La salida de las tropas mexicanas de nuestra Ciudad fue un penoso espectáculo, y el preámbulo de casi dos años de tragedias para los regiomontanos. Aún entre los que se decían ‘contentos’ por la posibilidad de que Nuevo León se anexara a Estados Unidos, había temor -recelo de un daño futuro- que siempre se vincula a la inseguridad y al miedo -angustia por el riesgo de un daño real o imaginario-. Y para entenderlo veamos el relato de David Alberto Cossío:
“La más profunda tristeza reinaba entre los soldados… la mayor parte de ellos hubieran preferido entregar sus vidas, antes que abandonar la plaza… Tomas Requena… a toque de corneta, mandó los movimientos de la primera brigada… con las banderas al aire que parecían desprenderse de sus astas avergonzadas de aquella inesperada debilidad de sus jefes… costeando el cerro del Obispado todavía húmedo dela sangre de sus defensores… El veintisiete de septiembre… marchó la segunda brigada, pernoctando en Santa Catarina ¡Triste aniversario de la entrada del Ejército Trigarante a la Ciudad de México!”
De los soldados invasores, los Rangers de Texas eran los más crueles
De la tropa norteamericana que quedó en la Ciudad, se comenta que al principio era afable, con excepción de los Rangers de Texas, quienes eran unos patanes. Por parte de las autoridades nacionales, desde el momento de la rendición, el Cabildo de la Ciudad inició de inmediato un diálogo con el invasor, que se comprometió a medias, pero dejó en manos de las autoridades mexicanas la conservación del orden:
26 de septiembre de 1846. MANUSCRITO DADO POR EL ENCARGADO DEL JUZGADO 1º CONSTITUCIONAL DE LA CIUDAD DE MONTERREY, EN RELACIÓN A SU ENTREVISTA REALIZADA CON EL JEFE DEL EJÉRCITO AMERICANO EN LA PLAZA DE MONTERREY, A CAUSA DE LA CAPITULACIÓN Y A VIRTUD, TAMBIÉN, DE QUE NO SE CONCRETEN DESORDENES POR LA FUERZA OCUPADORA. A CONTESTACIÓN DEL GENERAL ANGLOAMERICANO, COMENTÓ "QUE NO HUBIERA CUIDADO DE ELLO", PERO LO QUE SOLICITA, ES QUE EL GOBERNADOR, POR SU AUTORIDAD, SEA EL QUE ARREGLE TODO.
Revisemos este largo fragmento de acta, en donde se infiere que a las reuniones de Cabildo asistían el gobernador Francisco de Paula Morales, y el gobernador norteamericano, general William J. Worth, hasta que partió a Saltillo. Worth aseguró que las autoridades mexicanas podrían seguir en ejercicio de sus funciones y que los norteamericanos sólo requerirían una dotación de maíz y leña:
Sesion del 28 de Septiembre de 1846. Leída y aprobada la acta anterior con asistencia del Excelentisimo Señor Gobernador Sr. Francisco Paula Morales… que durante las circunstancias permanecio de acuerdo con el Excelentisimo Señor General en Jefe del Ejército del Norte asistiendo á algunas juntas en las que dicho General tuvo hasta la ultima en que despues de todos los pagos y pasando algunos dias aquel Jefe acordó capitular así el Jefe en los Estados Unidos a lo que le expuso en la misma Junta con Generales y Jefes que al efecto hubo para ello: que verificado la capitulación como lo ha palpado bien la corporación el General impondra según los artículos acordados en ella se mandó con su ejercito al Saltillo y ocupo el ejercito Americano esta Plaza que a consecuencia de este resultado tuvo que S.E. una entrevista con el Jefe Americano en su Campo al cual se aseguró de que todo sería ordenar con su acuerdo a la marcha segura de los casos del Estado manifestándose que desearía con el mayor interes que las autoridades constituidas en el siguiesen todas como lo estaban hasta aquí en el libre ejercicio de las funciones que las Leyes se han cometido para lo cual cooperará de la manera que el Gobierno lo crea conveniente para la seguridad y pacificación de los pueblos ofreciéndosele para ello que las rutas generales seran puestas a su disposición para que de ellas vivan los empleados del Estado, pudiendo solo por ahora se le proporcionen los recursos de mais y leña así como mechas y un conductor de equipajes y viajes de Camargo a esta Capital ofreciendo que todo será satisfecho anticipadamente a precios de plaza de que pide una noticia.
Los siete gobernadores de Nuevo León que eran norteamericanos
Vale mencionar que en el periodo de la ocupación fueron siete gobernadores militares norteamericanos los que rigieron el Estado de Nuevo León bajo el régimen militar:
Williams Worth, quien inmediatamente formó un gobierno entre norteamericanos y
colaboracionistas mexicanos, pero al continuar su marcha a principios de octubre dejó el mando.
