1716 fue un año importante para la Ciudad Metropolitana de Nuestra Señora de Monterrey, debido a que un personaje externo a las autoridades del Nuevo Reino de León, Francisco Antonio de Barbadillo Vitoria, protector de indios de la Sala del Crimen de la Audiencia de México, actuaba con autonomía en el cumplimiento de sus funciones.
Estas a su vez, se apoyaban en lo ordenado desde el 20 de noviembre de 1542 por el rey Carlos I, quien promulgó las Leyes Nuevas que prohibían la esclavitud de los indios y ordenaban su libertad y fueran puestos bajo la protección directa de la Corona, no de los encomenderos. Sin embargo, por todo el Imperio Español había quejas de que se esclavizaba o semiesclavizaba a los indígenas, lo cual motivó a Felipe V, primer rey de la Dinastía de los Borbones, iniciar en 1705 una campaña para verdaderamente acabar con las Encomiendas, esquema que disfrazaba la esclavitud.
Así que Barbadillo Vitoria -nativo de La Rioja-, llegó al Nuevo Reino de León en 1714. Con la ayuda del franciscano fray Juan de Lozada y del capitán Juan Guerra Cañamar liberó de Encomiendas y asentó a más de 5 mil indios en las Misiones de San Antonio de los Llanos (hoy Hidalgo, Tamaulipas), San José y Santa María de Río Blanco (hoy Zaragoza y Aramberri) y las de Labradores (hoy Galeana) y Hualahuises. También fundó las Misiones de la Purificación y la Concepción en el Valle del Pilón (hoy Montemorelos).
Con más de mil, entre tlaxcaltecas y aborígenes, estableció el 5 de febrero de 1715 la Misión de Nuestra Señora de Guadalupe, a una legua al oriente de Monterrey, en la actual cabecera del municipio de Guadalupe. Los indios permanecieron en una Misión, es decir, en terrenos de la Iglesia Católica donde, bajo la protección de los frailes, recibían instrucción de castellano y religión, y trabajaban la tierra en comunidad
Francisco Antonio Dávila, Alcalde Primero y Alonso Rodríguez, Alcalde Segundo. De enero 1º al 18 de marzo de 1716.
Ambos nacidos en Monterrey y dedicados a la milicia fueron electos el día 1 de enero de 1716:
“En el nombre de Dios todo poderoso y de la Purísima virgen María señora nuestra, patrona y titular de este Nuevo Reino de León, a cuyo divino auxilio imploramos para la electa y canónica elección que tan debidamente para el buen gobierno de esta noble ciudad de Monterrey queremos elegir (el día de hoy) con cuyo amparo y patrocinio esperamos el mejor acierto… la elección hecha por el Procurador General por Alcalde de primer voto a Don Francisco Antonio Dávila y de segundo al Capitán Alonso Rodríguez”
El nacimiento de la actual Ciudad Guadalupe
Una de las pocas actividades que realizaron estos alcaldes fue repartir solares a los indígenas asentados en la Misión de Nuestra Señora de Guadalupe de Tlaxcala el 4 de enero de 1716, convirtiendo a los indígenas en súbditos de pleno derecho, poseedores plenos de sus tierras, con libertad de dedicarse a cualquier oficio lícito, como realizar contratos, poseer caballos, mulas y armas. Además podían participar en el gobierno, la milicia y el clero (según sus méritos y su educación), pues la Misión se extinguió, naciendo en su lugar el Pueblo de la Nueva Tlaxcala de Nuestra Señora de Guadalupe de Horcasitas, dentro de la jurisdicción de Monterrey.
Una queja de Barbadillo ‘tumba’ a los alcaldes primero y segundo de la Ciudad
Sin embargo, hubo cierta lentitud o negligencia en la entrega de Mercedes de agua y en la dotación de infraestructura urbana por parte del Alcalde primero Dávila y del alcalde segundo Rodríguez; lo cual molestó al protector de Indios Francisco Barbadillo y Vitoria, quien impugnó ante el Rey sus nombramientos.
