Así puedo hablar, sin micrófono, afortunadamente mi voz es fuerte… ¿me escuchan bien los de la última mesa? _Sí, escuchamos bien, respondieron los rotarios de atrás, que estaban a unos veinte metros del presídium. De esta forma, en el año de 1977 Fernando Canales Clariond subsanó una falla en el sonido del salón donde sesionaba un Club Rotario de la Ciudad.
Era orador huésped del Club y presidente de la Cámara de Comercio de Monterrey. Ahí acordó apoyar la labor de los rotarios concesionándoles gratuitamente el servicio de alimentos en un magno espectáculo aéreo en el Aeropuerto del Norte, organizado por la Cámara. El éxito del evento fue grande, sin críticas de la prensa, pese a que miles de autos de los asistentes vararon la carretera a Laredo. Mientras los aviones norteamericanos hacían piruetas volando y echando humos de colores, Canales saludaba al público asistente, en su primer baño de pueblo como los que después, en la política, tendría muchos. Ah, y el Club Rotario amplió su cobertura de servicio social.
Fernando Canales Clariond, con raigambre de empresario
Este exitoso empresario nació en Monterrey el 21 de Julio de 1946, en el seno de una de las grandes familias empresariales de nuestro Estado, es decir, de México, propietaria del Grupo Industrial IMSA. Su padre fue don Fernando Canales Salinas y su madre doña Consuelo Clariond, hija de don Santiago Antonio Clariond. Estudió Leyes en la Escuela Libre de Derecho en la ciudad de México, y la maestría en Administración de Empresas en el ITESM. Además, realizó estudios a nivel postgrado en la Sorbona de París, y el Instituto de Estudios Sociales de La Haya. Casó con Ángela Stelzer procreando cuatro hijos: Fernando, Francisco, Ángela y Mariana Canales Stelzer.
Lo suyo no era la academia, sino la empresa. Participó en el Grupo IMSA como Director General adjunto y vicepresidente del Consejo de Administración. Pronto, su liderazgo natural le llevó a la Presidencia de la Federación de Cámaras de Comercio de Nuevo León, a la Vicepresidencia de la Confederación de Cámaras de Comercio, a la Consejería del Centro Patronal Nuevo León y a ser Consejero en la administración de varias empresas en Estados Unidos, Colombia, Venezuela, Brasil, Argentina y Chile.
Canales era un empresario politizado
De vocación empresarial innegable, le preocupaban varias cosas de la política nacionalista del presidente López Portillo. Interpretaba la reforma democrática con la Ley de Organizaciones Políticas y Procedimientos Electorales (LOPPE) de 1977, como una apertura política favorable a los partidos de izquierda, ya fuera el PPS, el PSUM u otros más radicales. No le agradaba que en 1976 López Portillo hubiera sido candidato único; el PAN había sido comparsa junto a los otros partidos, porque quería que se fuera en paz Luis Echeverría, a quien los empresarios odiaban, pero temían. No dormían bien pensando que, si se le atravesaban en la política, podría decretar expropiaciones, como hizo en Sonora y Sinaloa.
López Portillo, un presidente que apoyó a los empresarios regiomontanos
Además, el gobierno federal, con el pretexto de conservar las fuentes de trabajo se metió y pisó fuerte en el terreno de la empresa libre impulsando al sector social, haciéndose de las acciones de muchas plantas industriales con problemas económicos. Desde luego que en ese sexenio no fueron pocas las grandes empresas locales que hicieron gigantescos negocios con el gobierno lopezportillista, como el Grupo Alfa que recibió de Banobras un préstamo de 12 mil millones de pesos que lo salvó de la quiebra, o Protexa que construyó enormes obras petroleras, y otras que crecieron mucho en ese sexenio.
Otro aspecto favorable a López Portillo ante el empresariado fue que el PRI impulsó en 1978 la candidatura de Alfonso Martínez Domínguez a la gubernatura de Nuevo León, y AMD era bien visto por el Grupo de Los Diez que capitaneaba a la Iniciativa Privada de Monterrey. Estas cosas, entre favorables y desfavorables al PRI, pusieron a pensar a Canales si debía inscribirse él en ese Partido o en el PAN, pues ya estaba decidido a entrarle de lleno a la política, para dar la pelea desde adentro.
Decide Fernando Canales sumarse al PAN
Fernando Canales Clariond decidió inscribirse en el Partido Acción Nacional, y así lo hizo en 1978. Le apostó a que ese instituto político regresaría a ser –como lo había sido desde su fundación en 1939- una oposición real y única al PRI. Aunque en la realidad siempre matizaba su talante opositor dependiendo de quién gobernara, pues cuando llegó en 1946 Miguel Alemán Valdés a la Presidencia, el PAN se convirtió, sin abandonar su retórica opositora en las Cámaras y en la prensa, en una suerte de instrumento de diálogo formal entre la derecha y el Estado mexicano.
Pero este equilibrio se rompió en 1982 cuando el Presidente José López Portillo expropió la banca, porque lastimó a uno de los principales grupos del poder político-económico que dio origen al PAN. Y a partir de ese momento, el albiazul se reconvirtió en un partido que iría con todo por el poder político contando con el apoyo de sus diversos aliados entre los que se incluían los principales medios de comunicación propiedad de grandes empresarios. Así comenzó la merma de la clientela política del PRI, pues en los grandes centros de trabajo, buena parte de los trabajadores que el PRI había formado como clase media, se convirtió en proclive al PAN. No se puede ocultar que igual hubo influencia de la derecha en escuelas y universidades religiosas que formaban a las elites sociales.
Fernando Canales, candidato a Diputado Federal por el Primer Distrito
Regresando a Nuevo León y a Fernando Canales Clariond, ya dentro del PAN, no fue difícil que lo hicieran en 1979, candidato a la Diputación Federal por el Distrito número uno de Nuevo León, con cabecera en Monterrey, que representaba en ese momento, la economista del PRI, Carlota Vargas Garza. Como candidato del PRI estaba Julio Camelo Martínez, quien era en ese momento alcalde de Monterrey y un político popular. Por donde se le analizara, Camelo no era ningún candidato fácil, además de abanderar al partido con más tradición en México y en Nuevo León.
Canales venía de un medio que se podría considerar político, pero al ser entre empresarios, no era experto en la materia político-democrática. En cambio, Camelo además de ser el alcalde de Monterrey en funciones, había sido secretario general de gobierno con el gobernador Luis M. Farías, secretario particular del Procurador General de la República, y delegado de la CNOP en varios estados del país. Continuará…
Fuentes:
Génesis y evolución de la Administración pública del estado de Nuevo León. Isabel Ortega Ridaura
Periódico Oficial del estado de Nuevo León 1997-2003 versión electrónica.
El PAN y su identidad política, Fernando Rodríguez Doval