Siguió J. Garland que organizó la Ciudad estableciendo el Toque de Queda. Sólo los mexicanos eran obligados a quedarse en sus casas por las noches, y los norteamericanos, en especial los Rangers Texanos, se dedicaban a hacer desmanes.
Después gobernó J. Rogers con quien llegaron los primeros comerciantes y negocios
norteamericanos; los mismos que siempre seguían al ejército para iniciar la colonización. En su gobierno se inició lapublicación del American Pioner.
Brevemente gobernó después A.M. Mitchel, quien continuó con las operaciones militares. En su gobierno, el 21 de mayo de 1847, un Congreso Constituyente restableció la Federación y la vigencia de la Constitución de 1824, pero Mitchel impidió que se estableciera la Legislatura y la nueva Constitución Mexicana.
Luego gobernó J. A. Caley, quien intentó establecer un Tribunal de Common Law para resolver conflictos entre norteamericanos, pero como no había "barristers" que litigaran según las leyes norteamericanas, fracasó y regresó la justicia militar.
Siguió I. H. Wright que bajo su gobierno se firmó el Tratado de Guadalupe Hidalgo, el día 2 de febrero de 1848.
Y finalmente, en febrero de 1848 se nombró gobernador a J. W. Tribbs, quien salió de Monterrey permitiendo el saqueo de la Ciudad durante la desocupación.
Las quejas de los regiomontanos iniciaron de inmediato
Regresando a septiembre de 1846, apenas habían pasado cinco días de la rendición, y la situación ya era insoportable para los vecinos, al grado que un tal Facundo Tamez solicitaba al alcalde sustituto de Monterrey, Julio Gutiérrez, que pusiera en orden a los Ranger de Tejas:
29 de septiembre de 1846. FACUNDO TAMEZ SOLICITA AL ALCALDE DE MONTERREY, QUE A CAUSA DE LOS MÚLTIPLES DESMANES QUE HAN OCASIONADO LOS VOLUNTARIOS DE TEJAS, SE SIRVAN A REUNIR A LOS JUECES DE LA CIUDAD, Y PARTICIPEN CUALQUIER ANOMALÍA A ESA AUTORIDAD.
Los invasores exigieron poner orden en los precios comerciales
Sin embargo, la prioridad en ese momento era satisfacer a los invasores que ocupaban la plaza, así que el gobernador Francisco de Paula Morales, por medio de su secretario Santiago Vidaurri, pidió que se elaborase una lista oficial de precios en el mercado, pues los norteamericanos se quejaban de los altos precios:
29 de septiembre de 1846: SANTIAGO VIDAURRI, SECRETARIO DE GOBIERNO DE NUEVO LEÓN, PIDE AL ALCALDE DE MONTERREY QUE TOME A DOS VECINOS HONRADOS Y PROCEDA A FORMAR UNA LISTA O TARIFA DE EFECTOS CON SUS PRECIOS RESPECTIVOS, DEBIDO A QUE LOS GENERALES AMERICANOS HAN RECLAMADO VARIAS VECES SOBRE ESTE ASPECTO.
Instala el gobernador Morales una red de comunicación con los nuevoleoneses
La situación del gobernador Francisco de Paula y Morales era incómoda, pues sí despachaba en Monterrey, pero no gobernaba, como tampoco lo hacía en Guadalupe, entidades gobernadas por la Ley Marcial, misma que “salía de la boca” del jefe norteamericano en turno. Donde Morales tenía aún jurisdicción era en el resto del estado, por lo que instaló una red de “correos” para la distribución de órdenes y publicaciones en todo Nuevo León, estableciendo tres rutas o circuitos:
1.- Concepción -Dr. Arroyo-, Río Blanco -Aramberri-, Galeana, Linares, Montemorelos a Cadereyta Jiménez.
2.- Agualeguas, Cerralvo y Cadereyta Jiménez.
3.- Lampazos, Bustamante, Villa Aldama y Salinas Victoria -y luego Monterrey-:
30 de septiembre de 1846. EL GOBERNADOR FRANCISCO DE P. MORALES ESTABLECE EL "CORREO DE NUEVO LEÓN", PARA QUE ENTRE LOS PUEBLOS Y LA CAPITAL DEL ESTADO HAYA UNA PRONTA COMUNICACIÓN. EL CORREO ESTARÁ DIVIDIDO EN TRES LÍNEAS GEOGRÁFICAS: LA PRIMERA COMENZARÁ EN CONCEPCIÓN Y TOCARÁ LOS PUEBLOS INTERMEDIOS DE [RÍOBLANCO], GALEANA, LINARES, MONTEMORELOS A TERMINAR EN [CADEREITA] XIMÉNEZ; LA SEGUNDA COMENZARÁ EN AGUALEGUAS, TOCANDO A CERRALVO Y TERMINANDO EN [CADEREITA] XIMÉNEZ; Y LA TERCERA EN LA PUNTA DE LAMPAZOS, ATRAVESANDO LOS PUEBLOS DE BUSTAMANTE, VILLA ALDAMA Y TERMINARÁ EN SALINAS VICTORIA; EL CONDUCTO ORDINARIO SERÁN LOS ALCALDES PRIMEROS. SE AGREGA UN EJEMPLAR DEL CORREO CERTIFICADO. DADO EN COPIA DEL IMPRESO ANTE EL ALCALDE DE MONTERREY; SE ANEXA OFICIO EN DONDE EL SECRETARIO GENERAL DE GOBIERNO REFORMA EL TRAYECTO DE LA TERCER LÍNEA, LA CUAL CONCLUIRÁ EN LA CAPITAL, LINARES. EN COPIA ANTE EL ALCALDE DE MONTERREY.
