (una cuchillada en la cabeza) que ejecutó en su mujer, María Petra. - Constancia de fuga del hospital del reo José Miguel de Luna”
Aún sin detenidos se investigan las heridas de arma blanca que una mujer recibió:
“Averiguación de los cómplices en la herida de una estocada en la boca del estómago que se dio doña María Cecilia Lozano”
Manuel de Sada, Alcalde Primero. 1804, Cuarto Periodo
Por cuarta y última ocasión fue electo alcalde primero Manuel de Sada, y de nuevo en fórmula con Bernardo Ussel y Guimbarda:
“Hallándonos en la Sala Capitular de este ayuntamiento hoy primero de enero de mil ochocientos cuatro, juntos y congregados: el señor gobernador don Simón de Herrera y Leyba, el señor Alférez Real don José Joaquín Canales: el señor Alguacil Mayor don Francisco Xavier de Uresti: El señor Síndico Procurador don José María de Sada, con vos y voto con arreglo a la fundación de esta ciudad para elegir…a don Manuel de Sada electo alcalde ordinario de primer voto: don bernardo Wsel y Guimbarda electo asimismo de segundo voto”
El gobernador ordena al alcalde Manuel de Sada que durante la festividad se prohibieran las carreras a caballo y que no hubiera desórdenes en las calles:
“Don Simón de Herrera Leiba, Coronel de Infantería, Gobernador, Político y Militar de este Nuevo Reyno de León, Comandante del Cuerpo de su Milicia y Subdelegado de Hacienda y Guerra. Por cuanto en las festividades de los días de San Juan Bautista, el de los Apóstoles San Pedro y San Pablo, el de Sr. Santiago y el de Señora Santa Ana, son días que por costumbre se dedican los mas de los moradores de esta ciudad a pasearse a caballo, y que es evidente de que mando de esta dirección inmoderadamente con carreras por las calles, travezuras [sic] descomparadas, y a horas irregulares, pueda resultar un grave daño, o por lo menos perjuicio a otros vecinos, por tanto mando que en los cuatro días de correr, todo aquel que monte a caballo, use del pareo moderadamente sin dar carreras, ni vozerias, hasta la hora que se toque la oración de la noche. Firma: Simón de Herrera, José Francisco de Arriaga, José Sixto Escobedo.”
Don Manuel de Sada murió en Monterrey en el año de 1815.
Bernardo Ussel y Guimbarda, Alcalde Segundo. 1804
Con la atención del alcalde segundo Ussel y Guimbarda, se ventilaron varios juicios como este de lesiones que un soldado causó a un paisano.
“Causa contra el soldado Prudencio Orozco, por heridas que dio a José Máximo Villanueva en el paraje de la Anacua.”
Otro juicio contra un indio que robó unos caballos en el Valle del Pilón y fue capturado en Monterrey.
“Causa contra Cayetano González, indio que le robó unos caballos a don Juan Francisco Hernández, Gobernador del pueblo de Purificación, en el valle del Pilón.”
Por último se realizó un juicio contra una pareja no casada que huía de Monclova y se refugió en la ciudad.
Contra don José Margil Menchaca Baeza, vecino de Monclova, sobre indicios de amancebamiento con Juana la Parreña, que trae robada de la misma villa de Monclova.
FUENTES
ARCHIVO HISTÓRICO DE MONTERREY
COLECCIÓN PROTOCOLOS
VOLUMEN 20 1 20 VTO NO 11
VOLUMEN 20 1 244 NO 135
COLECCIÓN BANDÓS
VOLUMEN 2 6 4
VOLUMEN 6 6 5
VOLUMEN 6 6 6
VOLUMEN 6 6 7
VOLUMEN 6 6 9
COLECCIÓN CAUSA CRIMINAL
VOLUMEN 34 341
VOLUMEN 34 345
VOLUMEN 35 631
VOLUMEN 35 632
VOLUMEN 36 637
COLECCIÓN ACTAS DE CABILDO
1º de enero de 1787
1º de enero de 1792
1º de enero de 1799
1º de enero de 1804