La impugnación fue atendida por el virrey Fernando de Alencastre Noroña y Silva, III Duque de Linares (España) y por Carlos Romero de la Vega, quienes el 15 de febrero determinaron que los nombramientos de FRANCISCO ANTONIO DÁVILA como ALCALDE PRIMERO Y ALONSO RODRÍGUEZ como ALCALDE SEGUNDO eran nulos por ser personas contrarias a la liberación de los indios y de las Leyes de Indias; ante esto el Cabildo debió hacer una nueva elección para alcaldes que funcionarían del 18 de marzo de 1716 al 31 de diciembre de ese año.
Incómoda sesión donde se destituye a los alcaldes en funciones para elegir a: Capitán Joaquín de Escamilla, Alcalde Primero de 18 de marzo al 31 de diciembre de 1716, y a Salvador de la Garza, como Alcalde Segundo.
Reunidos por el gobernador Francisco Baez de Treviño para renovar a los jefes del Cabildo, según lo ordenado por el virrey, sus integrantes fueron informados de la complejidad del protocolo, pues debía elegirse a los dos nuevos alcaldes pero antes desposeer a los anulados de los bastones de mando -báculos que les concedían la autoridad real para juzgar y gobernar-. Veamos el acta donde Dávila y Rodríguez fueron desposeídos de sus bastones de mando y echados de la Sala del Cabildo.
Cómo fueron electos, alcalde primero, Joaquín de Escamilla y
Salvador de la Garza, alcalde segundo
“En la ciudad de nuestra señora de Monterrey en diez y ocho días del mes de marzo de mil setecientos y diez y seis años los señores regidores con su presidente, es a saber el general Don Luis García de Pruneda alcalde provincial de esta santa hermandad y regidor decano. Don Joan Muñoz de Herrera teniente de alguacil mayor con voz y voto y el presidente Don Francisco Báez Treviño gobernador y capitán general estando juntos y congregados en la sala capitular de su ayuntamiento, = dijeron que por cuanto tienen obedecido un despacho del excelentísimo Duque de Linares Virrey de esta Nueva España en el día diez y siete deste presente mes el cual fue expedido por dicho señor excelentísimo y refrendado de Carlos Romero de la Vega su fecha en la ciudad de México en quince días del mes de febrero deste presente año por el cual manda su excelencia se haga nueva elección de alcaldes ordinarios para este presente año declarando dicho excelentísimo por nula y de ningún valor ni efecto la fecha el día primero de enero de Don Francisco Antonio Dávila y Don Alonso Rodríguez… mandaron a los referidos alcaldes Don Francisco Antonio Dávila y Don Alonso Rodríguez poner las varas sobre la mesa capitular y visto estar depuestos de dichas varas y haberles mandado saliesen del ayuntamiento, pasaron a nombrar y elegir por alcalde de primer voto… al capitán Joachin de Escamilla y por alcalde ordinario de segundo voto al capitán Salvador de la Garza”
Quién era Joaquín de Escamilla
Joaquín de Escamilla provenía de una antigua familia de mineros Del Valle de las Salinas; tenía el grado de Capitán y parece haber vivido en una de las casas que existieron entre la Plaza de Armas y el Río Santa Catarina -donde hoy está el palacio Municipal-.
Dota de un predio el alcalde Joaquín de Escamilla a
la Capilla de San Francisco Xavier
El primer gran acto de gobierno de Joaquín de Escamilla fue dotar a la Compañía de Jesús de un terreno para fundar la Capilla de San Francisco Xavier, con su huerto convento, escuela de primeras letras y seminario, estableciéndose allí el primer centro de estudios superiores en el norte del virreinato. El predio de marras estaba en el cuadrante formado por las actuales calles de Padre Mier, Mariano Escobedo, Morelos y Emilio Carranza. El acceso al Convento estaba por la actual calle de José María Parás.