El desastre urbano de la Ciudad
Terminó el mes de septiembre y la Ciudad estaba desconocida, pues del orden urbano acostumbrado no quedaba nada. Las huellas de la espantosa batalla celebrada en pleno centro, se evidenciaba; los vecinos cuyas casas habían sido dañadas por la violencia o incendiados sus jacales, estaban refugiados -de arrimados, decían- en casa de familiares o amigos; las milpas y sembradíos habían sido destruidos por el desmonte programado para la defensa, por la trilla de los carros y caballos de guerra y por el mismo fuego del combate.
Aún había cadáveres insepultos en calles, zonas de batalla y bajo los escombros. En tiempos normales, el municipio cobraba un impuesto por la sepultura de los cuerpos, y la Iglesia Católica un óbolo; pero en estas circunstancias se eliminaron ambos pagos. Veamos esta acta en la cual el gobernador pide la sepultura de un militar.
30 de septiembre de 1846: POR ORDEN DEL GOBERNADOR, SANTIAGO VIDAURRI, SECRETARIO DE GOBIERNO DEL ESTADO, REQUIERE AL ALCALDE DE MONTERREY LA SEPULTURA DEL CADÁVER DEL CAPITÁN OROZCO.
Los militares mexicanos y los católicos extranjeros -amigos o enemigos- fueron enterrados en tierra sagrada en los panteones de La Purísima, Nuestra Señora del Roble y en las ruinas del inconcluso Convento de Las Capuchinas. Los militares enemigos -de alguna secta evangélica y judíos, fueron sepultados en “tierra bruta” a los pies del Obispado.
Decreta Taylor el aislamiento de la Ciudad
Hasta mediados del mes de octubre de 1846 así estaban las cosas, más o menos llevaderas, pero el día 25 de octubre, el general Taylor decidió aislar a nuestra Ciudad, prohibiendo la circulación de todo tipo de órdenes e impresos que vinieran de fuera de Monterrey, o de los poderes nacionales, o del propio gobernador Morales; sólo se publicarían los escritos de los norteamericanos y los del Cabildo:
25 de octubre de 1846. EL ENCARGADO DE JUSTICIA DEL JUZGADO 1º DE MONTERREY, COMUNICA AL SECRETARIO INTERINO DEL SUPREMO GOBIERNO DE NUEVO LEÓN QUE POR ORDEN DEL GENERAL TAYLOR, SÓLO PODRÁ PUBLICAR EN LA CIUDAD LAS ÓRDENES Y CIRCULARES, NO ASÍ LAS DEL SUPREMO GOBIERNO DE LA NACIÓN. DE LA MISMA FORMA, PARTICIPA LAS MEDIDAS DE SEGURIDAD IMPLEMENTADAS POR EL JEFE AMERICANO A TODA PERSONA QUE LLEGA A LA CIUDAD
Ante el bloqueo de comunicación, huye el gobernador
y se disuelven los poderes Legislativo y Judicial.
Esto inutilizó al Congreso del Estado, por lo que mejor se disolvió. El Poder Judicial, sin apoyo policíaco, también se disolvió y el gobernador Francisco Paula de Morales, al quedarse sin funciones, optó por abandonar la Ciudad e iniciar un gobierno errante. Primero se instaló en Galena, luego en Concepción -Doctor Arroyo-, y finalmente en Linares. Tal vez Vidaurri se quedó unos días en la Ciudad de Monterrey, hasta que Manuel Villalón fuera nombrado secretario general interino del estado:
Sesion del 26 de Octubre de 1846… el Sr. Presidente manifestó para conocimiento de la Corporación que por la Superioridad se le han pasado desde Linares una comunicacion oficial dando á reconocer la firma de Don Manuel Villalon á quien el Gobierno ha nombrado de Secretario Interino, otra previniendo que las comunicaciones que se dirijan en lo susesivo sean á Galeana y varios decretos generales los cuales ha dispuesto el Jefe Americano que mandó la plasa no se publiquen pues que el General en Gefe ha prevenido que solo las leyes documentos y ordenes del Estado puedan publicarse y circularse y no asi las generales. Oido lo qual se acordó ponerlo en conocimiento del gobierno así como que se ponga tambien en conocimiento de la misma Superioridad para la resolucion que estime conveniente que con motivo de estar hasta ahora suspensa la Administración de Justicia en razon de que ni los Magistrados del Superior Gobierno ni los Juzgados de Letras funcionan, y que con este motivo las causas de los reos esten paralisadas y no se pueden formar las correspondientes á varios individuos que se han aprendido por ladrones de asalto y otro delitos y todos estan haciendo un gasto de bastante consideración…
Los heridos de la Batalla de Monterrey se convierten en un serio problema
Como el general Ampudia no se había llevado con el ejército nacional a sus heridos, las nobles mujeres regiomontanas los asistían por su cuenta. Y médicos militares y médicos religiosos los atendían en el “hospital Nuevo” inconcluso, un edificio en ruinas, cuyos muros habían sido remendados con cerramientos y techumbre de paja y palma. Allí agonizaron muchos de nuestros héroes; algunos fueron amputados -recurso médico muy socorrido en la época-, y a otros los sajaron, sin embargo, para octubre de 1846 los heridos aún estaban en la ciudad.
El responsable del hospital mexicano, teniente coronel Bruno Ordóñez, consiguió permiso del jefe norteamericano para que los heridos fueran trasladados a San Luis Potosí con el resto del ejército. Para realizar este viaje solicitó al alcalde de Monterrey, José María de la Garza, 50 burros, tres caballos y cuatro mulas. Además Ordóñez ofreció una Letra de Cambio cobradera en la capital potosina, al comerciante que le dotara de víveres para el camino:
28 de octubre de 1846. A CAUSA DE LA SOLICITUD DE ABANDONO DE LA CIUDAD QUE HA RECIBIDO DEL JEFE AMERICANO, EL TENIENTE CORONEL BRUNO ORDÓÑEZ, LE SOLICITA AL ALCALDE DE MONTERREY, JOSÉ MARÍA DE LA GARZA, CINCUENTA BURROS, TRES CABALLOS, ENSILLADOS U CUATRO MULAS DE CARGAS, PARA QUE TRASLADEN AL HOSPITAL DE HERIDOS A LA CIUDAD DE SAN LUIS POTOSÍ; SE INCORPORA DOCUMENTO EN DONDE BRUNO ORDÓÑEZ, TENIENTE CORONEL DEL EJÉRCITO MEXICANO, COMUNICA AL ALCALDE DE MONTERREY QUE "EL DOMINGO 22 DEL PRESENTE SE TERMINA EL PLAZO QUE EL ENEMIGO ME HA CONCEDIDO PARA SALIR DE ESTA PLAZA CON EL HOSPITAL DE HERIDOS QUE ES A MI CARGO". DE TAL FORMA, PIDE ESTÉN LISTOS LOS BAGAJES Y CARRETAS CON QUE SE RETIRARÁN DE LA CIUDAD; ANEXADO UN MANUSCRITO DEL MISMO DÍA, EN DONDE EL TENIENTE CORONEL BRUNO ORDÓÑEZ, LE SOLICITA AL ALCALDE DE MONTERREY "SE SIRVA LIBRAR UNA ORDEN A LA OFICINA DE LA ADUANA, PARA QUE LES RESPONDA CON SUS PRODUCTOS AL COMERCANTES, QUE QUIERA PRESTAR ESTE SERVICIO, MIENTRAS EN S. (SAN) LUIS POTOSÍ ES PAGADA LA DICHA LETRA DE 500 PESOS"; EN CONTESTACIÓN DE LA SOLICITUD, EL JUZGADO PRIMERO CONSTITUCIONAL DE MONTERREY, AVISA AL TENIENTE CORONEL BRUNO DE ORDÓÑEZ QUE HA DIRIGIDO OFICIO A LA ADMINISTRACIÓN DE LA ADUANA, PARA QUE LE OTORGUE EL REFERIDO RESGUARDO QUE NECESITA; SE AGREGA CARTA ENVIADA POR EL JUZGADO PRIMERO EN DONDE SE HACE REFERENCIA A LA ADVERTENCIA DADA POR EL JEFE AMERICANO EN LA CIUDAD, SOBRE LA SALIDA DEL HOSPITAL DE HERIDOS A CARGO DEL TENIENTE CORONEL BRUNO ORDÓÑEZ, O DE LA CONTRARIO SERÁN CONTADOS COMO PRISIONEROS DE GUERRA.
Los desmanes que causaban los soldados invasores ebrios
Por lo demás, los regiomontanos estaban hartos del inmundo comportamiento de los soldados norteamericanos quienes trataban a los nacionales como si fueran prisioneros y a la Ciudad como botín de guerra. Cuando estaban ebrios -lo que sucedía todos los días- causaban todo tipo de desmanes, así que se quejaron con Santiago Vidaurri, el agente del gobierno del estado en el Monterrey ocupado, y éste pidió al alcalde que controlara la venta de alcohol:
30 de septiembre de 1846. OFICIO DIRIGIDO AL ALCALDE DE MONTERREY, EN EL CUAL EL SECRETARIO DE GOBIERNO, SANTIAGO VIDAURRI, LE PIDE SE SIRVA A CONTROLAR LA VENTA DE LICOR, QUE TANTOS MALES A CAUSADO A LA CIUDAD EN ESTOS ÚLTIMOS DÍAS, DEBIDO A QUE LOS VOLUNTARIOS AMERICANOS TIENEN ACCESO A EL.