“En la Ciudad de Nuestra Señora de Monterrey, en quince días del mes de mayo de mil setecientos y diez y seis años, ante el ilustre Cabildo, Justicia y Regimiento de esta ciudad que para poderme perpetuar como los demás vecinos y en cumplimiento de reales ordenanzas del nuevo cuaderno de Su Majestad… mandó que el alguacil mayor o su lugarteniente de esta ciudad, pase a reconocer el solar y su poblazón que esta parte refiere y para ello cite a los circunvecinos y a el Colegio de la Sagrada Compañía y siendo cierto lo que esta parte expresa, con asistencia del escribano público y de Cabildo pasará dicho Cabildo a dar la providencia que tuviere por conveniente”
La reposición de la documentación anterior, debido a un accidente marítimo
Los documentos oficiales que avalaban la dotación de tierras y fundación del Convento de San Francisco Xavier, así como el establecimiento de la Compañía de Jesús con un Seminario en nuestra Ciudad, se perdieron en un naufragio acaecido cerca de la Isla de las Bahamas. Ante ello, el Cabildo debió reponer los documentos haciendo una copia que reenvió a la ciudad de Madrid.
El establecimiento del pueblo -ahora Ciudad Guadalupe-, multiplicó la población de Monterrey, y el Cabildo tuvo que brindarle servicios públicos.
Las misiones eran total responsabilidad de la Iglesia por lo que su infraestructura no entraba en las obligaciones de los ayuntamientos, pero al dejar de ser una Misión para convertirse en el Pueblo de la Nueva Tlaxcala de Nuestra Señora de Guadalupe de Horcasitas, un pueblo ya de derecho civil, pasó a ser responsabilidad plena del Cabildo de Monterrey.
Y el Cabildo de la Ciudad, ante la repentina formación de un poblado de más de mil personas, se vio obligado a dotarlo de servicios casi de forma inmediata. Escamilla se aplicó en hacer un camino “de carretas a Guadalupe”, repartir aguas, enviar periódicamente al alguacil a cuidar de la seguridad; al regidor de comercio a revisar precios, medidas y sanidad de las mercancías; al regidor de aguas a verificar el reparto del líquido y la limpieza de acequias.
El problema no era menor pues los más de mil nuevos habitantes de Monterrey asentados en Guadalupe aumentaron la población de la Ciudad en más del 50%, pues en Monterrey y su comarca había cerca de 2 mil 100 habitantes y en Guadalupe, mil.
Los beneficios que trajeron a Monterrey estos nuevos súbditos tlaxcaltecas
Los tlaxcaltecas, además de introducir la agricultura productiva de maíz, frijol, calabazas, chile al estilo mesoamérica, por ser descendientes de los constructores de las grandes pirámides que habían convertido a la Gran Tenochtitlan en una ciudad de palacios castellanos, los castellanos locales les emplearon para sustituir sus jacales por casas de cal y canto.
La transformación del perfil urbano de la Ciudad, inicia en esta época
Así fue como de pronto aparecieron corrales y vallados de piedra, así como las acequias acanaladas con piedra. Todo esto significó la transformación de la Ciudad, pues además se construyó la acequia principal que llevaba agua a las nuevas labores de Guadalupe, y se sustituyeron los viejos puentes de tablas y torneos por nuevos de piedra.
Una de las obras de infraestructura más relevantes fue la construcción de una cárcel digna de la Ciudad, en las Nuevas Casas reales, suficiente para la nueva población.
“(1º de Junio de 1716)… presidente del cabildo a quien toca mirar y atender por el bien y útil de ella y a mi reparar todo el alivio y fomento que pueda tener hallándose esta ciudad tan sumamente pobre sin cárcel ni alivio y haber apercibido los pesos que llevo expresados de gabela que se le echó a todos los vecinos por lo que toca a los fierros pagándolo los más pobres y siendo causa de bien público de esta ciudad y moradores de este reino a que debemos atender que dicha cantidad se puede aplicar para las obras públicas con las penas de cámara que se tiene mandado por despacho que se tiene presentado ante vuestra señoría para empezar la fábrica de cárcel”
Promueve el alcalde Escamilla la Cultura, con una obra tradicional de España.