Desarmaban a los ciudadanos para que no pudieran
defenderse de los invasores
Además, los regiomontanos eran despojados de sus armas para ‘evitar ataques’ o más bien, para que no se defendieran de los norteamericanos. El mismo Vidaurri regresó un fusil que le había facilitado el municipio de Monterrey:
25 de octubre de 1846. SANTIAGO VIDAURRI COMUNICA AL ALCALDE DE MONTERREY QUE TIENE EN SU PODER, PRESTADO Y PARA DEVOLVER, UN FUSIL DEL DEPÓSITO DEL MISMO AYUNTAMIENTO; JOSÉ RAMÍREZ Y GARZA COMUNICA AL ALCALDE DE MONTERREY QUE RECIBIÓ UN FUSIL SIN BAYONETA, EL CUAL DE DEVOLVER AL REFERIDO JUZGADO.
Para seguir la corriente a los vecinos, pero usurpando las funciones municipales, los propios norteamericanos pidieron que se regule la venta de alcohol:
30 de octubre de 1846 S.C. PEMBERTÓN, PRIMER TENIENTE Y AYUDANTE, ORDENA POR REQUERIMIENTO DEL GRAL. WORTH, LA PROHIBICIÓN DE LOS ESTABLECIMIENTOS QUE VENDAN LICORES ANTES DE LAS NUEVE DE LA MAÑANA, O DESPUÉS DE LAS DOCE DEL MEDIO DÍA, BAJO LA PENA DE PERDER LA LICENCIA. ASÍ TAMBIÉN, SE PROCEDERÁ A CERRAR LOS NEGOCIOS QUE ACONTEZCAN CONA ACTITUD DESORDENADA.
No pudieron llevarse a los heridos
Al parecer, el Hospital de sangre no pudo ser transportado, pues aún el día 26 de noviembre de 1846 todavía estaba en Monterrey, y se da cuenta del fallecimiento de un soldado en el “hospital de Monterrey”, que era nativo Del Valle del Maíz, hoy Ciudad del Maíz, San Luis Potosí.
26 de noviembre de 1846. CERTIFICADO DE DEFUNCIÓN: "HOSPITAL DE MONTERREY. NOVIEMBRE 26 DE 1846. EN ESTA FECHA MURIÓ DE UNA HERIDA EL SOLD. (SOLDADO) DEL 10 DE YNF.A (INFANTERÍA), APOLONIO FUENTES, CASADO CON GREGORIA SALAZAR, Y NATL (NATURAL) DEL VALLE DEL [MAIZ]".
En medio de la Guerra, se reinstala la Federación
A nivel nacional, mientras Santa Anna se movilizaba con el Ejército del Centro rumbo a San Luis Potosí, el vicepresidente en funciones, Valentín Gómez Farías, iniciaba los trámites para formar un Congreso Constituyente federal. La Federación sí había sido teóricamente reestablecida, pero sólo por decreto de Mariano Salas, es decir, le faltaba ser legitimada por un Congreso Constituyente.
Así, el 22 de agosto de 1846, el Congreso se instaló en Constituyente iniciando sus labores el 6 de diciembre. Lo primero que hizo fue solicitar a los congresos de los estados -si funcionaban, o en su defecto a los Cabildos de las capitales o ciudades principales- y si estos tampoco funcionaban, a los líderes de la resistencia contra el enemigo, que se expresasen sobre el sistema de gobierno que consideraban más apto para nuestro país.
Este Congreso Constituyente terminó su labores el 10 de febrero 1847, con el restablecimiento de la Constitución federal de 1824, y el Acta Constitutiva de ese mismo año. En la sesión del 18 de abril de 1847 se aceptó un voto particular de Mariano Otero, que creó el Derecho de Amparo y, finalmente, el 21 de mayo fue jurada el Acta de Reformas a la Constitución de 1847.
El Cabildo de Monterrey desafía al gobierno estatal norteamericano
En Nuevo León, el Congreso no operaba, por lo que el Cabildo de Monterrey respondió a la consulta del Constituyente Federal. En un acto de valor y desafío al invasor, no sólo sesionó, sino que practicó la figura de “Cabildo abierto”, es decir, que los vecinos se reunieron para opinar, y se votó por el Sistema Representativo, Popular, Federal.
Pero no se pudo realizar el acto eleccionario
Sin embargo, las condiciones políticas de Nuevo León no permitieron celebrar elecciones para diputado constituyente y no tuvimos representante en esa ocasión.