El alcalde de Escamilla realizó también una de las celebraciones mas tradicionales de España “Narración del Turco de los Moros y del Capitán de los Cristianos” que era una obra que narraba las hazañas de la reconquista de Sevilla en el Siglo XVI en la que un vecino leía los diálogos de los moros (musulmanes) y otro el de los cristianos triunfadores; era una festividad pública que aún se realiza en algunos poblados españoles.
“En la ciudad de Nuestra señora de Monterrey en once días del mes de agosto de mil setecientos y diez y seis años los señores capitulares con el señor presidente que lo es el sargento mayor Don Francisco Báez Treviño gobernador y capitán general estando en la sala capitular donde se han juntado para resolver y conferir materias del servicio de Dios y de esta república y acordaban y acordaron en ella que la celebridad de fiestas deste presente año fue el gran turco del moros el capitán Don Francisco Báez Treviño hijo del Señor gobernador y por capitán de cristianos el capitán Juan Gómez de Castro, vecino deste Reino y por alférez de cristianos a Nicolás Lozano y por capitán de moros Juan de Leon el mozo y por alférez de moros Juan García Dávila el mozo y para este año que viene de setecientos y diez y siete por el mes de agosto; todo lo cual se les haga saber a estas partes por convenir así, decretáronlo sus Señorías y lo firmaron por ante mi de que doy fe. Francisco Báez Treviño Don Luis García de Pruneda Juachin Xavier [Joaquín Javier de Escamilla] Juan Muñoz de Herrera [Salvador] de la Garza Juan Garza Ante mi Francisco de Mier Noriega Escribano público y de Cabildo”
Azota Monterrey un ciclón durante el cabalístico mes de septiembre
Sin embargo, el Progreso de la Ciudad, liderado por el alcalde Joaquín de escamilla, fue detenido en el mes de septiembre por una gran inundación que cobró más de cincuenta vidas humanas. Los dos ríos -Santa Lucía y Santa Catarina-, se desbordaron, inundando acequias, causando daños en las milpas y ahogándose muchos animales. Pero esta fue la mejor prueba de resistencia de las construcciones de cal y canto, versus los jacales antiguos. Sí hubo daños estructurales pero menores respecto a los de otras inundaciones.
Y la reacción del alcalde Escamilla y de todo el cabildo de Monterrey fue inmediata. Se inició la reconstrucción de la Ciudad, aprovechando la mano de obra tlaxcalteca. Se repararon los edificios dañados y se reconstruyeron las calles y callejones afectados.
Joaquín de Escamilla al terminar su periodo de 1716 se retiró al Valle de las Salinas a continuar su vida en la minería.
Quién era Salvador de la Garza, Alcalde Segundo, en 1716
Salvador de la Garza era nieto chozno de Diego de Montemayor, el fundador, que tenía el grado de Capitán, y ocupó varios cargos públicos, entre ellos, el de alguacil real, con jurisdicción en todo el reino.
Como alcalde del crimen procesó a los castellanos que se oponían a la disolución de las Encomiendas, es decir, los que pretendían mantener a los indios bajo su servicio.
Atendió también numerosos juicios contra los castellanos que trataban de despojar a los indios de sus ganados, o que les vendían productos a precios muy elevados. Cumpliendo con sus funciones, Salvador de la Garza castigó el mal uso de los pesos y medidas en el comercio, y los abusos en el uso del agua.
Salvador de la Garza vivió siempre en Monterrey y dedicó el resto de su vida a la milicia luchando contra los indios bárbaros.
Continuará…
FUENTES
ARCHIVO HISTÓRICO DE MONTERREY
COLECCIÓN ACTAS DE CABILDO
1ºde enero de 1716
18 de marzo de 1716
15 de mayo de 1716
1º de junio de 1716
11 de agosto de 1716
Leyes y ordenanças nueuame[n]te hechas por su Magestad pa la gouernacion de las Indias y buen tratamiento y conseruacion de los Indios ... : que se han de guardar en el consejo y audie[n]cias reales q[ue] en ellas residen y por todos los otros gouernadores juezes y personas particulares dellas. Cervantes virtual
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