En la Ciudad de Monterrey Capital del Estado libre y Soberano de Nuevo León, uno de los estados unidos Mejicanos á los veinte y ocho dias del mes de Diciembre de mil ochocientos cuarenta y seis, reunido el Ayuntamiento en Junta de vecindario y del modo que ha sido posible según las circunstancias en que se halla esta Ciudad, con motivo de la ocupación de esta Plaza por una parte del ejercito Americano imbasor, con el objeto de declararse en ella franca y espresamente la voluntad de los habitantes todos de este Distrito por el restablecimiento del sistema representativo popular federal y considerando á mas de creerlo y conocerlo, que ésta es la clase de gobierno que á la Nacion Megicana conviene, asi como tambien porque de su adopcion podrá muy bien suceder que declarado por el prócsimo Congreso Nacional Megicano será quisá el medio mas eficaz y oportuno para que tenga fin la guerra que contra nuestro Gobierno general han introducido ya los Estados Unidos de America hasta los Estados de Oriente y parte de los de Occidente de Mégico que hoy ocupan, há venido en hacer de su libre franca y general voluntad, aun en nombre y representación de lo mas recino que por temores han salido de este Distrito, la mas solemne declaracion, sin que para ello se entienda que há habido fuerza ni coaccion, de que este Distrito á virtud de superior disposicion de su Gobierno quiere y es su voluntad celebrar de nuevo el mas firme y eficaz pacto de alianza con los demas Estados Megicanos sus hermanos, y se consignen las bases mas válidas de la Union por los representantes de todos ellos al reunirse en el procsimo Congreso general. En consecuencia y como resultado de este acto, que debe ponerse en conocimiento del Ecselentisimo Señor Gobernador de este Estado libre y Soberano, se remitirá copia duplicada de esta acta para que S. E. se imponga de que las Autoridades y habitantes de esta Capital, aunque llenos de temor y sobresalte por la ocupacion del ejercito enemigo, no por eso dejan ni han de dejar del modo que mas posible les sea, de ejercer sus funciones con entera dependencia de su Superioridad, mientras no se le haga coaccion, pues que llegado este caso con la protesta mas solemne se retiraran á donde crean mas conveniente poderlo hacer con entera libertad. Nieto
Fortalece el gobernador Garland a la figura municipal
El día 29 de diciembre, JN. Garland, gobernador norteamericano y segundo al mando del ejército, expresaba al municipio que no se pagarían más impuestos ni federales o estatales, sólo los impuestos municipales:
29 de diciembre de 1846 JN. GARLAND, TENIENTE CORONEL DEL EJÉRCITO AMERICANO Y GOBERNADOR DE LA CIUDAD DE MONTERREY, COMUNICA QUE EN LO SUCESIVO, NINGÚN ERARIO O TASAMIENTO DE CLASE ALGUNA, SERÁ PAGADO O ENTREGADO A MANOS DE ALGÚN ADMINISTRADOR MEXICANO DENTRO O FUERA DE LA CIUDAD. TAMBIÉN, ESTABLECE QUE TODO IMPUESTO PAGADO A AUTORIDADES MEXICANAS, SERÁ REMITIDOS A MANOS DE LAS PERSONAS NOMBRADAS POR LOS ALCALDES DE LA CIUDADES.
Reafirma el Cabildo regiomontano su apego al sistema federal
El 31 de diciembre de 1846, el Cabildo de Monterrey enriqueció la declaración de apego al sistema federal, agregando la voluntad de mantenerse unidos todos los estados mexicanos.
En la Ciudad de Monterrey, Capital del Estado Libre y Soberano de Nuevo León uno de los unidos Mexicanos a los treinta y un dias del mes de Diciembre de mil ochocientos cuarenta y seis, reunidos el Ylustre Ayuntamiento y vecindario de la Ciudad del modo y forma que lo han permitido las actuales circunstancias con motivo de la ocupación de esta plaza por una parte del ejercito americano que ha invadido a la República de Mejico, manifestó á los concurrentes, el Señor Presidente de dicha Corporación que el objeto de aquella reunión, era para que el vecindario declarase franca y especialmente su espontanea y libre voluntad sobre la forma de gobierno que deba regir en lo sucesivo á la Nación Mexicana, é impuestos del motivo y fin de la reunión, habiendo meditado y discutido en el acto, se resolvió y declaró por unanimidad de los concurrentes ser su libre y expontanea voluntad que se restablesca por el futuro regimen de la Nación el sistema republicano, representativo popular federal bajo las bases de religión, independencia y división de poderes constituidos en la carta de mil ochocientos veinte y cuatro, y que el Estado de Nuevo Leon, á que pertenece este Distrito, recobre el pleno goce y ejercicio de su Soberanía y que en virtud de ella declare ser su voluntad celebrar de nuevo el mas firme y eficaz pacto de alianza con los demás Estados Mexicanos sus hermanos; y que se consignen las bases mas solidas de unión y fraternidad por los representantes de todos ellos reunidos en Congreso General constituyente: que asi se manifieste al Gobierno del Estado remitiendosele copia duplicada de esta acta, para los fines consiguientes, firmandola los individuos del Ylustre Ayuntamiento y vecinos que concurrieron á la Junta. Con lo que se concluyó este acto, acordando se se sentara para constancia en el libro de esta Corporación: de todo doy fé. Firmas.
Sigue el problema del alcoholismo desmedido de los soldados
Con la esperanza de que se pudieran frenar los desórdenes de los americanos en Año Nuevo, Vidaurri vuelve a solicitar al alcalde de Monterrey que controle la venta de alcohol, pero siempre fue en vano.
31 de diciembre de 1846. OFICIO DIRIGIDO AL ALCALDE DE MONTERREY, EN EL CUAL EL SECRETARIO DE GOBIERNO, SANTIAGO VIDAURRI, LE PIDE SE SIRVA A CONTROLAR LA VENTA DE LICOR, QUE TANTOS MALES A CAUSADO A LA CIUDAD EN ESTOS ÚLTIMOS DÍAS, DEBIDO A QUE LOS VOLUNTARIOS AMERICANOS TIENEN ACCESO A EL.
El ejemplo de los Rangers cunde y casi todos los invasores se envilecen
Cundo los norteamericanos se sintieron dueños de la Ciudad, empezaron a mostrar su verdadero rostro. Los militares eran personas “salvajes montaraces” como los describía Guillermo Prieto, que pasaban las tardes bebiendo, jugando billar, y apostando con la baraja inglesa -la de los corazones rojos y negros, diamantes rojos y espadas negras-. Se multiplicaron los negocios registrados de 6 a 18, y muchos mexicanos siguieron el mal ejemplo, empezando la multiplicación del vicio y el ocio problema con el que se venía batallando desde los tiempos coloniales.
Proliferan los nombres comerciales en inglés
En los negocios del centro de la Ciudad proliferaron los anuncios en inglés y español; y se importaban cervezas y whiskys para el placer de los norteamericanos, creciendo la prostitución y los desórdenes.
Los reos eran la servidumbre en las casas de los invasores
Un año después de la invasión, los norteamericanos ya practicaban todo tipo de abusos, incluso los reos municipales debían ir a asear los domicilios de los invasores. El cuartel general de los invasores se ubicó en “La Casa de las Águilas” que se encuentra sobre la actual Calle Morelos entre Diego de Montemayor y Dr. Coss.
25 de septiembre de 1847. ORDEN ESPECIAL ENVIADA POR ORDEN DEL GOBERNADOR DE LA PLAZA DE MONTERREY, EN DONDE SE ESPECIFICA QUE EL ALCALDE DE MONTERREY HA DADO PERMISO PARA QUE LOS PRISIONEROS MEXICANOS UBICADOS EN LA CÁRCEL MUNICIPAL, ASISTAN A LIMPIAR LAS CASAS DE LOS GUARDIAS AMERICANOS LOS MAS TEMPRANO POSIBLE.
El Ayuntamiento de Monterrey reconoce como gobernador a Morales
Pese a que la Ciudad estaba ocupada, el Ayuntamiento de Monterrey trató de reorganizar los Poderes Estatales, reconociendo como gobernador a Francisco de Paula Morales:
27 de septiembre de 1847. ACTA LEVANTADA POR UNA COMISIÓN DEL MUY ILUSTRE AYUNTAMIENTO DE MONTERREY, ENCARGADA DE ANALIZAR LA REORGANIZACIÓN DEL ESTADO, Y EN LA CUAL CONCLUYE RECONOCER A FRANCISCO DE PAULA MORALES COMO GOBERNADOR LEGÍTIMO DEL ESTADO DE NUEVO LEÓN. DADO ANTE EL GOBERNADOR DEL ESTADO
El aislamiento de la Ciudad causa estragos en la economía de los regiomontanos
A un año de la Ocupación, los lisiados de la Batalla de Monterrey eran una pesada carga para sus familias, pues el aislamiento comercial había disminuido los ingresos económicos, así que muchas familias solicitaban pensiones al Ayuntamiento de Monterrey.
Por ejemplo, el 27 de septiembre de 1847, se recibió una solicitud del sargento primero Pablo Vargas, quien pedía una carta pensión para sobrevivir, pues había perdido una pierna en la batalla de Palo Alto, y su familia no tenía ingresos.
Aún estando ocupada la Ciudad, Morales convoca a elecciones
Sin embargo, lo que más preocupaba era el estatus político del estado, pues desde el 21 de mayo de 1847 se había restablecido la Constitución Federal y con ella la Constitución Estatal de 1825. Por lo tanto, ya estaba activado el antiguo sistema constitucional, y el gobernador Francisco de Paula Morales -desde Linares- convocó a elecciones en los términos de la Constitución de 1824.
Las elecciones eran indirectas y su sistema bien complejo. Veamos:
Para elegir ayuntamientos los ciudadanos votaban por electores municipales; y ellos -los electores municipales electos-, se reunían en la cabecera municipal y votaban por los miembros del Ayuntamiento.
Para elegir diputados, votaban todos los ciudadanos en sus municipios y nombraban electores de partido -especie de distrito electoral-; y reunidos los electores de partido, votaban por electores del estado, quienes votaban por los diputados locales.
Para gobenador y magistrados del tribunal superior de justicia del estado, los ayuntamientos votaban, y el congreso contabilizaba los votos, si nadie alcanzaba la mayoría de votos o había empate, el congreso nombraba.
Se realiza el proceso electoral y Linares se convierte en Capital provisional
Bajo este esquema se realizaron elecciones en Nuevo León.
26 de octubre de 1847. FRANCISCO DE P. MORALES, PRESIDENTE DE LA JUNTA ELECTORAL DEL ESTADO DE NUEVO LEÓN Y GOBERNADOR DEL ESTADO DE NUEVO LEÓN, PARTICIPA AL ALCALDE DE MONTERREY OFICIO EN DONDE HACE CONSTAR LA LISTA DE LOS DIPUTADOS AL CONGRESO DEL ESTADO, Y OTRA DE LOS CENSORES DE LOS DICHOS FUNCIONARIOS. SE ANEXAN DOS LISTAS DADAS LA JUNTA ELECTORAL.
Y De Paula Morales declaró a Linares como capital provisional del Estado.
30 de octubre de 1847. FRANCISCO DE PAULA MORALES, GOBERNADOR DEL ESTADO DE NUEVO LEÓN, COMUNICA AL MUY ILUSTRE AYUNTAMIENTO DE MONTERREY QUE DECLARA A LA CIUDAD DE LINARES, CAPITAL PROVISIONAL DEL ESTADO DE NUEVO LEÓN. POR TAL MOTIVO, SOLICITA CUALQUIER PREVENCIÓN CONSTITUCIONAL O LEGAL, SE SOLUCIONARÁ EN LA DICHA CAPITAL PROVISIONAL.
Decide Estados Unidos que los regiomontanos mantengan a los invasores
Ese mismo día 30 de Octubre de 1847, el Jefe del ejército de Ocupación Americana, anunció que los ciudadanos de Monterrey deberán sostener los gastos de dicho ejército, que ya no pagaría renta de los locales ocupados y que dispondría del oro y la Plata que circulara por los caminos, lo que incluía las monedas de uso común.
30 de octubre de 1847. EL JEFE DEL EJÉRCITO DE OCUPACIÓN AMERICANA EN MONTERREY, IRVIN MC DOWELL, ESTABLECE QUE, POR ORDEN DEL CUARTEL GENERAL AMERICANO UBICADO EN LA CIUDAD DE MÉXICO, EL EJÉRCITO AMERICANO SE SOSTENDRÁ DE LOS RECURSOS DEL PAÍS OCUPADO. POR LO TANTO, TODO ORO Y PLATA "QUE SE TRAIGA A LOS DESTACAMENTOS O PLAZAS SOBRE EL RÍO GRANDE, EN LA POSESIÓN DEL EJÉRCITO, SERÁ DETENIDO POR LOS RESPECTIVOS OFICIALES, HASTA QUE LOS DERECHOS DE ESPORTACIÓN SERÁ DETERMINADO POR EL GOBIERNO DE ESTADOS UNIDOS". TAMBIÉN, TODO DESTACAMENTO CESARÁN DE PAGAR EL ALQUILER EN LAS CASAS QUE OCUPEN.
Esta es una muy breve descripción del primer año de ocupación de nuestra Ciudad por el ejército norteamericano. Una historia plena de abusos, pues al principio dijeron que no perjudicarían a los particulares y terminaron extorsionándolos.
Continuará…
FUENTES
ARCHIVO HISTÓRICO DE MONTERREY
COLECCIÓN Guerra México - Estados Unidos.
Volumen 1, Expediente 1, Folio 1; Volumen 1, Expediente 1, Folio 15; Volumen 1, Expediente 1, Folio 34; Volumen 2, Expediente 1, Folio 38; Volumen 1, Expediente 1, Folio 39; Volumen 1, Expediente 1, Folio 42; Volumen 1, Expediente 2, Folio 4; Volumen 1, Expediente 2, FOLIO 5.
COLECCIÓN CIVIL
Volumen 249, Expediente 14.
COLECCIÓN Miscelánea:
Volumen 22, Expediente 24, Folio 1.
COLECCIÓN ACTAS DE CABILDO: 26 de septiembre de 1846; 28 de septiembre de 1846; 26 de octubre de 1846; 28 de octubre de 1846; 28 de octubre de 1846; 28 de diciembre de 1846; 31 de diciembre de 1846.